José Manuel Lema tiene 78 años. Y desde hace dos décadas se desplaza en una silla de ruedas eléctrica por la ciudad. Su principal problema es que vivía en una zona de difícil acceso: la Enfesta de San Telmo. Una de las reformas urbanas realizadas en el ámbito del Campiño de Santa María incluyó una rampa que le ha facilitado la vida. Ahora puede moverse por el barrio con mayor libertad.
"Estoy encantado", le dijo este jueves al alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, durante la visita que este realizó al lugar para comprobar los avances de la reforma de dos calles próximas: San Martiño y el último tramo de Eirado de Alvar Páez.
José Manuel, que recibió al regidor del BNG con un abrazo, llevaba casi dos meses "encerrado" en su casa por los trabajos que se estaban ejecutando al lado de su casa. "Ahora estoy fabuloso", aseguró tras comprobar el estado del vecindario en compañía de Lores y de responsables de Elsamex, la empresa que está a punto de rematar las obras en Eirado de Alvar Páez. Las de la Rúa San Martiño, que dan acceso a su vivienda, ya están finalizadas.
El alcalde reconoció un pequeño retraso en la ejecución de esta reforma integral debido al mal tiempo. La actuación, que se inició en octubre del año pasado, tenía un plazo de ejecución de tres meses.
La obra contó con un presupuesto de 138.303 euros, que han corrido a cargo de los fondos del programa ARI, que impulsa la rehabilitación de espacios públicos en el casco histórico.
El proyecto consiste en la renovación de los servicios subterráneos, el pavimentado en piedra y la mejora de la iluminación. "Esta era unha das poucas rúas do barrio de Santa María que quedaban por modernizar", destacó Lores, que confirmó que al Concello solo le restan diez calles para completar la reforma integral de la zona vieja. El objetivo es que el mandato se finalice con todos los trabajos hechos.
El regidor nacionalista avanzó, por otra parte, que la siguiente actuación en el casco histórico será la Rúa Pasantería. "Está mal", dijo Lores sobre el vial que comunica A Ferrería y A Leña desde el Paseo de Antonio Odriozola.
TRAÍDA MUNICIPAL. En paralelo a estas obras, el Concello ha iniciado una gira para explicar a los vecinos las obras vinculadas al contrato del agua, que gestiona Viaqua durante un período de 20 años. El local de la Sociedade Cultural e Deportiva de Mourente acogió la primera de las reuniones informativas. En ella participaron el edil del Rural, Alberto Oubiña, y técnicos de la concesionaria.
El encuentro, que fue multitudinario, sirvió para despejar dudas acerca del nuevo abastecimiento de las viviendas beneficiarias en cada lugar. Las obras para llevar la traída municipal a esta parroquia cuentan con un presupuesto que supera los 4,6 millones de euros que dará servicio a 610 casas. De ellas, 127 se sitúan en los lugares de Codesa, Leirós y Carabelos; 138 en Cons y O Pazo; 89 en Igrexa y A Bouza; 177 en Os Areás, O Monte y Casas Novas y 79 en A Raxeira, Mourente y Freixeiro.
El edil de Mobilidade, Demetrio Gómez Junquera, explicó que en el primer tramo, entre la Avenida da Estación y la recién peatonalizada Rúa do Muíño, los coches podrán entrar por O Gorgullón. En el segundo tramo, los conductores podrán acceder por Eduardo Pondal y salir por O Gorgullón hacia la rotonda de Uxío Novoneyra. Las calles Curtidoira y Pedro Sarmiento de Gamboa también confluirán en la Rúa do Gorgullón para salir por la citada glorieta.
La circulación en la plaza de A Curtidoira se mantendrá como hasta ahora. El Concello informará al vecindario de la reorganización del tráfico, que ha generado malestar vecinal por la instalación —por error— de un bolardo que impedía el paso y dificultaba el acceso a los garajes. El pivote se volverá a colocar a partir del lunes, cuando se activen los cambios de tráfico.
