El ocio nocturno, "condenado a la desaparición" ante la falta de facturación

Los empresarios afirman que la situación del pago de alquileres es insostenible sin ayudas ni información
Las terrazas se siguen llenando hasta la una de la madrugada, hora límite de la hostelería. CAROL CIFUENTES
photo_camera Las terrazas se siguen llenando hasta la una de la madrugada, hora límite de la hostelería. CAROL CIFUENTES

El ocio nocturno es, con diferencia, el sector peor parado en el balance de daños económicos provocado por la pandemia de Covid-19. En julio, cubrían sus gastos e intentaban sobrevivir con aforos reducidos y medidas de seguridad, pero en agosto, el aumento del número de casos en la comunidad provocó que la Administración decidiese cerrar las puertas de pubs y discotecas, y redujese el horario de otros negocios hosteleros a, como máximo, la 1.00 a.m. Para estos negocios la bajada de la facturación es de un 100%. No existen ingresos frente a numerosas facturas.

La falta de información, la insuficiencia de ayudas y los altos alquileres a final de mes que acechan a los locales nocturnos han provocado el cierre irrevocable de muchos y están a punto de provocar la ruina de muchos otros.

Julio Barral, empresario nocturno de Pontevedra, es dueño de varios negocios como Fetiche, Patrimonio o Aranda, y al igual que otros regidores cree que "el ocio nocturno está condenado a la desaparición. Nos han dejado a la deriva sin ayuda ni rescate".

En los últimos días los contagios en el área sanitaria Pontevedra- O Salnés han ido en aumento en relación a las cifras pre-cierre del ocio nocturno: "hay contagios en todos los sectores, y nosotros hemos invertido mucho dinero para adaptarnos a las medidas de seguridad y nos han cerrado sin previo aviso" lamenta el dueño de Patrimonio.

El ocio nocturno ha vivido en las últimas semanas un desplazamiento, ante la imposibilidad de frecuentar pubs y discotecas, la fiesta se desplazó a casas rurales o pisos. El botellón no está inactivo en las ciudades y no existe vigilancia posible ante la celebración de reuniones privadas. Ante la desesperación, muchos han decidido convertir sus locales en terrazas y servir cafés, una medida que no todos pueden afrontar: "muchos hablan de reinventarse, de convertir un pub en terraza, pero la mayoría no podemos hacerlo. Además de que nadie quiere tomar un café en un sitio cerrado y oscuro en vez de en la Verdura, los alquileres del ocio nocturno son elevadísimos, no se compensarían en ningún momento los gastos".

Para los empresarios, la solución ante este problema pasa por recibir ayudas con los alquileres "el gobierno debe ayudarnos a pagar nuestros alquileres. Yo por ejemplo, tengo más de 100 mil euros de gasto. No es viable seguir cerrados y que no nos ayuden. No hay solución ante este problema".

Además de los propietarios, otros trabajadores como camareros o profesionales del entretenimiento se han visto afectados por el mal estado del sector: "muchos empleados se quedaron en la calle, chicos y chicas jóvenes que trabajaban de noche para pagarse la Universidad o los alquileres ya no cobran. Otros dependen de ERTES que apenas cubren gastos. Ellos también tienen que vivir".

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