El mes de julio será el verdadero termómetro del sector turístico en las Rías Baixas. Una baja ocupación significaría que la recuperación de este año sería prácticamente inviable. Pero un lleno o semilleno abriría las puertas a un agosto casi normal, con menos extranjeros y más visitantes nacionales e incluso autóctonos. El sector lo sabe y concentra sus ofertas para atraer a un turismo esencialmente familiar.
Este mismo lunes era posible reservar en Sanxenxo hoteles y viviendas turísticas para una familia de cuatro miembros por apenas mil euros para la primera quincena de julio. Con variaciones de apenas 300 euros más se accedía a la segunda quincena, y con precios ya próximos a los 2.000 euros era posible disfrutar de los primeros 15 días de agosto en este entorno.
Con baremos similares se mueven las ofertas para las áreas de A Lanzada, San Vicente do Mar y O Grove, donde el abanico para una familia de estas características arranca también en los mil euros para esa primera quincena de julio.
Vigo, Nigrán o Baiona se publicitan con ofertas similares, de entre 1.000 y 1.500 euros por las dos semanas del mes que viene para una unidad familiar con dos hijos, o bien para un total de cuatro adultos.
La provincia dispone de 410 hoteles, más de 5.000 pisos turísticos y una oferta próxima a las 125 casas rurales
La razón de estos precios es que las reservas están todavía al 50% y los establecimientos quieren levantar la estadística para cumplir sus expectativas y remontar el bajón derivado de la pandemia, el confinamiento y el estado de alarma.
Junio ha resultado un mes "descorazonador", en palabras de algunos hosteleros de las Rías Baixas. Los niveles de ocupación oscilan en el entorno del 10% y del 15%, si bien las reservas en los últimos días "están subiendo a buen ritmo, aunque todavía lejos de veranos anteriores".
Ayudados por las campañas publicitarias de la Xunta de Galicia, la Diputación, el Xacobeo o los Concellos, las Rías Baixas en general, y el turismo rural en particular, están vendiendo máxima seguridad, una situación sanitaria de las mejores de España, buenas condiciones meteorológicas y, sobre todo, ausencia de masificaciones como las que caracterizan algunos de los principales focos turísticos del sur o del Mediterráneo.
Bonos turísticos, descuentos por paquetes y rebajas poco habituales en plena temporada alta serán este año accesibles, más en las proximidades de los grandes núcleos de atracción turísticas y menos en pleno bullicio de enclaves como Sanxenxo, Baiona u O Grove. Por ahora, el turismo rural es el que aguanta mejor sus precios, debido en gran medida a que es el que mejor está funcionando a estas alturas del año. "El nivel de reservas está funcionando muy bien, pero todavía hay disponibilidad para los meses de julio y agosto en el parque actual", indican fuentes del sector.
La provincia de Pontevedra dispone en la actualidad de un parque hotelero con 410 establecimientos que ofrecen algo más de 26.000 plazas de alojamiento. El número de viviendas turísticas supera ya las 5.000 después de experimentar un crecimiento del 26% en el último año. En total, estos pisos dedicados a la hospedería ofrecen también otras 26.000 plazas para los visitantes. El número de viviendas rurales dedicadas al turismo supera ya en la provincia las 125, con crecimientos de ocupación en el último año que superaron el pasado febrero el 56% según los datos del INE.
