La ola de los robos de catalizadores de coches llega a Pontevedra

En los últimos días se han registrado varios casos en la ciudad y en zonas próximas como Arcade, algunos perpetrados a plena luz del día ▶ Tras este tipo de sucesos suele haber bandas que buscan estas piezas concretas para sustraer los metales preciosos que contienen
Un mecánico de Talleres Auto Sercar, en Poio, muestra el catalizador de un coche. GONZALO GARCÍA
photo_camera Un mecánico de Talleres Auto Sercar, en Poio, muestra el catalizador de un coche. GONZALO GARCÍA

En grandes ciudades como Madrid y ciertas zonas del Sur de España, hace ya tiempo que se vienen denunciando robos de catalizadores de coche. Sin embargo, ahora esta práctica parece haber llegado también a la provincia de Pontevedra. Tanto en la capital del Lérez, como en Vigo y los municipios del entorno se han registrado varios casos en los últimos días. 

Un ejemplo es el que sufrió Eduardo Jesús Falcón Medina el pasado sábado a plena luz del día en el centro de Arcade (Soutomaior). El caso lo difundió la propia víctima a través de las redes sociales, pidiendo ayuda por si alguna persona hubiese visto algo que lo pueda poner sobre la pista de los autores del suceso. Tal y como explicó el afectado a este periódico, "ocurrió entre las tres y las cuatro de la tarde del sábado, al lado de la ostrería Romasa, que es una zona donde hay bastantes restaurantes y a esas horas de un sábado hay mucha gente por la calle, pero aún así me lo robaron, y eso que es una pieza bastante grande y hay que meterse debajo del coche para sacarla".

Su vehículo es un Honda Accord del año 1999, "así que es difícil encontrar un catalizador para este modelo, porque es un automóvil con 24 años de antigüedad de una marca japonesa, por lo que no hay muchos recambios de este tipo disponibles".

El joven explica que acudió a poner la denuncia el mismo sábado y ha dado parte a su seguro, porque "he pedido el presupuesto en el taller y estoy esperando a que me lo pasen, pero me saldrá por entre 400 y 700 euros", lamenta.

En otros modelos de vehículos más modernos, la reposición de un catalizador puede llegar a 1.200 euros e incluso más.

En las últimas jornadas, varias personas de Pontevedra han hecho público, también a través de las redes sociales, haber sido víctimas de robos como este. Campolongo y el entorno del Hospital Provincial son algunos de los lugares en los que se han producido las sustracciones, pero también en Vigo.

La Policía Nacional de Pontevedra confirmó este martes que, desde hace un par de semanas, ha recibido varias denuncias de este tipo y que hace meses ya se habían registrado diversos robos de catalizadores en la capital del Lérez, si bien entonces había sido algo puntual y hasta ahora no habían vuelto a recibir noticias en este sentido.

Lo que suelen buscar los ladrones que sustraen estas piezas no son los dispositivos en sí (que según diversas fuentes, enteras podrían alcanzar los 50 euros en el mercado negro), sino que persiguen los metales preciosos que contienen: paladio, rodio y platino. Por ello, en ocasiones tras los robos de catalizadores hay bandas que se dedican a hacerse con ellos de forma masiva y en otras partes del país incluso ha habido atracos a desguaces para conseguirlos.

También en España se han producido ya varias operaciones policiales y detenciones de individuos o grupos. En Madrid, solo entre diciembre y enero hubo tres actuaciones de la Policía Nacional en este sentido: la primera se saldó con dos personas detenidas y las dos siguientes permitieron desarticular dos bandas especializadas. 

Con todo, el hecho de que en ocasiones los ladrones roben los catalizadores de coches aparcados en la calle y a plena luz del día sorprende no solo a las víctimas, sino a los talleres, pues, tal y como explicaron en Talleres Auto Sercar SL (en Poio), "no es tan sencillo ni rápido sacar el catalizador de un vehículo. Se necesita herramienta y para extraerlo tendrían que tumbarse en el suelo, porque el catalizador va en un tramo del tubo de escape, muy bien sujeto".

Desde la Asociación de Empresarios de Talleres de Reparaciones de Vehículos de Pontevedra (ATRA) apuntaron que lo habitual en este tipo de robos es que los ladrones utilicen una radial y corten directamente los tubos.

Sea como sea, lo cierto es que los propietarios de los vehículos que se encuentren con la desagradable sorpresa de que han sido víctimas de un robo así, tendrán que hacer frente a un desembolso importante de dinero si no tienen un seguro que los cubra.

"Depende mucho de la marca del coche y del modelo, pero un catalizador puede salir por hasta 1.200 euros", indican desde Talleres Auto Sercar SL. Y la cifra puede incrementarse por culpa de los daños que causen los ladrones al sacar la pieza por la fuerza.
 

¿Qué es un catalizador y por qué proliferan sus sustracciones?
El catalizador es un dispositivo que va en el tubo de escape de los coches para controlar y reducir la toxicidad de las emisiones y se hizo obligatorio desde el año 1993 para todos los vehículos de gasolina y a partir de 1997 para todos los diésel. El catalizador lleva un panel de cerámica impregnado con un recubrimiento de metales preciosos (paladio, rodio y platino). El paladio alcanzó el año pasado un precio máximo histórico: en marzo llegó a los 3.440 dólares, casi el triple que el oro metal, que entonces cotizaba por debajo de 1.240 dólares.

¿Cuánto pueden sacar?
Según iAuto, en un catalizador estándar, la cantidad media de platino oscila entre 3 y 7 gramos, la de rodio varía entre 3 y 4 gramos y la de paladio va de 2 a 7 gramos. Sin embargo, estas cifras pueden variar según el modelo y el fabricante del coche.

Tendencia en auge
La moda de los robos de catalizadores comenzó a propagarse por Estados Unidos en 2020. Según Motor 16, la Oficina Nacional de Delitos de Seguros informó de 14.433 hurtos de esos dispositivos solo ese año en el país americano, frente a los  3.389 que se habían denunciado en 2019. En 2022 ya se detectaron numerosos casos en zonas del Sur de España; y grandes ciudades como Barcelona o Madrid tampoco se han librado de esta ola. En la capital de España, se han denunciado casos tanto en zonas caras como el distrito de Moncloa, como en otras más populares, por ejemplo en Vallecas.
 

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