La operación Centinela lleva al monte a 27 patrullas militares para vigilar y evitar los incendios

La vigilancia llegará desde la madrugada del sábado y hasta el 30 de septiembre a montes de 33 concellos repartidos por las siete áreas forestales más asediadas por la actividad incendiaria

Un año más -y ya van 13 desde 2007- los montes gallegos acogerán un amplio despliegue de vigilancia militar para prevenir y evitar la acción incendiaria en las zonas de mayor riesgo del territorio autonómico. La denominada Operación Centinela Gallego, que empezó la madrugada del sábado, desde las 00.00 horas, devolverá al monte a 27 patrullas militares que se repartirán por zonas de especial riesgo en un total de 33 municipios integrados en siete de sus 19 distritos forestales, que son la unidad de organización territorial que rige en materia de extinción de incendios.

La Operación Centinela Gallego 2020 arrancó viernes con el acto formal de su presentación, al que acudieron el conselleiro de Medio Rural, José González Vázquez, así como la subdelegada del Gobierno en Pontevedra, Maica Larriba.

La cita contó con la presencia del jefe de brigada de la Brilat, Luis Cortés Delgado, y fue desarrollado por el teniente coronel Sáez Peco, Jefe del Estado Mayor de la Brilat, que precisó en su intervención que la capacidad y duración del despliegue, como en años anteriores, dependerá del nivel de esfuerzo que exija la situación (la Operación Centinela se inicia con un esfuerzo medio, intregrada por 22 patrullas procedente de la Brilat y otras cinco del Tercio Norte de Infantería de Marina de la Armada) y de las condiciones que se den al final del dispositivo, el 30 de septiembre.

Existe la posibilidad de prolongar esta intervención dos semanas en el tiempo, de sumar más medios humanos y aéreos (hasta dos helicópteros de vigilancia) en función del esfuerzo requerido, o incluso de tomar otras medidas adicionales, dependiendo del nivel de riesgo. A estas tareas, de prevención e investigación, se puede sumar la UME, que interviene en situaciones de riesgo en incendios avanzados y de difícil control. La Unidad Militar de Emergencia se sumó en lo que va de año a tres extinciones complicadas, una de ellas, la de Monterrey.

La Operación Centinela pretende custodiar el monte con una vigilancia continua e itinerante, pero también disuadir simplemente con la presencia militar, en el caso de que haya personas con intención de provocar incendios, e incluso ayudar a las invetigaciones en marcha por la acción de presuntos incendiarios en el territorio. En esta faceta, destacaron viernes, los años de cooperación están llevando a una mejor y más eficaz coordinación, encaminadas a conseguir pruebas que permitan que quienes actúan contra el monte no salgan indemnes en los juzgados

El dispositivo desplegado en el nivel medio cuenta con un medio aéreo no tripulado (Raven), que, como en años anteriores, será un aliado versátil en su función de control desde el aire. Se trata de un sistema con capacidad para volar 10 kilómetros y autonomía de entre 45 y 90 minutos. Tiene cámara térmica, emite en directo y puede seguir, día y noche, a cualquier sospechoso. El resto de los medios son, sobre todo, humanos. Por culpa de la pandemia los grupos de vigilancia serán fijos y los integrantes no se intercambiarán, para facilitar rastreos y aislamientos si hay efectivos que contraigan el coronavirus.

Tanto el conselleiro como la subdelegada agradecieron la integración de medios del Ejército en la lucha contra el fuego y destacaron la capacidad de coordinación y esfuerzo común que se está afianzando entre las administraciones. Un esfuerzo, destacaron, que está haciendo prosperar también la faceta investigadora de las fuerzas y cuerpos de seguridad y que ha llevado a que el 75% de los fuegos registrados este verano, se quedasen en conatos de menos de una hectárea.

Intencionados: El 50% de los fuegos de julio fue de noche
El conselleiro de Medio Rural destacó viernes la importancia de la vigilancia que el ejército hace del monte en el tramo más seco del verano desde hace años. "Estase facendo un traballo moi intenso, incorporando medios como son os drons e tamén as cámaras de seguridade, que no 60% do territorio permiten visualizar posibles incendiarios", destacó para añadir que esta labor "empeza a dar os seus frutos". La Xunta, añade, buscará "unha posible responsabilidade patrimonial", además de la penal. "Estamos calculando os custos dos dous incendios máis complicados e se hai posibilidade de demostrar unha autoría, ademáis haberá responsabilidade patrimonial", añadió. para recordar que "alomenos o 50% dos incendios de xullo foron intencionados. Dos 568, 255 foron en horario nos que non se podían usar medios aéreos, e 29 tiñan alomenos 2 focos", lo cual demuestra la intención de "facer dano".

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