La Unidad de Cuidados Intensivos (Uci) de Montecelo ha sido uno de los servicios elegidos por el Sergas para desarrollar su "Programa de equipos saludables", una iniciativa con la que pretende promover el bienestar emocional de los trabajadores y reforzar los equipos de trabajo tras una embestida tan importante como la del covid.
La sesión contó con la participación de varios profesionales de las distintas categorías que forman parte de la unidad, la zona cero del coronavirus, en la que se prestó y se sigue prestando asistencia a los enfermos más graves de covid. La jefa de Medicina Intensiva, Pilar Posada, señaló al final de la jornada que la iniciativa "aportó cosas positivas", ya que permitió reflexionar sobre las fortalezas del plantel, los puntos flacos y las posibles vías de solución "que están en nuestra mano".
Con el apoyo del personal responsable del programa, los participantes concluyeron que se puede optimizar la formación, tanto la continua que exige un servicio como el de la Uci, como la que se ofrece a los profesionales que van accediendo al equipo, algo que se vio distorsionado por la gran rotación de personal que se tuvo que hacer para asistir a la avalancha de casos covid. La sesión también sirvió para trazar estrategias para mejorar la comunicación interna y, además, reforzó el empoderamiento de la unidad: "Hemos visto que a pesar de todo hemos crecido como equipo, porque todos pasamos por una situación muy estresante, pero hemos conseguido salir y obtener bastante éxito en la evolución de nuestros enfermos", indicó Posada.
La Xunta promueve un plan de atención psicosocial para el personal del Sergas, en el que se intenta reconocer la labor de los sanitarios
SOBRECARGA. La Uci, con capacidad habitual para diez camas, se vio abocada a crecer a marchas forzadas a causa de la pandemia, en cuya tercera ola se llegaron a superar los 40 casos graves (asistidos también por el servicio de Anestesiología y Reanimación).
La doctora Posada aseguró que el equipo se vio tremendamente golpeado por el coronavirus. Durante los primeros meses "por la preocupación y la incertidumbre" de tener que plantar cara a "una patología que desconocíamos", y a renglón seguido por una sobrecarga de trabajo muy elevada que se mantuvo durante muchos meses. Todo esto generó "cansancio" y también bastante insatisfacción, "porque al principio éramos aplaudidos pero con el paso del tiempo esos apoyos ya no eran tan grandes".
Hoy la unidad sigue registrando "un goteo constante de pacientes", algunos a causa de la propia infección y otros con motivo de otras patologías que, al coincidir con el contagio, requieren igualmente el aislamiento de los enfermos para evitar la transmisión del virus. La carga de trabajo "ha disminuido con respecto a los momentos graves de la pandemia", pero Posada se muestra convencida de que "el paciente covid no ha desaparecido de la Uci ni parece que lo vaya a hacer. Simplemente -añadió- el número ha disminuido, sobre todo en el caso de pacientes graves, pero no deja de ser un aumento de la presión asistencial en comparación a lo que teníamos antes. La situación precovid no se ha recuperado ni creo que se vaya a recuperar. Tenemos que aprender a convivir con esto".
REFUERZO DE LA SANIDAD. La especialista solo espera que la pandemia sirva para marcar un punto de inflexión que se traduzca en "el refuerzo de la sanidad". Sobre todo en servicios pequeños de Medicina Intensiva como el de Montecelo, donde se acusa "la escasez de camas y personal para hacer frente a los retos de una sanidad del siglo XXI que nos puede llevar a situaciones similares a la que hemos vivido en cualquier momento".
El programa celebrado este miércoles en Montecelo se enmarca en el "Plan de atención psicosocial para o apoio e atención ao persoal do Servizo Galego de Saúde", que intenta reconocer la labor de los profesionales sanitarios y promover su autocuidado emocional.
