"Ya pagamos casi tanto de energía como de personal directo, y tenemos 250 empleados"

Marfrío, que pide ayudas excecionales, puede entrar en pérdidas por primera vez: este año su factura subirá cuatro millones. La hostelería advierte de que "los márgenes no dan" para cubrir unas "facturas escandalosas"
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photo_camera Santiago Montejo. DP

La empresa Marfrío, especializada en el procesado y comercialización de productos del mar, es de las que ha contemplado absorta cómo el recibo energético de las plantas de Marín y Portugal casi se ha cuadruplicado.

De pagar 120.000 euros al mes ha pasado a 430.000, un incremento que el director general de la compañía, Santiago Montejo, considera "una auténtica aberración" que, para más inri, peca de asimétrica. "El tope del gas ha disparado la factura, pero es que además se aplica de una manera aleatoria, por el mero hecho de la fecha en la que vence el contrato con la comercializadora energética. Crea unos desequilibrios alucinantes".

La empresa ha encarado subidas constantes en el transporte y las materias primas, pero la factura energética le coloca en un brete difícil de capear. "Es una locura. Ya pagamos casi tanto de energía eléctrica como de personal directo y tenemos 250 empleados", traslada su director a este periódico.

Montejo considera que la situación es extraordinaria y que, por extensión, requiere de la adopción de medidas excepcionales. Al menos, durante esta fase de transición, mientras el mercado no se estabiliza. "Hay otros países que ya están compensando a sus industrias por ese encarecimiento de la energía y aquí es igual de necesario. Tiene que haber ayudas de urgencia. Si no se interviene, se corre un importante riesgo de deslocalización de la industria, y ya no digamos si tiene algún problema interno".

El empresario incide en que el nuevo sistema ha creado "una desproporción alucinante" entre las empresas que están asumiendo las compensaciones por el tope del gas y las que no. Según dice, en el territorio nacional, algo más de la mitad de las industrias no se ven afectadas por estos cambios y el grueso de los competidores internacionales tampoco trabaja con estas abultadas tarifas. De hecho, está convencido de que el nuevo sistema da alas a los productores del norte de África, "que si ya eran competencia, ahora lo serán más", y de que precisamente muchas empresas se pueden trasladar a este y otros territorios, en los que los costes de producción son sensiblemente inferiores.

Para la mayoría de las industrias afectadas el aumento del coste energético "es imposible de repercutir en el precio final, porque el mercado es global y, si subes, dejarían de comprarte".

La empresa ya ha instalado "el máximo de paneles solares", pero estos tan solo producen para cubrir el 10% del consumo. Además, realizó ajustes en los turnos, pero aun así ve probable que por primera vez este año entre "en pérdidas" a causa del tarifazo. "Estamos invirtiendo fuera y tenemos planes de futuro, pero compensar un sobrecoste mensual de más de 300.0000 al mes es terrorífico. Son más de cuatro millones de euros al año", subraya el empresario.

Montejo critica la oscilación del precio topado del gas, a la que se refiere como una improvisación, y reprocha a la Administración la "pasividad" con la que cree que afronta la situación: "Es un problema cortoplacista, pero el calado que tiene puede representar un conflicto serio. No se puede dilapidar a la industria", concluye.

"Los márgenes no dan" en la hostelería para cubrir unas "facturas escandalosas"

La hostelería, uno de los motores económicos de Pontevedra, está "muy preocupada" por la magnitud que está adoptando el problema del coste energético. 

El presidente de presidente de Federación de Hostelería de Pontevedra (Feprohos), César Sánchez- Ballesteros, asegura que está habiendo un goteo constante de hosteleros que se ven sorprendidos por los efectos del tope ibérico del gas, "que se entendía que no iba a generar un coste extra, pero con el que nos equivocamos plenamente". 

Una olla en ebullición en las cocinas del CIFP Carlos Oroza. JAVIER CERVERA
Una olla en ebullición en las cocinas del CIFP Carlos Oroza. JAVIER CERVERA

Los propietarios de negocios de restauración y de hoteles están recibiendo "facturas escandalosas" que quiebran la débil estabilidad financiera que deja tras de sí una pandemia de casi dos años. Un restaurante de la provincia ha llegado a percibir un recibo mensual de "150.000 euros", pero prefiere mantener su identidad en el anonimato al decidir recurrir a la vía judicial para intentar revocar el cargo. Y muchos otros han visto cómo el extracto de gastos del banco ha engordado a cuenta de la luz. "Los que pagaban 2.000 de repente reciben facturas por entre 7.000 y 8.000 euros, y los que pagaban 8.000 ahora desembolsan 20.000". 

Ballesteros advierte de que muchos asociados ya están alertando de que "los márgenes no dan" para cubrir estos importes, que además son difíciles de presagiar. "Si ya era difícil entender una factura, ahora es indescifrable y aún por encima no se puede determinar la variación de una manera transparente". 

Por el momento, la hostelería está aprovechando los coletazos del buen tiempo y prevé mantenerse a flote hasta final de navidades. Sin embargo, el portavoz de la patronal cree que "a partir de ahí la situación va a ser dramática. Ya veremos cuántos sobreviven de la cuesta de enero a junio", añade. Actualmente el sector ya percibe que "la contratación se está reduciendo con mayor rapidez de lo deseable". Por eso, reclama cambios urgentes, entre los que prioriza que ese tope del gas se aplique estrictamente a la parte de la factura que se corresponde a la generación de electricidad con esa energía.

El recibo de la luz del gimnasio municipal alcanza los 18.000 euros

BeOne, la empresa que gestiona el gimnasio municipal de Campolongo, tampoco sale indemne del ascenso colosal de la factura eléctrica. El director del centro deportivo, José Bamio, asegura que en el primer trimestre la concesionaria abonó 45.000 euros en concepto de luz, "que es más del total de 2021", y que en los meses siguientes el montante no ha hecho más que crecer. Solo en agosto la empresa desembolsó por luz, gas y agua 22.232 euros, un 270% más que en agosto de 2021, de los que 18.000 fueron en concepto de energía eléctrica. 

Bamio asegura que la diferencia se debe sobre todo a los cambios tarifarios, ya que el consumo fue similar respecto al año anterior y, "por política de empresa", la concesionaria siempre "tiene ajustado el consumo. No derrochamos energía". 

Usuarios del gimnasio BeOne de Campolongo. ANXO LORENZO
Usuarios del gimnasio BeOne de Campolongo. ANXO LORENZO

Las instalaciones deportivas están preparadas para funcionar con gas y electricidad. El director explica que por norma general se tira más de una u otra en función del coste, pero asegura que cada vez resulta más difícil realizar la programación. "Cada día y cada franja horaria es una incertidumbre total". 

Al igual que le sucede a la industria y al ciudadano de a pie, el coste energético recorta el margen de beneficios de la empresa, cuyo nivel de socios supera los 3.500, pero con picos intermitentes. En agosto, por ejemplo, hubo 600 abonados pagadores. 

La compañía, que asume el pago de nóminas, el mantenimiento y la reparación de averías, solicitó en noviembre del año pasado un incremento del 2,5% de las tarifas, "un porcentaje muy por debajo de la subida del IPC", precisa Bamio. En cambio, el Concello todavía no ha dado luz verde. 

La empresa ve difícil reducir el consumo de energía, pero sí ha adoptado medidas para intentar rebajar el gasto de agua "debido a la sequía". Para ello, ha colocado varias pegatinas en las duchas en las que informa a los usuarios sobre las consecuencias del despilfarro. "Un minuto son 20 litros. Sexa responsable. Aforre auga", rezan los adhesivos.

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