Se cumplen este domingo 24 años de la movilización que provocó un vuelco en la Alcaldía de la ciudad: la manifestación del 5-J, con más de 30.000 personas que salieron a la calle para defender la capitalidad y denunciar el continuo desgaste institucional al que estaba sometida la Boa Vila. El plan para disgregar la Audiencia Provincial fue el detonante de la protesta que tuvo lugar el 5 de junio de 1998, abanderada por el movimiento vecinal, una movilización que canalizó el malestar de los pontevedreses y que tendría consecuencias políticas: el nacionalista Miguel Anxo Fernández Lores accedió a la Alcaldía en unas elecciones en las que el popular Juan Luis Pedrosa aspiraba a la reelección.
Cuando está a punto de cumplirse un cuarto de siglo de aquella histórica protesta, ¿qué queda de aquel potente frente vecinal? ¿Cómo han afectado las restricciones de la pandemia a la actividad de los colectivos ciudadanos? Ángel Mario Lago, en su día portavoz de la coordinadora que promovió la manifestación del 5-J, (respaldada por medio centenar de colectivos vecinales, sociales, empresariales, políticos y sindicales), lamenta el "progresivo declive" que el movimiento vecinal de Pontevedra sufrió en las últimas dos décadas después de haber su momento más álgido con la movilización de 1998. "No hay asociaciones de vecinos que tengan en la actualidad la misma actividad reivindicativa de entonces", asegura. En referencia concreta a las tres federaciones vecinales existentes por entonces en el municipio, señala que "mientras las de Boa Vila y Teucro han desaparecido sólo queda Castelao, pero de forma testimonial, ya que básicamente solo se moviliza por cuestiones que afectan a la sanidad y a las comisiones bancarias".

Lago indica que "son muchos los problemas que tenemos en Pontevedra, un malestar que no ha logrado reactivar el movimiento vecinal, que prácticamente ha desaparecido. Se puede considerar que la pandemia le ha asestado el golpe de gracia". A su entender, los pontevedreses deberían salir a la calle para manifestar su rechazo a lo que denomina "una nueva sangría económica que van a tener que soportar los vecinos: la creación de un aparcamiento de pago en el Gran Montecelo, cuando se trata de una inversión pública y las expropiaciones fueron realizadas con dinero público".
Boa Vila
Ramón Agulla, presidente de la asociación Héroes de Ponte Sampaio 1809 y en su día directivo de la federación Boa Vila, subraya que el movimiento vecinal en Pontevedra "ha desaparecido" porque "se lo ha cargado el Gobierno local". A su entender, "solo se ha encargado de mantener con vida a la federación Castelao porque le conviene, aunque solo funcione con cuatro asociaciones vecinales que le son afines".
Agulla entiende que el movimiento vecinal ya había desaparecido incluso antes del estallido de la pandemia, en 2020. "Se lo han ido cargando poco a poco en base a un objetivo estratégico, manteniendo exclusivamente el apoyo económico y social a la federación Castelao, un colectivo en el que apenas están integradas unas pocas entidades y que no representa ni a la ciudad ni a las parroquias de Pontevedra".
El exdirectivo de Boa Vila recuerda que en el movimiento vecinal alcanzó su máximo apogeo con la protesta del 5-J de 1998, en la que las tres federaciones habían formado un frente común. Culpa al Gobierno local de haber insistido en el planteamiento de fusionarlas en un único colectivo "para poder controlarlo. Apoyó a Castelao porque les hacía daño que hubiera dos federaciones más".
Agulla asegura que en la actualidad en el rural "se practica un caciqueo alarmante que es increíble que se permita en una capital de provincia. El Ayuntamiento no reúne a los colectivos vecinales, sociales o culturales para contar con su opinión a la hora decidir qué se hace en la parroquia (fundamentalmente cuando se realizan inversiones) sino que, en el caso de Ponte Sampaio, se hace lo que decide el concejal Raimundo González y dos colectivos más. Ni siquiera informan a los vecinos, que nos tenemos que enterar por fuera de las actuaciones que el Ayuntamiento va a efectuar en la parroquia".
Teucro
Miguel Anxo Vilacoba, en su día presidente de la federación Teucro, dice que el movimiento vecinal de Pontevedra "está morto", limitándose al funcionamiento de "unhas poucas asociacións, de forma illada, máis por vontade dos que están á fronte delas que por que haxa de verdade un espíritu asociativo".
Vilacoba señala que en este municipio se registran "mobilizacións puntuais" impulsadas por algún sector específico que en algún momento ve perjudicados sus intereses, como por ejemplo la controvertida peatonalización de la avenida de Raíña Vitoria. "O movemento veciñal está KO" debido a la "estratexia do BNG (que comparte el Gobierno local con el PSOE), que lle funcionou moi ben e soubo levar ao seu carón á xente que estaba no movemento veciñal e desactivalo. Logrou desmovilizalo e desmoralizalo".
Otro de los factores que, según el exdirectivo de la federación Teucro, provocó el declive del movimiento vecinal fue el cansancio de muchas personas mayores que estaban al frente de los colectivos y que "tiveron que loitar contra muíños de vento", y a la "falla de relevo xeracional" en las asociaciones. "A xente nova non ten inquedanzas e é moi conformista co que hai. Non ve a necesidade de saír á rúa a reivindicar" en cuestiones que afectan tanto a la sanidad como a la educación y a otros sectores de la economía.
Castelao
Por su parte Juan Loureiro, presidente de la federación Castelao, considera que han mejorado las condiciones en las que se encontraba Pontevedra hace 24, cuando tuvo lugar la manifestación del 5-J, ya que en aquel tiempo "incluso estaba en risco a capitalidade". No obstante, matiza que "aínda hai moitísimas cousas que reivindicar, tanto ao Concello como á Xunta de Galicia". A algunas de las que "aínda están vixentes" desde 1998 se les suman, según Loureiro, "outras novas", entre las que cita el rechazo a la intención de la Consellería de Sanidade de dotar al Gran Montecelo de un aparcamiento de pago.
En cuanto al estado de salud en que se encuentra el movimiento vecinal en la actualidad, el dirigente de Castelao subraya que la pandemia le ha hecho "moito dano" porque lo paralizó, una situación que "axudou ao que lle interesa aos políticos: desmotivar e confundir ao movemento veciñal porque cada día están máis convencidos de que se morre o movemento veciñal teñen moito máis fácil facer as cousas que queren pola súa conta e risco sen escoitar as críticas de ninguén", pero advierte de que éste continúa estando "moi vivo".
A su entender, el movimiento vecinal adolece de recambio generacional, "un ciclo normal e corriente" en la vida cotidiana de las entidades vecinales, "igual que pasa nos movementos reivindicativos da sociedade".
Fusión de las tres federaciones
"Se o movemento veciñal de Pontevedra ten algo que aprender é que unido é moito máis forte, como quedou demostrado na histórica manifestación do 5-J", subraya.
"Temos que intentar volver a ser unha única federación, ou polo menos non ser máis de dúas", apostilla Loureiro.