La pandemia no se casa con los negocios de eventos

La suspensión de salones temáticos y bodas ha situado a la mayoría de las empresas del sector al borde del abismo
Rosa Crespo en su negocio Modas Olga. RAFA FARIÑA
photo_camera Rosa Crespo en su negocio Modas Olga. RAFA FARIÑA

La paralización casi absoluta de las actividades sociales generada por las restricciones impuestas por las autoridades sanitarias para frenar los contagios por covid-19 ha golpeado sin compasión al sector de eventos. Con el estallido de la pandemia y el paso de los meses la actividad de negocios como los de organización de salones o bodas ha caído en picado, poniendo la soga al cuello a muchos autónomos cuya facturación ha bajado entre un 30% y un 90% con respecto a los números de antes de la crisis sanitaria.

El sector dedicado a los eventos, que se caracteriza por su transversalidad y su efecto tractor sobre numerosas actividades relacionadas, está en una situación crítica. La facturación de los negocios especializados en la organización de eventos (contratación de proveedores) ha bajado entre un 20% y un 30% con respecto a antes de la pandemia. Las limitaciones en el aforo de los locales, el cierre perimetral de los municipios, el uso de la mascarilla y las demás medidas de prevención sanitarias han ocasionado la suspensión de salones o el aplazamiento de enlaces matrimoniales a la espera de que la situación epidemiológica mejore y permita el regreso a una cierta normalidad. Mientras tanto, el tiempo pasa y los negocios van sobreviviendo a duras penas.

En el caso del aplazamiento de las bodas, empresas encargadas de su organización han tenido que devolver a los novios "por ética y sentido común" la primera señal que habían entregado a los proveedores, con la confianza de que esa parte económica se retome cuando se fije una nueva fecha para el enlace.

Según Mar Calvar, que dirige el portal nupcial y la empresa organizadora de eventos La Boda de Nerea -además de editar una revista con la misma denominación-, "hay mucha incertidumbre" que está afectando al sector. Explica que "el año pasado, cuando estalló la pandemia, muchas parejas pospusieron su boda para 2021 (solo algunas decidieron realizar la ceremonia a finales de año pese a las restricciones). Eso ha hecho que haya cambiado de forma radical el concepto de las bodas, imponiéndose las de carácter íntimo". 

En este sentido, Mar Calvar precisa que las parejas se están centrando en los detalles más pequeños, con la familia y los invitados justos en vez de hacer una boda grande como las de antes de la crisis sanitaria.

"Hay parejas que se están casando los dos en un espacio idílico, solo con los testigos", señala la gerente de La Boda de Nerea. Este cambio en el modelo de enlace ha hecho que el negocio para las empresas especializadas del sector de eventos haya bajado de forma sustancial al haberse reducido el número de invitados, solo con la reserva del espacio para la celebración de la ceremonia (pazo o finca), fotógrafo, vestido y algo de decoración.

En España el sector de eventos ha venido facturando hasta antes de la pandemia 12.000 millones de euros, empleando de forma directa a más de 80.000 personas y hasta 700.000 trabajadores asociados de más de 100 perfiles profesionales diferentes.

"Nos hemos tenido que subir al carro de la tienda online y de llevar la compra a domicilio"


Adriana Colombo Zarazo, propietaria del negocio Tendencias Floristas, acumula una experiencia de 32 años en el sector. "Aunque haya estallado la pandemia no se puede parar. Hubo que buscar alternativas como la de atender pedidos telefónicos porque con esta situación sanitaria la gente no sale de casa para ir a la tienda y, además, está el cierre perimetral que impide entrar o salir del municipio. Por eso nos hemos subido al carro de llevar la compra a domicilio. Se fían del profesional y con más motivo en nuestro caso, que somos una firma que ya tiene un nombre y que está bien posicionada". Adriana Colombo, de Tendencias Floristas. DAVID FREIRE

Adriana explica que "hay que poner al día las tiendas online, si bien la compra en tienda física sigue siendo entre el 70% y el 80% de nuestras ventas que, en este sector, se efectúan por impulso, cuando la gente ve el escaparate" que, desde el estallido de la pandemia, ocurre a última hora, hasta momentos antes del cierre. "Estamos cerrando el local a las seis de la tarde y la gente viene a las cinco y media o seis menos cuarto. Apuran hasta última hora para ver el artículo y comprarlo", precisa la propietaria de Tendencias Floristas.

Adriana asegura que la suspensión de eventos debido a la crisis sanitaria -entre ellos las ceremonias- "aún no lo estamos notando en las ventas porque todavía no empezó la temporada fuerte, pero si que observamos que la gente espera hasta el último momento para solicitar un presupuesto por la incertidumbre de si van a poder celebrar el evento o el número de personas que van a asistir". 

"Facturo solo un 10% con respecto a antes de la pandemia; igual tendré que cambiar de trabajo" 


José Mosquera, fotógrafo propietario de Visualgal en Dena (Meaño) había dedicado el 90% de su actividad empresarial a los eventos, sobre todo bodas. El año 2020, cuando estalló la pandemia, fue "muy malo" en cuanto a la facturación, mientras que 2021 "también pinta muy mal. Es un año en el que hay mucha incertidumbre por la evolución de la crisis sanitaria", explica el autónomo. De hecho, precisa que está facturando "solo un 10% con respecto a antes de la pandemia". Considera que "si todo sigue así tendré que abrir un estudio o cambiar de trabajo". 

"Al principio la gente estaba muy animada pero no hay señales que indiquen que todo va a ir bien y eso está preocupando y asustando a las parejas que habían programado su boda y que están volviendo a aplazar la fecha de su enlace". En concreto, en 2020 de las 25 bodas que tenía concertadas solo se celebraron tres y el resto se aplazaron.José Mosquera, de Visualgal. DP

"Creo que las parejas están dándose mucha prisa en aplazar su boda porque, como ya ocurrió en 2020, se suspendieron ceremonias que se habrían podido celebrar aunque fuese con restricciones". 

Este año ya se han aplazado seis de las que tenía concertadas Mosquera, en su mayoría sin nueva fecha porque las parejas esperan a que la situación esté más clara.

Mosquera buscó otras alternativas, entre ellas la de fotografía de empresa (para páginas web y de carácter publicitario) y documental. "Antes tenía tantas bodas que no podía centrarme en este apartado", precisa.

"Cuando ya deberíamos estar dando presupuestos no nos han encargado ni una boda" 


Las empresas de catering aseguran que el impacto del coronavirus en sus negocios es "enorme", con caídas de facturación de entre un 70% y un 90%. Afirman que la situación es "muy complicada y crítica" porque los eventos se han reducido al mínimo.

Gustavo Sobral, portavoz de Mochi, señala que desde octubre de 2020, cuando atendieron una boda, no han vuelto a trabajar en ningún otro evento. "Es lógico que nadie se arriesgue a organizar un evento debido a las actuales restricciones. Teníamos concertada una boda para el mes de marzo y ya la han aplazado para octubre", precisa. Además, asegura que eventos que estaban programados para el verano también han sido trasladados a 2022.

La incertidumbre sobre la evolución de la pandemia también está afectando a las primeras comuniones, que habían venido siendo una actividad destacada en el negocio de Mochi. "Cuando a estas alturas tendríamos que estar dando presupuestos y cerrando fechas, no nos han encargado ni la primera porque se desconoce cómo van a ser las restricciones". 

Con respecto a 2020 y tras el estallido de la pandemia, la caída en la facturación de Mochi ha sido de un 80%. "El año pasado solo hemos trabajado a un ritmo normal en julio, agosto y septiembre, mientras que en octubre solo tuvimos dos eventos", precisa Gustavo Sobral.

"Ludotecas en las que participaban 110 niños con los protocolos covid están limitadas a 20" 


Las limitaciones para la contención de la pandemia han supuesto uisa naveiron duro golpe para los negocios especializados en la animación de eventos como el de Isa Naveiro, cuya facturación ha caído un 80%. "La organización de actividades lúdicas como campamentos urbanos, ludotecas y talleres resulta inviable desde el punto de vista económico (por la ratio que fija un monitor por cada cuatro niños) y por las restricciones de la covid19. Ludotecas en las que antes de la pandemia podían participar 110 niños con los nuevos protocolos solo estarían permitidos 20". 

"Al principio de la crisis sanitaria -añade- las actividades lúdicas online habían funcionado bastante bien, pero con el paso de los meses la gente se ha cansado de esa fórmula, que ya no engancha". 

Isa precisa que la actividad de su negocio también se está viendo afectada por las cancelaciones de ceremonias, por lo que ha tenido que reinventar su negocio con mesas dulces, packs personalizados y kits de manualidades infantiles. 

"Tengo guardada en mi comercio ropa de bodas suspendidas el año pasado"


"El cierre perimetral me sacado a mucha clientela", indica Rosa Crespo Custodio, que regenta el negocio Modas Olga situado en Ponte Caldelas, un municipio que comercialmente "vive de los municipios vecinos". En su caso, le preocupa que la restricción en la movilidad le pueda arruinar la campaña de comuniones.Rosa Crespo en su negocio Modas Olga. RAFA FARIÑA

Rosa, que ha sufrido en los dos primeros meses de 2021 una caída en su facturación del 90%, explica que ha invertido en las prendas de comunión y ceremonia adquiridas a sus proveedores con la incertidumbre de no saber cuándo las va a vender. "Tengo guardada ropa de bodas que fueron aplazadas el año pasado. También algunos clientes han anulado las comuniones y otros que las han suspendido hasta agosto o septiembre con la confianza de que se flexibilicen las limitaciones de la pandemia. Con la hostelería cerrada el negocio de eventos no funciona", subraya.

Con su única empleada en ERTE desde el estallido de la pandemia, Rosa pasa la jornada laboral completa en su negocio, "un esfuerzo enorme", enfatiza.

"Aplazamos el enlace cuando la Xunta redujo a 50 personas el aforo de la hostelería" 
Rocío Hermida y Abel Solla fueron una de las parejas que aplazaron su boda el año pasado a causa de la pandemia. El enlace, programado para el 31 de octubre de 2020, tendrá lugar el próximo 15 de mayo.
"En un primer momento teníamos previsto celebrar la boda a pesar de las restricciones y respetando las medidas de prevención sanitarias, pero decidimos aplazarla cuando la Xunta redujo a 50 personas el aforo en el interior de los establecimientos hosteleros (en este caso el banquete iba a tener lugar en el Lagar de Pintos, Ribadumia). Justo la semana siguiente fue cuando se decretó el cierre perimetral en Pontevedra". Además, destacan que han tenido mucha suerte con los proveedores porque "en todo momento han sido facilidades". 

Comentarios