La pandemia mete un tijeretazo medio del 35% a la facturación de las peluquerías

Los negocios de imagen personal han perdido clientela de forma progresiva tras el estallido de la crisis sanitaria
Peluquería de señoras en Pontevedra. RAFA FARIÑA
photo_camera Peluquería de señoras en Pontevedra. RAFA FARIÑA

Las peluquerías han salido trasquiladas de la pandemia. La crisis sanitaria de la covid-19 les ha metido un tijeretazo del 35% en su facturación mensual, según Marcos González Atrio, presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Peluquería y Estética de Pontevedra.

Tras el estallido de la pandemia el volumen de trabajo de las peluquerías se vio considerablemente reducido en verano con las severas restricciones impuestas por las autoridades sanitarias para la prevención de los contagios, entre ellas la cancelación de ceremonias y fiestas. La segunda y tercera olas del invierno ha agravado la situación financiera de los negocios de peluquería y estética, que ni siquiera han podido remontar el vuelo en Navidad por las estrictas limitaciones que afectaban al número de comensales que se podían reunir en sus hogares y el cierre de la hostelería que este año no acogió las tradicionales cenas de empresa.

Con los restaurantes cerrados y las restricciones en la movilidad (aún sigue vigente el cierre perimetral de los municipios en base a la incidencia en los contagios por covid-19), la agenda de las peluquerías han sufrido una importante merma.

"La imagen personal ha pasado a un segundo plano con la pandemia -explica Marcos González-, como lo demuestra el hecho de que la caída de la facturación de las peluquerías ha caído en una media de un 35%": 

"La caída de la facturación mensual es muy variable -añade el presidente de la Asociación Provincial de Peluquerías-. A algunos autónomos les bajó el 5%, a otros el 10% y a otros un 50%. En general la media se sitúa en torno al 35%, una caída que muchos negocios no podrán soportar porque hay gastos fijos como los del alquiler del local, gestoría y recibos de la luz y del gas". 

El presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Peluquería y Estética de Pontevedra explica que el sector está cayendo en picado desde el inicio del verano. "La gente casi no acude a la peluquería -sobre todo en barbería y en peluquería de mujer- por la falta de eventos sociales. Con la pandemia y el consejo de autoconfinamiento al que nos invitan las autoridades sanitarias no hay motivos para ir a la peluquería. No se puede ir de viaje un fin de semana o ir de cena. Al no haber vida social a la gente no le hace falta ir a la peluquería", subraya.

La imagen personal ha pasado a un segundo plano por la crisis sanitaria que ha suprimido las cenas y los viajes

Marcos González precisa que hay un porcentaje de clientes de peluquerías de caballeros que si antes iban a la peluquería una vez al mes ahora tardan mes y medio o dos meses y medio, "sobre todo gente mayor que queda en casa y no sale a ningún lado". Matiza que por el contrario, "cuando hay actividad social y la gente sale a la calle le gusta cuidar su imagen e ir preparada, como por ejemplo cuando va a la consulta del médico o de viaje": 

Pero la falta de actividad social no es el único factor que está restando clientela a las peluquerías. Según el presidente de la Asociación Provincial del gremio, "también está el problema económico que sufren muchas familias cuyos miembros han quedado en el paro o están en ERTE y que se ven obligadas a recortar gastos, entre ellos acudir a la peluquería, retrasando su visita". 

En este sentido, otra de las opciones elegidas por muchos de los clientes de las peluquerías masculinas consiste en comprar una máquina para cortarse el pelo en casa.

Marcos González también cita el pago del 21% del IVA como un lastre. "Es un gran problema tener que dar a Hacienda el 21% de lo que facturamos. Somos meros recaudadores a quienes nos quitan beneficio", comenta el presidentre de la Asociación Provincial de Peluquerías.

Además, ve el futuro del sector con "incertidumbre", dependiendo de la evolución de la pandemia. "Al principio parecía que la curva de contagio iba a estar controlada en dos meses y llevamos un año. La afluencia a los salones de peluquería no se va a recuperar hasta que vuelva a haber un mínimo regreso a la normalidad, que la gente pueda ir tranquila por la calle y volver a hacer vida social". 

El sector de la imagen personal ha perdido en 2020 el 48,1% de sus trabajadores, lo que supone más de 52.000 empleos por el impacto que está teniendo el coronavirus, según los datos de la IV Oleada del estudio de impacto económico de la crisis de la covid-19 realizada en diciembre. Hasta finales de 2020, habían cerrado 10.464 salones de peluquería y estética, el 21,8% de los que existían.

Es un gran problema tener que dar a Hacienda el 21% de lo que facturamos


Carlos Conde. Propietario de la cadena que lleva su mismo nombre

"Aunque nosotros vamos a salvar los muebles, muchos negocios van a cerrar"

La frecuencia con la que la clientela acude a los distintos locales de la cadena de peluquerías masculinas y barberías Carlos Conde "no es la misma" desde el estallido de la pandemia porque la vida social es "prácticamente nula", según indica su propietario.

"Nuestras peluquerías son un entorno totalmente seguro. En todas ellas (alrededor de un centenar en toda España) aplicamos el protocolo covid que está resultCarlos Condeando muy eficaz porque, de hecho, no hemos tenido que cerrar ningún local por algún caso de contagio", subraya Carlos Conde.

Además, entiende que otra de las causas del bajón que se está registrando en la facturación es la negativa del Gobierno central a rebajar el IVA del 21% al 10%, como viene reclamando el sector. "Hasta el 2008 pagábamos el 8% y desde entonces nos lo subieron al 21%. Si no hay una reducción hay un montón de peluquerías que están en una situación muy crítica, abocadas al cierre", advierte Carlos Conde. En el caso de su cadena, asegura que "nosotros sí vamos a salvar los muebles". 

El cierre perimetral también está pasando factura al sector. "Hay muchos clientes de otros municipios que no pueden venir a la peluquería". 

A los centros de la cadena Carlos Conde acudían hasta que estalló la crisis sanitaria "clientes de semana, aunque lo normal es que la frecuencia fuese de una vez al mes, mientras que con la pandemia la visita se amplió hasta el mes y medio o los dos meses". 

Carlos Conde considera que con la crisis sanitaria el recorte en la facturación de sus locales se sitúa entre el 20% y el 30%, además de echar en falta ayudas oficiales que permitan compensar esta rebaja en el volumen de negocio. 


Valeriano Ramón Cachón. Dueño de la peluquería Valeriano

"Considero muy difícil que la gente mayor pueda volver a la peluquería"

Valeriano Ramón Cachón (propietario de la peluquería situada en el número 4 de la calle Germán Adrio, que cuenta con una experiencia de 24 años en la profesión), explica que en estos momentos se está registrando "un bajón importante" en la facturación, "en torno al 40% con respecto a antes del estallido de la pandemia". 

Javi ( hecha )Peluqueria Valeriano (c/German Adrio). Reportaje sobre peluquerias 986102034El autónomo, que dirige un negocio que el próximo mes de mayo cumplirá 16 años, precisa que el cierre perimetral de Pontevedra impuesto por la Xunta de Galicia para la contención de los contagios por covid-19, impide atender a clientes de otros municipios. Además, cita "el miedo al contagio" como otro de los factores que está causando la pérdida de actividad en el sector.

"La gente mayor ya no viene a cortarse el pelo. Se lo cortan en casa sus familiares", señala Valeriano. A su entender, "habrá que esperar a ver cómo está la situación sanitaria después de la vacunación, aunque considero que es muy difícil que la gente mayor vuelva a la peluquería a cortarse el pelo". 

Valeriano recibe en su peluquería a clientes de hasta 65 años, si bien precisa que la media de edad de su clientela es mucho más bajo en estos momentos a causa de la pandemia.

Además, asegura que abre todos los días la puerta de su negocio con incertidumbre sobre el volumen de actividad. "Trabajo el día a día, sin saber el número de clientes que voy a atender". También se refiere a que el IVA del 21% que pagan las peluquerías a Hacienda es "una vergüenza". "Si de verdad fuésemos un servicio esencial tendrían que bajarnos el IVA", subraya.

"Recibimos alguna ayuda cuando estuvimos dos meses cerrados pero tendríamos que tener muchas más. Incluso nos han cobrado la cuota de autónomos", sentencia Valeriano.


Mónica Alonso. Propietaria del salón de peluquería y estética Mónica Alonso

"Al poco tiempo de arrancar mi negocio la pandemia me llevó dos pasos para atrás"

Mónica Alonso es la propietaria del salón de peluquería del mismo nombre situado en la calle Blanco Porto. Abrió su negocio el 5 de marzo de 2019, y solo un año después de iniciar este proyecto llegó el confinamiento (el 13 de marzo de 2020). "Al poco de arrancar y cumpliendo los objetivos marcados llegó la pandemia, que me llevó dos pasos para atrás". Y es que cuando comenzaba a necesitar personal de refuerzo para los fines de semana tuvo que cerrar su negocio desde el 13 de marzo hasta el 1 de mayo.

"Hay una incertidumbre total sobre lo que va a pasar. Ya no es solo que no haya bodas ni comuniones, sino que la gente incluso ni sale a cenar. Mi clientela solo viene a dar color y a cortar, aunque ya hay muchas mujeres que no vienen con tanta frecuencia y procuran hacerlo en casa comprando el producto en la peluquería", señala Mónica.Javi a las 1630 Salon Peluqueria Monica Alonso. C/Blanco Porto. Reportaje sobre peluquerias 986008280

En concreto, la propietaria del salón de Blanco Porto indica que antes del estallido de la crisis sanitaria la frecuencia de visita a la peluquería era de 20 días, mientras que ahora es de mes y medio, si bien matiza que hay clientas que siguen yendo a los 20 días o al mes porque "siguen trabajando y tienen que tener una presentación". 

Mónica ha notado un bajón en la visita de la gente mayor a su salón, "sobre todo porque con la pandemia muchas van a vivir a casa de los hijos". También apunta que el cierre perimetral como un factor que influye en la pérdida de actividad, con clientas de concellos vecinos que no pueden desplazarse hasta Pontevedra. 

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