"La pandemia retrasó mi regularización y sin papeles no encuentro empleo"

"Es la única manera de poder trabajar normalmente en lo que sea, sin tener que hacerlo a escondidas y con miedo"
Gonzalo, con su esposa, Claudia, y sus hijos, Kevin y Sofía. DP
photo_camera Gonzalo, con su esposa, Claudia, y sus hijos, Kevin y Sofía. DP

Hace cuatro años, Gonzalo Taborda decidió abandonar su país, Colombia, en compañía de su mujer y sus dos hijos, que ahora tienen 22 y 14 años, para buscar una "mejor oportunidad económica" en Pontevedra, pero la pandemia dio al traste con todas las ilusiones y proyectos que, tras unos comienzos difíciles, empezaban a cobrar forma.

"En Colombia trabajaba conduciendo taxis y vehículos de servicio público, pero no veía futuro", cuenta Gonzalo, de 61 años. "Mi esposa me sugirió intentarlo en otro lado y tenía una amistad en Pontevedra que me animó a venir aquí. Yo confié en ella y vinimos los cuatro, pero a los ocho días me dijo que teníamos que marcharnos de su casa". 

Gracias a la ayuda de una mujer que los acogió y le encontró trabajo a su esposa en un restaurante, pudieron salir a flote y pronto consiguieron un piso. "En estos cuatro años ella es la que ha llevado las riendas de la casa", reconoce Gonzalo, a quien debido a su situación irregular no le ha sido fácil encontrar empleo. "Trabajé dos años cuidando a un señor mayor mayor que teníamos en casa, pero en diciembre regresó con su familia", cuenta.

Mientras su mujer sí consiguió regularizar su situación antes de la pandemia, a Gonzalo la irrupción de la covid y el consiguiente cierre de las oficinas de extranjería se lo impidieron. "Si no hubiera habido pandemia ya estaría regularizado desde hace un año y eso me facilitaría las posibilidades de encontrar trabajo", insiste Gonzalo que, pese a que en su país "el 70% de su actividad laboral fue como conductor", también tiene experiencia como pintor o en el sector de la hostelería.

"Hace un mes presenté la documentación y ahora estoy esperando una respuesta", explica Gonzalo, que ve la regularización como la única salida para que él y su familia puedan tener un futuro mejor. "Mi mayor deseo es tener la legalidad. Sabemos que somos inmigrantes, pero no queremos sentirnos rechazados por no tener los papeles. Además, es la única manera de poder trabajar normalmente en lo que sea, sin tener que hacerlo a escondidas y con miedo", recalca.

Pese a todo, Gonzalo y su familia no contemplan regresar a su país. "Aquí hay cosas muy buenas, como la seguridad, y se trata de no retroceder", concluye. 

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