Dos años de covid: la pandemia nos robó 3.750 horas de tránsito libre por las calles

Además de cobrarse vidas, generar aislamiento, hacer tambalear la economía y llevar al límite al sistema sanitario, la covid-19 nos ha cambiado la forma de pensar. El confinamiento ha dejado una marca que para la mayoría perdurará años 
CALLES VACIAS EN PONTEVEDRA POR CONFINAMIENTO POR ALERTA CORONAVIRUS
photo_camera A Ferrería, el 19 de marzo de 2020 a las 17.30 horas. Ese día, recién empezado el confinamiento, solo las palomas ocupaban este espacio habitualmente lleno de gente. RAFA FARIÑA

Hoy se cumplen  dos años desde que se declaró el primer estado de alarma decretado en España a causa de la pandemia, una declaración que entró en vigor el 14 de marzo de 2020 y llegó acompañada de un confinamiento que mantuvo a la población en sus domicilios durante 99 días consecutivos. Echando la vista atrás, ahora resulta curioso ver algunas estimaciones de autoridades y expertos sobre la posible duración de la pandemia y las restricciones, previsiones que se quedaron cortas y ya desde un principio obligaron al Ejecutivo a ir prorrogando el estado de alarma hasta la desescalada y el inicio de la llamada ‘nueva normalidad’ el 21 de junio de aquel año. La pandemia resultó más persistente de lo esperado y, seis olas después, varias mutaciones del virus, un segundo estado de alarma y tres dosis de vacunas (cuatro para determinados colectivos), la covid-19 sigue aquí. A día de hoy, las autoridades prevén, con todas las cautelas, que la pandemia podría estar dando sus últimos coletazos, pero aunque así sea, estos dos años han introducido cambios que han quedado instaurados en la sociedad. Estas son algunas de las causas:  

 ¿Cuánto tiempo hacía que no se declaraba un estado de alarma y un toque de queda en España?
Aunque a priori la expresión estado de alarma nos hace pensar en episodios como el estallido de la Guerra Civil, no hay que remontarse tanto. Solo diez años antes de la pandemia se había decretado uno a causa de la la crisis de los controladores aéreos. En 2010, el plante masivo de estos profesionales provocó tal caos aeroportuario que el Gobierno declaró estado de alarma dejando a los controladores bajo las órdenes de la autoridad militar y advertidos de que podrían ser castigados con prisión en caso de no acudir a sus puestos. La advertencia surtió efecto y la situación se subsanó más pronto que tarde. En esa ocasión, no obstante, prácticamente no tuvo mayores repercusiones para el grueso de la población. Para remontarnos a la última vez que ciudadanos españoles se vieron limitados por un toque de queda hay que retroceder unas cuantas décadas más, hasta 1981. Fue durante el golpe de Estado del 23-F y únicamente afectó a Valencia, además de que solo duró unas horas. Antes que eso, la última situación similar, con suspensión de derechos y libertades civiles -entre ellas la de reunión-, se había producido en el franquismo. Desde 1956 a 1975 hubo alrededor de once estados de excepción en varios puntos del país.

¿Cuántas horas de calle nos ha robado esta pandemia?
A causa de las restricciones aplicadas por el Gobierno estatal, fueron alrededor de 3.748 horas, aunque la cifra exacta depende de cada territorio. El primer confinamiento se prolongó durante 99 jornadas completas, si bien en las últimas semanas se fue aplicando un plan de desescalada en el que se podía salir a la calle por franjas horarias y de edad. El segundo estado de alarma a nivel nacional se extendió desde el 25 de octubre de 2020 al 9 de mayo de 2021. La franja de restricción marcada por el Gobierno fue entre las 23.00 y las 6.00, es decir, un total de 1.372 horas durante las cuales las personas únicamente podían circular por la calle para realizar determinadas actividades como ir a trabajar, a comprar bienes de primera necesidad, asistir a centros médicos, a cuidar a dependientes y otras causas de fuerza mayor. Sin embargo, en este caso fueron las CCAA las que regularon la horquilla horaria y en Galicia las restricciones fueron variando en función del momento. Por ejemplo, aquí en varios períodos posteriores se prohibieron reuniones de no convivientes durante las horas nocturnas. 

JAVI CRISIS CORONAVIRUS , CALLES VACIAS POR LAS TARDES Y Y POLICIA Y MILITARES VIGILANDO EN CONFINAMIENTO
Militares y policías vigilando las calles de Pontevedra durante el confinamiento. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

¿Cuántos días nos ha privado de clases presenciales?
El 12 de marzo de 2020, la Xunta las suspendió a partir del lunes siguiente. Desde ese día miles de estudiantes de todas las etapas se vieron confinados en sus domicilios y la enseñanza se trasladó a las pantallas de ordenador y a los teléfonos móviles, una fórmula para la que bastantes docentes y familias no estaban preparados. Así en precario se llegó hasta que acabaron las clases en junio. Ante esta situación, el Gobierno y las CCAA acordaron que la repetición de curso fuese excepcional. Después de un verano de trabajo para adaptar los centros a los cambiantes protocolos de Educación, el alumnado de Infantil, Primaria y Secundaria volvió a las clases presenciales con mascarilla, mamparas en algún caso, desdobles para garantizar la distancia y horarios de tarde-noche, dependiendo de cada centro. En la Universidad, el curso 2020-2021 se siguió desarrollando mayoritariamente online, una realidad que cambió en el actual curso 2021-2022, en el que volvieron las clases presenciales, si  bien la pandemia ha incorporado algunas pautas de trabajo a distancia que han quedado instauradas en muchas facultades. 

¿Cuántos puestos de trabajo se ha llevado por delante?
Es difícil precisarlo, pero hay unos cuantos datos que permiten hacerse una idea. La provincia de Pontevedra había cerrado el ejercicio 2019 con 65.004 parados; doce meses después y con la pandemia haciendo estragos, ya se habían alcanzado los 73.130. Sin embargo, un año más tarde la cifra de desempleados había bajado a 60.101, un nivel incluso mejor que antes de la covid-19. El último dato disponible (del pasado febrero) fue de 60.974. En cuanto a expedientes de regulación temporal de empleo, el año 2021 comenzó con 3.954 empresas acogidas y casi 12.000 trabajadores afectados en la provincia. A 31 de agosto ya solo permanecían en esa situación 1.653 empresas y 3.783 trabajadores. A 30 de octubre de 2021, recién finalizada la última prórroga de los ERTE por covid, ya solo eran 2.367 personas. En definitiva, el empleo ha recuperado los niveles prepandemia, pero los indicadores de riqueza en Galicia siguen por debajo.

El origen preciso del virus sigue siendo una incógnita

¿Qué claves seguimos sin conocer sobre la covid-19?
Después de dos años lidiando con él, todavía desconocemos cuál fue el origen preciso del virus. En febrero de 2021, un equipo de la OMS viajó a China y concluyó que probablemente surgió de los murciélagos, aunque se necesitaba indagar más. Ante las incógnitas existentes, se conformó un equipo de expertos cuya misión es investigar si el virus realmente pasó de animales a humanos en los mercados de Wuhan o si se filtró en un accidente de laboratorio, pero a día de hoy sigue siendo una incógnita. Tampoco se sabe cuál es su dosis infecciosa, es decir, qué cantidad de partículas de virus hace falta inhalar para que ocurra una infección. De igual manera, se desconoce cuál es el nivel de anticuerpos que debe tener una persona para estar protegida.

¿Cómo ha cambiado nuestra vida diaria?
Lo ha hecho a múltiples niveles. En general, la población está más pendiente de su salud y esto se nota en el hecho de que muchos ciudadanos siguen usando mascarilla incluso sin ser obligatoria en la calle. También se nota en el ‘boom’ de contrataciones de seguros sanitarios y de decesos. A nivel social, la pandemia ha cambiado nuestra forma de interactuar. Las aplicaciones de videoconferencia (como Zoom o Skype) introducidas durante el confinamiento se siguen utilizando en la actualidad mucho más que antes. Además, hay empresas que han mantenido el teletrabajo. A nivel de consumo, el confinamiento disparó las compras online y esa tendencia se ha mantenido. También aparecieron nuevos nichos de negocio y otros han crecido con fuerza, como las paqueterías y las empresas de reparto a domicilio. En definitiva, son numerosos cambios que, aunque la panademia pase, han llegado para quedarse.

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