El parque ciclista pontevedrés está más seguro que nunca: solo dos robos al mes

Las medidas preventivas tomadas por los propietarios y la labor de las fuerzas de seguridad propiciaron una reducción del 150 por ciento con respecto a las cifras anteriores a la pandemia
undefined
photo_camera Bicicletas perfectamente estacionadas y con sus candados en el centro de la ciudad del Lérez. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

En 2015, solo en los primeros cinco meses del año, los cacos robaron 70 bicicletas en Pontevedra. La situación estaba descontrolada, con una media que rozaba un robo cada dos días según los datos oficiales de denuncias que manejaba la Comisaría Provincial de Pontevedra. Seis años más tarde, la misma Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano apenas recibió doce denuncias en el primer semestre del año, lo que supone una reducción espectacular. A efectos de comparar las cifras con un escenario más cercano en el tiempo, el descenso en el robo de bicis es igualmente notorio: en todo 2018, antes de la pandemia, se robaron 60 bicicletas. En 2021 se sustraen un 150 por ciento menos que en la etapa anterior a la covid-19.

El parque de este tipo de vehículos en la Boa Vila no ha hecho más que crecer, y las sustracciones de los mismos aumentaban de forma proporcional. Sin embargo, con el paso del tiempo, los pontevedreses se han adaptado, han comprobado que la prevención resulta de vital importancia para preservar sus bienes a buen recaudo, y toman las medidas precisas. Los amigos de lo ajeno, aunque sigan intentándolo, tienen más dificultades, tanto por las trabas que ponen los propietarios como por la pericia de los investigadores policiales, que pasaron de esclarecer uno de cada diez hurtos en 2015 a conseguir recuperar una de cada tres en 2018 y cinco de las doce robadas en el primer semestre del año en curso.

La gran mayoría de vecinos de Pontevedra hace uso de la red de aparcamientos habilitados y asegura las bicicletas con candados de seguridad 

Entre las medidas de precaución que han tomado los vecinos de Pontevedra destaca el hecho de que la gran mayoría hace uso de la red de aparcamientos habilitados a tal efecto y las asegura con candados de seguridad. Además, las comunidades de vecinos han mejorado la seguridad en las zonas de trasteros y garajes, otro punto frecuentado por los ladrones en busca de bicicletas.

Junto a ello, destacan las mayores dificultades que tienen los cacos para obtener un rendimiento rápido de los hurtos, pues las tiendas de segunda mano cumplen con estrictas normas de precaución. Siguen activas, eso sí, organizaciones que sustraen por encargo en busca de determinadas piezas, aunque su presencia se ha reducido.

Pese a las buenas cifras, desde la Comisaría Provincial de Pontevedra recuerdan a los vecinos que no deben bajar la guardia, pues en cualquier momento los cacos pueden reaparecer.

Comentarios