La Asociación de Empresarios de la Mediana y Pequeña Empresa (Aempe) y el Consello Social de la Universidade de Vigo celebraron este martes una jornada sobre los desafíos y oportunidades que arroja la inteligencia artificial, prestando especial atención al conglomerado de las pymes.
El evento comenzó con una primera mesa redonda, en la que los catedráticos Manuel Villares y Amparo Alonso destacaron la revolución que ha supuesto en el procesamiento de datos, pero también las amenazas y retos que acompañan a la inteligencia artificial. Entre ellas, la necesidad de lograr más transparencia, la urgencia de blindar la privacidad frente a esta nueva forma de manejar información o la obligación moral de eliminar los sesgos con los que ahora mismo se importan y exportan los datos.
Para ello, ambos abogaron por impulsar una regulación internacional proteccionista, que también levante escudos frente a la influencia masiva en la opinión, los deepfakes (imágenes y audios falsos) y el excesivo consumo energético. "Si seguimos así, se estima que en 2039 la inteligencia artificial consumirá el 30% de los recursos energéticos", subrayó la catedrática de la UDC.
Esta última precisó, además, que literalmente se entiende como inteligencia artificial aquella que tiene por objetivo crear programas o máquinas que sean capaces de hacer la mente humana, "por lo que no es oro todo lo que reluce, sino que a veces son simples softwares".
La sesión continuó con una intervención del presidente de la cooperativa de armadores de Vigo, Ramón Touza, sobre la inteligencia artificial en la armada, y concluyó con una mesa redonda sobre ciberseguridad, en la que participaron expertos de la Policía Nacional, el Grupo Isonor y Smartpeme.
Además, la inauguración contó con la asistencia del presidente de la Confederación de Empresarios Galegos (CEG), Juan Vieites, quien destacó el poder transformador de la inteligencia artificial, pero también los retos que plantea por delante, como la necesidad de financiación por parte de las pymes para poder subirse a este tren, el déficit de talento en este campo y la transición hacia métodos cada vez más automatizados.