Peajes y carburantes ponen en jaque a los transportistas y los fuerzan a movilizarse

El sector cuenta con casi 2.000 empresas registradas en la provincia que suman 7.035 vehículos autorizados ▶ El último año desaparecieron 200 firmas en Galicia, ahogadas por los elevados costes

Por las autopistas gallegas circulan cada día multitud de camiones que dejan miles de euros en los peajes de Audasa. R.E. (ADP)
photo_camera Por las autopistas gallegas circulan cada día multitud de camiones que dejan miles de euros en los peajes de Audasa. R.E. (ADP)

La última subida de los peajes de la AP-9 es la gota que ha colmado el vaso para los transportistas de Pontevedra y del resto de la comunidad autónoma. En esta provincia, el sector tiene un peso notable, ya que aglutina al 30% de todas las empresas de transporte por carretera existentes en Galicia. Concretamente, en los dintintos municipios pontevedreses hay registradas 1.929 firmas, de las cuales 1.130 son de transporte pesado y 799 de ligero, según los datos facilitados este martes por el presidente de la Asociación de Empresarios de Transportes Discrecionales de Mercancías de Pontevedra (Asetranspo) y de la Federación Gallega de Transportes de Mercancías (Fegatramer).

Esas casi 2.000 empresas suman 7.035 vehículos autorizados (4.900 pesados y 2.135 ligeros), una flota que cada día deja miles y miles de euros en las cabinas de peaje de las autopistas gallegas y del resto del Estado. Hacer el recorrido de ida y vuelta a lo largo de la AP-9 desde Tui a Ferrol ya le cuesta casi cien euros a cada vehículo pesado: 94,20 euros para ser exactos, lo que merma considerablemente los márgenes de beneficios de estos profesionales.

"En un viaje de ida y vuelta Tui-Ferrol ya casi sale tan caro el peaje como el gasóleo y ambas cosas son una barbaridad"

La sangría que vienen generando las subidas constantes aplicadas por Audasa se suma a los elevados costes de los carburantes, lo que ha puesto al sector contra las cuerdas, ahora más que nunca.

De hecho, el año pasado desaparecieron 200 empresas de transporte en Galicia, tal y como confirmó Fegatramer, si bien el número de camiones en las carreteras aumentó porque algunas de las compañías que subsisten han incrementado sus flotas.

Sea como sea, los transportistas están hartos de tener que hacer frente a los incrementos tarifarios de la AP-9 sin un respaldo por parte de la Administración, así que ya planean movilizaciones.

Tal y como indica Ramón Alonso, presidente de Asetranspo y de Fegatramer, "cada día nos dan más en el bolsillo y esto se suma al hecho de que las empresas ya estaban pasando por un momento delicado a causa del elevado coste del gasoil, que suben cuando quieren y sin avisar, y porque los precios de los contratos con los cargadores no son nada fáciles de cambiar, pues no se pueden repercutir en ellos las subidas de los peajes y los carburantes, incluso aunque en los contratos haya una cláusula de revisión automática, ya que a los cargadores no les gusta ni oír hablar de eso".

"Estamos tan desesperados que habrá que echarse a andar por las carreteras secundarias y montar un follón en todas"

La situación provoca que algunos profesionales no puedan hacer frente al incremento de costes, hasta el punto de que en los últimos cinco años han desparecido el 30% de las firmas de transporte por carretera. "Y si se mira desde algo antes, ese porcentaje sube al 40%", aclara Alonso. "No son datos que nos inventemos nosotros, sino que se trata de las estadísticas oficiales".

No es para menos, teniendo en cuenta que en solo siete años conducir por la AP-9 se ha encarecido casi un 23% para los transportistas y que, con la última revisión de precios, "en un viaje de ida y vuelta entre Tui y Ferrol ya empieza a ser casi tan caro el peaje como el gasóleo, alrededor de cien euros para cada cosa, lo que es una barbaridad tanto en un caso como en el otro", indica el presidente de Asetranspo y de Fegatramer.

"Eso luego deriva en que algunos le echen al camión gasóleo de barco porque vale la mitad, otros no tendrán asegurado al chófer, otros irán por carreteras sin peaje aunque eso conlleve problemas de seguridad... Aunque la mayoría no recurrimos a esas prácticas, hay quien sí lo hace porque se ve tan apretado que opta por esas vías", lamenta Ramón Alonso.

PROTESTAS. Ante la situación actual, el sector baraja movilizarse para reclamar el apoyo de la Administración pública. "Estamos en un momento tan desesperado que algunos tendrán que parar el camión en la campa, ya que igual pierden menos parados que trabajando, o tendremos que echarnos a andar por las carreteras secundarias y montar un follón en todas", advirtió.

"Algunos no subimos el precio del porte desde hace cinco, seis u ocho años y esto no da. Muchos no pueden permitirse pagar la autopista. O no le pagas a los proveedores o cierras la empresa. No hay más que rascar", concluyó.

"Somos la periferia de Europa y en vez de ayudarnos a competir, nos castigan"

El sector reclama apoyo a las administraciones estatal y gallega, al igual que sucede en otras comunidades españolas

El encarecimiento de los peajes es una nueva estocada para los transportistas pontevedreses y del resto de Galicia, que juegan con una importante desventaja competitiva con respecto a los de otras comunidades españolas.

"Los gallegos y los portugueses estamos en la periferia de Europa, así que, cuando suben la autopista o el gasóleo, a nosotros nos perjudican más que a los demás. Un señor que tiene una factoría en el País Vasco o en Cataluña tiene muy cerca la frontera para salir al resto del continente, pero nosotros tenemos que cubrir antes toda la distancia que hay desde aquí hasta allí. Además, los catalanes y los vascos nos restringen los fines de semana, durante los cuales no podemos circular por sus carreteras. Eso dificulta que podamos llegar el lunes a primera hora con productos del campo, manufacturados o de cualquier fábrica, lo cual no es un mal menor".

DESVENTAJA. A pesar de que los transportistas gallegos y portugueses son "los más castigados", los representantes del sector lamentan no contar con apoyo institucional para mitigar ese sobreesfuerzo, a diferencia de otras comunidades menos perjudicadas.

"Por poner un ejemplo, en Castilla y Leon la Junta les hace una rebaja del 75% del precio del peaje en el tramo de autopista hacia Francia. Por el contrario, aquí no nos rebajan ni el 75, ni el 5 ni nada. Estamos en la periferia de Europa y nos están castigando en vez de ayudarnos", lamenta Ramón Alonso. "Las autoridades, tanto estatales como autonómicas, tendrían que ayudar a la periferia a competir con el resto del mundo, porque salir al mundo ya no es ir a Ponferrada, es ir a Europa, al Norte de Europa y al resto del globo. Los políticos se llenan la boca diciendo que ahora exportamos y que las exportaciones aumentan y que salimos de la crisis, pero, si eso es así, es a costa de empresas como las nuestras, que están rebajando sus márgenes cada vez más y muchas de ellas ya han tenido que cerrar la puerta".