Los dos últimos 'pescadores' ribeirenses que jugaron a ser a capos de la droga volverán a prisión. La Audiencia Nacional acaba de dictar la sentencia por el alijo de cocaína del Gure Leire, el pesquero que llegó bajo custodia al puerto de Vigo tras ser abordado en altamar con dos toneladas de cocaína en mayo de 2019. Su patrón, armador y alma mater, según la sentencia, era José Luis Ouviña Crujeiras, natural de Aguiño, en la cara Norte de la ría de Arousa.
Su condena, nueve años de prisión como supuesto organizador del narcotransporte, además de patrón y armador del pesquero.
El Gure Leire llevaba años en el punto de mira ya no solo del Servicio de Vigilancia Aduanera, que fue quien finalmente lo apresó, sino también de la Udyco y del ECO, unidades de la Policía Nacional y de la Guardia Civil con base en Pontevedra. Ya desde 2013 tenían tomada su matrícula.
Con base en el puerto vasco de Ondarroa (donde residía Ouviña Crujeiras con el probable objetivo de operar fuera del radar de los antidroga gallegos), el pesquero, con aparejos propios para la pesca, cuatro toneladas de quenlla y con la bodega de popa completamente vacía hizo escala en el puerto de A Coruña el 20 de abril de 2019.
Allí cargó 16.327 gasoil, hielo, pero nada de carnada para la pesca. 'Litros de gasoil que hacían presagiar una larga travesía, lo que contrastaba con la inexistencia de carnada, imprescindible para el arte de la pesca'.
Aduanas ya no le perdió la pista. Así, un mes después llegó el aviso de las autoridades británicas, que, con sus medios técnicos, detectaron al palangrero a 640 millas al Oeste de Ponta Delgada, en las Islas Azores. Las autoridades estaban convencidas de que ya había cargado la cocaína.
Dos días después, el patrullero Fulmar de Vigilancia Aduanera procedió al abordaje, que tuvo lugar a unas 200 millas de Azores y a unas 1.000 de las Rías Baixas. En una de sus cámaras frigoríficas se hallaron 83 fardos que, tras el posterior pesaje, alcanzaron las dos toneladas de polvo blanco sudamericano.
Los ocho miembros de la tripulación, un segundo ribeirense muy cercano a Ouviña Crujeiras y varios vecinos del País Vasco, resultaron igualmente condenados, a penas de siete años y medio para el segundo gallego y de seis y un mes para el resto de 'marineros'. Quedó absuelto en el plenario un octavo acusado, socio de Ouviña Crujeiras, que no formó parte de la travesía marítima.
La sentencia añade que el Gure Leire recibió el alijo directamente de un barco colombiano en medio del Atlántico, y señala las coordenadas precisas al Sur de Galicia, a unas 100 millas de Pontevedra, en las que las planeadoras saldrían al encuentro de la cocaína, algo que ya no sucedió gracias a la acción policial.
Todos los condenados sabían a lo que iban, detalla la sentencia. Ouviña Crujeiras era "artífice de la trama y el que diseña y monta la operación", pero en el resto "concurre el conocimiento de lo que iban a alijar y que se hacían a la mar a todo menos a pescar. Todos ellos veteranos marineros que ven cómo no hay carnada, que las aguas que se surcan están muy lejos de la zona permitida y cómo, de una manera o de otra, saben a lo que van".
En cuanto al hombre de confianza de Ouviña, también ribeirense, la AN sostiene que "prestó su nombre para los bailes societarios de con quien convive" y, pese a estar jubilado, se embarcó en el Gure Leire.
Por los hechos, y dado que ningún acusado pagará los cerca de 300 millones de euros de multa que se les imponen, asumen condenas que suman 47 años y diez meses de prisión.
