Cerca de 15.500 pontevedresas y pontevedreses cobran una pensión, pero las percepciones públicas de las mujeres son sensiblemente más bajas que las ingresadas por los hombres. El Instituto Galego de Estadística (IGE) confirma que la brecha entre subsidiadas y subsidiados en la capital provincial es del 22,6%. La pensión media de las mujeres es de 1.012 euros, mientras que los hombres cobran 1.309. Las nóminas de las pensionistas lerezanas están, además, entre las más bajas de las grandes urbes gallegas, ya que solo mejoran los ingresos de las lucenses (979 euros de media) y de las ourensanas (933).
Por enorme que pueda parecer, la brecha económica de las pontevedresas sujetas a una pensión respecto a los hombres no es la peor entre las ciudades más pobladas de la comunidad autónoma. En A Coruña, por ejemplo, las mujeres perciben un 25,5% menos que los hombres. Y en Ferrol la distancia supera ligeramente el 32,5%. En Vigo, los hombres se llevan del Estado un 26,8% más que las mujeres por término medio. Y solo Santiago (19,2%), Lugo (19,4%) y Ourense (20,7%) presentan datos menos profundos.
La comparación con las ciudades del norte de la provincia de Pontevedra es dispar. Entre los concellos con una brecha en las pensiones menor que la del municipio lerezano están O Grove (15,9%), Silleda (15,3), Ribadumia (16), Cambados (17,7), Lalín (18,3), Vilanova (18,7) o A Estrada (21,2).
Algunas de las localidades donde la distancia entre las percepciones públicas de los hombres y las mujeres son más pronunciadas que en Pontevedra son Marín (33,5%), Soutomaior (31,3), Cerdedo-Cotobade (26,6), Ponte Caldelas (24,9), Caldas (24,8), Sanxenxo (24,4) o Vilagarcía (23,7).
La observación de estas diferencias tiene, además, otra derivada igual de peligrosa. En muchos de estos casos, la corrección de esta descompensación salarial entre hombres y mujeres sencillamente no existe.
De acuerdo con los números del IGE comparados entre los años 2019, antes del estallido de la pandemia, y 2021, todas las grandes ciudades gallegas tienen una brecha de género entre pensionistas y en todas se está minorando. De hecho, Pontevedra es la que presenta un mejor índice corrector. Durante los últimos tres años las mujeres que perciben una pensión en la Boa Vila han logrado subir un 6% sus nóminas subsidiadas, mientras que el mismo salario de los hombres creció un 4%.
Solamente Ourense y Ferrol se aproximan a esta recuperación de dos puntos en tres años. En el resto de grandes urbes, la reducción se queda entre un 1 y un 1,5%.
Sin embargo, a diferencia de lo que ocurre en los municipios con más población de Galicia, muchos de los concellos pequeños de la comarca pontevedresa no solo no han corregido esta brecha salarial sino que la agrandaron desde 2019 hasta hoy. De ese modo, en Vilaboa, Sanxenxo, Silleda, Ponte Caldelas, Cerededo-Cotobade, A Estrada, Cambados, Caldas o Soutomaior las pensiones de los hombres han mejorado en todos los casos con mayor intensidad que la de las mujeres.
Por contra, además de en Pontevedra, las pensionistas de los Concellos de Marín, Poio, O Grove, Vilanova, Vilagarcía, Ribadumia o Lalín tuvieron una mejora en sus nóminas superior a la registrada por los hombres.
La otra gran cuestión es saber quiénes cobran pensiones más altas y quiénes más bajas. En la comarca pontevedresa, las mujeres con la mejor pensión media viven en la Boa Vila (1.012 euros al mes), Poio (909), Marín (896), Vilagarcía (873) o Soutomaior . Las peor pagadas son las de Vilanova (735 euros mensuales), Silleda (739), A Estrada (743), Cambados (749) o Lalín (753).
En cuanto a los hombres, los mejores sueldos están en Marín (1.349 euros ) y Pontevedra (1.309), mientras que el peor es el de Silleda (873 euros al mes).
