Pepa Bueno: "Esta ola toca hueso, ya sabíamos que iba a haber resistencia"

ES LA ÚNICA mujer que dirige y presenta un informativo matinal de radio nacional en prime time. Ha sentado ante sus micrófonos a los principales líderes del país y sus entrevistas se estudian hoy en las facultades de Periodismo. Además, opina. Pepa Bueno (Badajoz, 1964) está este viernes en Pontevedra para participar en el foro As mulleres que opinan son perigosas. "Trabajo con las mejores analistas que hay en este país y cuánto cuesta que las citen como fuente de autoridad. Contamos con periodistas hombres, magníficos analistas también, que son citados profusamente. ¿Que si las mujeres que opinan son peligrosas? Sin duda", afirma.

¿Le cuesta encontrar a mujeres que opinan?
No. Llevo muchos años haciendo programas en los que participan mujeres. Ya en el año 2004, en Los desayunos de TVE, estaban Lucía Méndez, Anabel Díez... No me cuesta más encontrar opinadoras y además las tengo siempre en la cabeza. Tengo puestas las gafas violetas permanentemente aunque veo la vida de todos los colores. Con naturalidad te puedo decir que hay días en los que en nuestra mesa hay mayoría de hombres y otros de mujeres.

Es la única mujer que dirige y presenta un programa de radio generalista en prime time.
Había una especie de leyenda urbana de que las mujeres no íbamos a dar bien en la radio por la mañana (risas). Es cierto, no había mujeres en prime time en la radio generalista, pero tampoco las había en el prime time de la tele en los informativos nocturnos, dirigiendo y presentando.

Hay techos de cristal que son muy evidentes y otros, como el de la opinión, que es muy sutil

Ha ido rompiendo techos de cristal en los medios.
Algunos techos de cristal son muy sutiles, porque presencia de mujeres hay, pero ¿cuántas dirigen el informativo de las nueve de la noche en solitario y en una televisión en el ámbito estatal? Fue en el año 2009 cuando yo pasé al informativo nocturno. Recuerdo a muchas mujeres presentando, pero eso, presentando. Hay techos de cristal muy evidentes y otros que son muy sutiles. Y el de la opinión es muy sutil.

¿Y cómo se rompen?
Es un camino de largo recorrido. No hay que dejar de dar la batalla. Pensar que todo se soluciona de la noche a la mañana solo conduce a la frustración. Es muy difícil conseguir el grado de impacto que se alcanzó el 8-M del año pasado, pero es cierto que el feminismo está ya transformando la sociedad.

¿Cree que puede repetirse el 8M?
Es que no somos muy conscientes de lo que pasó el 8-M. Aún ahora los medios internacionales nos llaman para preguntarnos por el año pasado. Fue muy importante y muy excepcional porque fue una movilización absolutamente transversal de un tamaño, una envergadura y una profundidad que quedará para la historia. Eso no se concibe todos los años. Este año será otra cosa y el que viene otra y, mientras, las cosas van cambiando por debajo.

¿Qué ha iniciado el cambio?
Ya había empezado a rodar antes del 8-M. Creo que lo que ha hecho saltar tantas cosas es que se han unido las mujeres jóvenes. Mujeres que han compartido pupitres con sus compañeros varones, han hecho las mismas carreras y se han encontrado con que el mercado laboral no es igual para los dos, y que cuando tienen el primer hijo tienen que aparcar su carrera. Algunas no hemos dejado de estar en el feminismo, pero antes no había jóvenes. Y de repente empezaron a incorporarse las de treinta. Y luego, con el espacio público y la libertad de movimiento, las más jóvenes. El ejemplo de la convulsión tras la sentencia de La Manada es muy significativo. Las jóvenes no quieren tener miedo.

Esta cuarta ola va directamente al reparto de poder. Esto es lo que molesta

¿Cree que los líderes a los que entrevista a diario se enfrentan a sus preguntas de distinta forma a como lo hacen con sus compañeros de profesión?
Las mujeres en los medios estamos sometidas a un escrutinio infinitamente superior a los periodistas hombres. La imagen sigue siendo una tiranía, no solo en los medios audiovisuales y claro que lo notas, lo que pasa es que lo tenemos muy incorporado. Pero sí existe esa tiranía de lo que se espera de nosotras, del catálogo reducido de mujeres donde tenemos que encajar. Se da en todos los órdenes de la vida.

Entrevista habitualmente a los líderes políticos, muchos implicados en el feminismo, pero después vemos que en todos los partidos el número 1 es un hombre.
Esta cuarta ola va directamente al reparto de poder. Esto es lo que molesta. Después del acceso a la educación, del sufragio universal, o la libertad sexual, esta ola toca hueso, toca reparto de poder político y económico. Y ellos se van a resistir. Mira el retroceso que ha habido en el IBEX. El número de directivas llevaba subiendo años y ahora baja. El resurgir del machismo que estamos viendo tiene que ver con eso. Ya sabíamos que iba a haber resistencia.

¿Cómo afronta en estos tiempos una entrevista en la que se escuchan cosas como que la violencia de género no existe?
Es nuestro trabajo, ¿no? Este oficio tiene cosas maravillosas. Sigo creyendo, como García Márquez, que es el de periodista es el mejor oficio del mundo, y hay momentos históricos como este en los que, además de lidiar con la resistencia natural de un político a contar algo que no sea su mensaje, están estas novedades: la mentira llevada a la categoría de comunicación, el negacionismo de evidencias científicas como el cambio climático, la violencia de género... Con eso tenemos que lidiar, pero en otras épocas se lidiaba con otras cosas.