A Peregrina, el centro neurálgico de la ciudad

Esta plaza, del siglo XVIII, es la "zona cero" de la Boa Vila y el lugar de encuentro de muchos pontevedreses ► En ella se instalaron negocios emblemáticos como el Café Méndez Núñez o la pastelería La Duquesita
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photo_camera Foto de algunos comerciantes de la Praza da Peregrina. DAVID FREIRE

A finales del siglo XVIII se construyó tras el recinto amurallado de la ciudad, al lado de la puerta y torre de Trabancas, una gran explanada. En ella se decidió levantar una capilla provisional de madera para la imagen de la Virgen Peregrina, la cual quedó terminada el 24 de diciembre del año 1776.

Dos años más tarde, el 18 de junio de 1778, tal y como se explica en la página web del blog de Calles de Pontevedra, "gracias a la apertura de una cantera en un monte próximo, se coloca la primera piedra del templo que conocemos hoy en día. Las obras propiamente dichas se prolongaron hasta 1792, aunque no sería hasta el año siguiente cuando quedarían instaladas las campanas, la puerta principal, las vidrieras y el atrio. Y todavía hubo que esperar al 2 de agosto de 1794 para proceder a la bendición inaugural del nuevo santuario. Dicho santuario es la capilla de la Virgen Peregrina, que preside la plaza homónima desde hace ya más de 225 años".

Esta iglesia, situada en pleno camino de peregrinación a Santiago de Compostela, es la que le da el nombre a la plaza, aunque durante unos años, desde 1931, pasó a conocerse como la Plaza de la Libertad.

Todos estos datos son historia del pasado, al igual que lo es la antigua fuente de Sesmeros, que se encontraba a la derecha del santuario, "e a onde as mulleres acudían na procura de auga con recipientes sobre a cabeza", recuerda Ramón Rozas en el libro Rúas de Pontevedra.

Por esta plaza han pasado numerosos establecimientos a lo largo de las últimas décadas. Entre ellos, cabe recordar el popular Café Méndez Núñez, el negocio de ultramarinos de Pedrosa o la pastelería La Duquesita, de la que eran famosos entre los turistas sus típicos melindres.

Y aunque todo lo que la envuelve ha sufrido infinidad de cambios durante años, hay algo que nunca ha cambiado: este siempre ha sido el centro neurálgico de la ciudad, el lugar de encuentro de muchos pontevedreses y, como algunos comerciantes la definen, la "zona cero" de la capital de la provincia.

Negocios

En cuanto a los establecimientos que la ocupan, el más histórico es la Joyería Herederos de Suárez, que abrió sus puertas en 1856, aunque no siempre estuvo ubicada aquí.

Sus inicios fueron en la calle Michelena y es desde aproximadamente medio siglo cuando se trasladaron para esta plaza. Actualmente, al frente de este negocio está quinta generación de la familia.

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Imagen antigua del entorno. ARCHIVO

Esta no es la única joyería que hay en la Praza da Peregrina. La Joyería Aresso lleva establecida aquí desde el año 2017.

Junto a ella, la Inmobiliaria Pedrosa. Su gerente, Manuel Pajariño, explica que "este negocio lleva abierto desde la década de los 70, pero en esta plaza abrió en 1999".

El empresario la define como "una plaza bulliciosa, de muchísimo tránsito. Es el kilómetro cero de la ciudad, el lugar donde todo el mundo queda". "En nuestro sector", añade, "todo el mundo intenta establecerse por esta plaza".

En lo que respecta a los alquileres y ventas de pisos, Pajariño explica que "el alquiler aquí no existe y en la venta sí que hay cosas pero a unos precios más altos que el año pasado, por ejemplo, aunque se sigue vendiendo igual".

Como vecinos, tienen el establecimiento Agasallo, tienda de artesanía y souvenirs y parada obligatoria para todos los turistas que se acercan a la ciudad del Lérez. Su propietaria, Karina Medina cogió este bajo hace nueve años. "Antes aquí había una tienda de artesanía que llevaba abierta 20 años. Nosotros vimos la oportunidad, porque se jubilaba la dueña, y decidimos coger el local", recuerda.

Medina reconoce que "este es un sitio muy bueno. Para una tienda como la nuestra no hay mejor ubicación. Por aquí pasa un montón de gente, tanto turistas como personas de la ciudad. Es el epicentro de Pontevedra, la zona cero". Además, añade, "en verano siempre hay movimiento de gente en la plaza porque aquí se hacen un montón de espectáculos y de eventos".

Justo en el otro lado de la plaza, se sitúa Reizentolo. Esta tienda se trasladó para esta zona hace nueve años, ya que antes estaba situada en la zona vieja. "Lo hicimos para tener más visibilidad. Esta es una zona por donde pasa muchísima gente y es un lugar de paso obligatorio para todos los turistas", afirma su propietario, Alberto Barreiro.

"La vida que le da el Camino de Santiago a esta plaza es increíble porque ver gente de otros países siempre es algo que enriquece a la ciudad", añade.

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