"Las personas con diversidad sensorial tienen más barreras ahora"

La Covid-19 ha aislado a este colectivo hasta el punto de no poder comunicarse con los sanitarios o realizar una gestión administrativa
María Jesús Monterde. CEDIDA
photo_camera María Jesús Monterde. CEDIDA

Hacer la compra por internet, asistir a una consulta médica en pleno colapso sanitario o llevar a cabo una gestión administrativa son ejemplos de acciones que han tenido que ir adaptándose a la nueva realidad creada por la Covid-19, y que en muchas ocasiones han resultado complejas. "Pues para las personas con diversidad sensorial estos meses han sido muy frustrantes", asegura la presidenta de la Organización de Diversidad Sensorial de Galicia (Xoga), María Jesús Monterde.

Con dos personas de la organización contagiadas por Covid-19 y muchas otras viviendo "en una situación de aislamiento terrible" desde que se decretó el estado de alarma, María Jesús explica que, en estos momentos, uno de las labores más significativas de Xoga pasa por "el apoyo psicológico" ante "todas estas barreras, que ahora son muchas más".

Una de esas nuevas barreras tiene que ver con la atención sanitaria. "No hay intérpretes para las personas sordas, ni medidores comunicativos para las sordociegas. Los profesionales, que están saturados, no saben cómo dirigir la atención a estas personas", explica María Jesús. Además, algo tan cotidiano ahora como los guantes y mascarillas suponen también un problema. "Las personas que utilizan la lectura labial, como suelen ser las personas sordas profundas o no, necesitarían que hubiese mascarillas transparentes, o que se usasen más las pantallas, algo que no se da en todos los casos, ni en el sistema sanitario ni en las administraciones".

A nivel comunicativo los problemas se multiplican en todos los ámbitos. "Para una persona oyente ya le es muy dificultoso llamar a cualquier administración porque están colapsadas. Al añadirse esta tesitura, las personas con diversidad sensorial, aunque contacten por videollamada con la ayuda del intérprete, no siempre les atienden en ese momento. Cuando tú pides una cita con el intérprete y no te atienden, tienes que continuar insistiendo y hay un colapso enorme en los servicios de interpretación precisamente porque es imposible cubrir todos los turnos".

NUEVAS TECNOLOGÍAS. Lo que parecía ser la solución para las personas con diversidad sensorial a la hora de comunicarse, las nuevas tecnologías, no han dado la talla tampoco. "Nos hemos encontrado con que realmente no estamos tan bien como creíamos. Ninguna página web es accesible a través de la lengua de signos, si hay vídeos se escuchan muy mal, tampoco hay subtítulos, y encontramos una carencia completa en este sentido", explica María Jesús. Y esto también ha ocurrido a la hora de comunicar por parte de instituciones, como pueden ser los concellos. "Algunas con las que colaboramos, tienen intención y se han hecho cosas, pero no es suficiente. A título particular, nuestra entidad incluso ha tenido que hacer vídeos por pura moralidad, puesto que no es una competencia nuestra. Las administraciones no están preparadas para la diversidad sensorial, entre las que también hay que incluír a las personas mayores, algunas con pérdida de audición o de visión".

Pedir citas previas para hacer un trámite en un concello ha sido "imposible". "Solo se puede hacer por teléfono. Puede haber alguna que, ocasionalmente, disponibilice el correo electrónico, pero el problema es que hay muchas personas con diversidad sensorial que tienen también problemas de escritura y que se expresan plenamente a través de la lengua de signos, que es un idioma". En este sentido, la solución pasa "porque los concellos y administraciones públicas cumplan la ley de accesibilidad, que estipula que los medios tecnológicos tienen que ser accesibles, y por ejemplo para las personas con pérdida visual, que el texto tenga el audio descriptor. Recomendamos el uso de pantallas y que haya más servicios de interpretación y un protocolo".