La perversa obligación de ser feliz

El 17,4% de los adolescentes gallegos sufre síntomas de depresión. La tiranía de las redes sociales y una educación sobreprotectora se unen a la falta de profesionales para disparar las cifras tras la pandemia entre la población entre 12 y 18 años
El uso de la tecnología es uno de los factores que influye en los problemas de salud mental de los adolescentes.
photo_camera El uso de la tecnología es uno de los factores que influye en los problemas de salud mental de los adolescentes.

Dos de cada diez adolescentes gallegos, entre 12 y 18 años, tiene síntomas de depresión. Uno de cada diez tiene ideas suicidas de forma recurrente. Las cifras son similares en todo el territorio nacional y sus consecuencias han llegado a las aulas. La situación es lo suficientemente preocupante para que desde la dirección y el profesorado de los institutos se haya dado la voz de alarma. El número de casos de niños y niñas, especialmente entre ellas, que sufren ataques de ansiedad en clase ha ido en aumento tras la pandemia y muchos centros reclaman recursos para hacer frente a la situación.

Los datos proceden del informe "Adolescencia, Tecnoloxía, Saúde e Convivencia", elaborado por la Universidade de Santiago (USC) y la Fundación Barrié sobre una población de 8.833 adolescentes. Y aunque la situación se ha vuelto más visible tras la pandemia "no todo es por culpa de la covid", advierte el investigador y doctor en Psicología Social Antonio Rial Boubeta. El también director técnico de la Unidad de Psicología del Consumidor y el usuario de la USC estudia desde hace veinte años el comportamiento de los jóvenes y asegura que la salud mental en general, y entre este grupo de población en particular "es la gran asignatura pendiente".

Frustración

Para Rial Boubeta, los adolescentes de hoy lo tienen más complicado que los que nacieron hace cuarenta años. En primer lugar, "porque tienen la perversa obligación de ser feliz". "Eso es inalcanzable, estás condenado a la frustración", dice. El psicólogo subraya que la incidencia de los problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad o los trastornos alimentarios también son consecuencia de vivir "en la tiranía de Instagram y el imperio del selfie, bajo el credo de que imposible is nothing. Mentira, no es así", sentencia.

Otro factor clave es que frente a la tiranía de las redes sociales "contamos con un sistema educativo en el que el niño no tiene responsabilidades ni exigencias". "Desde el punto de vista de la inteligencia emocional, la de nuestros hijos es de menos diez".

Expertos como Antonio Rial sostienen que los adolescentes hoy tienen un umbral de la frustración muy bajo (de ahí el nombre de Generación de Cristal para la Generación Z, los nacidos después del año 2000). Esta afirmación se apoya en el último informe del Plan Nacional sobre Drogas que revela un aumento progresivo en el consumo de ansiolíticos entre los adolescente españoles.

Prevención

"No estamos educando mental y emocionalmente a los jóvenes sobre los problemas que te puede poner la vida. Apostamos por formar individuos con muchos conocimientos técnicos y competencias digitales, pero no competencias humanas", asegura el doctor en Psicología.

En el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión son muchas las voces desde la Psicología Clínica y la Psicología Social que ponen sobre la mesa la importancia de la prevención.

En este sentido, Galicia es pionera, tras poner en marcha un plan de prevención del suicidio con la implantación de una unidad específica en cada área sanitaria. En Pontevedra, que atiende de media una conducta suicida al día, se inauguró el pasado mes de octubre en la Casa del Mar.

"En Galicia se están adoptando algunos modelos de los países nórdicos, ahora mismo hay un programa piloto de atención a la salud mental que es realmente ilusionante. Es un principio", comenta el psicólogo social de la USC.

"Hay que triplicar el número de psicólogos"

Los especialistas llaman la atención sobre la ratio de profesionales de la salud mental por habitante, que en mayo de 2022 se situaba en Pontevedra en 9,5 psiquiatras por cada 100.000 habitantes (casi siete menos de la media europea) y la de psicólogos era entonces de 7,5 especialistas por cada 100.000 (casi ocho menos). El Colegio Oficial de Psicología de Galicia (COPG) estima que debería triplicarse el número de facultativos clínicos en el Sergas para dar una asistencia "de calidad" y responder a las necesidades de la comunidad.

Desde el Colegio calculan que la dotación mínima de profesionales para atender las actuales necesidades de población infanto-juvenil gallega se situaría entre 50 y 60 psicólogos y psicólogas clínica. Aseguran además que la terapia psicológica es uno de los tratamientos "más eficaces" para la depresión, y advierten que, para que la lucha contra esta enfermedad sea efectiva, es necesario que la atención

Talleres en las aulas

Algunos centros escolares han puesto en marcha talleres en los que se trabaja la gestión emocional para combatir este aumento de trastornos de salud mental en las aulas. La psicóloga social Jeniffer Herbón, que impulsa el proyecto Convive +, ya impartió alguna de estas actividades en institutos de la provincia. "En los institutos cada vez se encuentran más con casos de ansiedad, trastornos de la conducta alimentaria, ideación suicida, depresiones...", explica la terapeuta, que el año pasado estuvo en algún instituto de Redondela y próximamente iniciará sus talleres en Vilaboa.

"Desde los centros intentandar respuesta a esas situaciones y solicitan información tanto para las familias como para los profesores, que muchas veces se encuentran ante un ataque de ansiedad y no saben cómo actuar", explica la psicóloga social.

Herbón recalca que los orientadores han multiplicado el número de alumnos que necesitan su atención. En sus talleres analizan la sintomatología de trastornos como la ansiedad y practican "algunas dinámicas para que tengan herramientas para enfrentarla", añade. En todo caso, señala, cuando hay un caso "siempre se deriva a un psicólogo clínico".

"Es un falso mito que sea normal estar triste en la adolescencia"

El 80% de los adultos que llegan a consultas de salud mental con depresión ya había iniciado la patología en la adolescencia, una etapa en la que suele expresarse con alteraciones de conducta, como pueden ser problemas alimentarios o autolesiones, y en la que es necesario intervenir para poder revertir la patología de forma completa.

Los expertos sostienen que en la adolescencia, un cuadro depresivo muchas veces no se evidencia con tristeza o ánimo bajo, como pasa en la población adulta, sino en alteraciones de conducta (síntomas alimentarios, consumo de sustancias, autolesiones) a través de las cuales la persona intenta manejar las emociones. "Hay que interpretar no solamente lo que el adolescente dice, sino cómo actúa", dice Elías García, psiquiatra del Programa de Transición a la vida adulta y Primeros Consumos que se ha puesto en marcha en el Complejo Hospitalario de Toledo.

Es un "falso mito" que sea normal estar triste en la adolescencia, sostiene el especialista, que asegura que si a un joven le afecta a la conducta "es que no está teniendo un desarrollo normal", precisó.

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