El 'phishing' a cuentas bancarias supera las cien víctimas y suma 655.000 euros robados

La estafa veraniega se diversifica: al falso inquilino se le han añadido los engañosos SMS reclamando códigos para bloquear un supuesto hackeo. La Unión de Consumidores de Galicia y Abanca pactan acuerdos amistosos  
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La bola de nieve de las estafas bancarias durante este verano continúa creciendo a pasos agigantados. Tras cada noticia desvelando el aumento de afectados, aparecen nuevas víctimas en toda Galicia que se identifican con el modus operandi denunciado. Hasta el momento, se tiene conocimiento de más de un centenar de familias que han visto cómo sus ahorros desaparecían a golpe de click, en un suspiro. El montante del botín supera ya los 655.000 euros

Los delincuentes, sabedores de que una vez se descubrieran sus artimañas lo tendrían complicado para repetir el engaño, no han dudado en recurrir a otros métodos para engañar a sus víctimas. De este modo, el falso inquilino que buscaba una vivienda turística y enviaba un link para justificar el ingreso de la fianza (lo que en realidad le abría las puertas de las cuentas bancarias de los confiados caseros) ha dado paso a una treta cada vez más extendida y que han sufrido decenas de gallegos.

Se trata de la recepción de un SMS (sin haberlo solicitado) supuestamente de Abanca en el que se alerta de un intento de hackeo de las cuentas bancarias. Es lo que le ocurrió a José C.CV., un vecino de Poio de 39 años que el pasado 13 de agosto vio cómo le sustraían 5.800 euros de sus ahorros.

Una mujer con acento gallego y que dijo trabajar en Abanca consiguió hacerse con los códigos para validar las transferencias

Según denunció, nada más recibir el mensaje y pinchar en el link adjunto, se le abrió una web idéntica a la oficial de Abanca que le solicitaba su DNI y el número de teléfono. A los pocos minutos recibió una llamada de un número asociado a la entidad bancaria, en el que una mujer con acento gallego le aclaraba que le iban a llegar distintos mensajes con cantidades y un código, los cuales debía proporcionarle para bloquear el teórico hackeo.

En realidad, al otro lado de la línea se encontraba una integrante de la red de estafadores que, con esta argucia, estaba recibiendo autorización para validar las transferencias: dos de 2.900 euros cada una.

Cuando la delincuente intentó crear una tarjeta virtual con otros 6.000 euros, ante el temor de verse descubierta, colgó súbitamente. El hombre, extrañado, telefoneó a su banco y este le confirmó sus peores temores: que había sido víctima de una estafa, y que Abanca no se haría cargo de ningún tipo de indemnización por haber hecho un mal uso de sus claves personales.

Los afectados, sin embargo, discrepan totalmente. Entienden que existe un grave fallo de seguridad en su banca online, que les abre las puertas a los delincuentes, mediante mensajes muy creíbles, para engañar a las víctimas para sustraerles sus ahorros.

Más información: Las estafas por 'phishing' se refinan y dejan a decenas de gallegos sin ahorros

ACCIONES DE LA UCGAL. De ahí que los estafados hayan hecho un frente común para llevar este caso ante la Justicia. Por el momento, su primer intento de solución está en manos de la Unión de Consumidores de Galicia, que representa a cerca de 70 víctimas, y ya se ha puesto en contacto con Abanca para intentar alcanzar una resolución extrajudicial.

Según les explicó a los interesados, la entidad "trasladou o compromiso de analizar cada un dos casos de xeito individualizado". Posteriormente, UCGAL intentará una salida negociada, siempre bajo la autorización de sus clientes. En caso de no llegar a un entendimiento, la asociación informará de los pasos a seguir con la mayor brevedad, para que emprendan las acciones oportunas.

"Me quedé con una mano delante y otra detrás"
Mónica Fernández Piñeiro es una más del centenar de víctimas de los timadores veraniegos. En su caso, los hackers se apropiaron de casi 9.000 euros, todos sus ahorros y los de un hermano y una hija. "Me dejaron con una mano delante y otra detrás". 

Ocurrió el 18 de agosto, cuando recibió un SMS de un número idéntico a los que utiliza Abanca. "Decía que me habían hackeado la cuenta y que me llamaría una empleada para indicarme los pasos a seguir", explica. 

Al cabo de unos minutos, una mujer con acento gallego le alertó de que le llegarían unas cantidades y unos códigos, los cuales le debía facilitar para anular las operaciones. Mónica, confiada, así lo hizo. "Nada me hizo sospechar, porque utilizaban números de Abanca, tenían datos míos que solo conocía Abanca, decía que era de Abanca...". 

Casi 9.000 euros 
Nada más colgar la falsa trabajadora, decidió llamar a la entidad para confirmar que el teórico plan de seguridad había funcionado. Nada más lejos de la realidad; en ese momento, un auténtico empleado de Abanca le informó de que le habían sustraído todos sus ahorros. 

"Y no solo los míos. También entraron en dos cuentas que tengo con mi hermano y mi hijo, desviaron todo el dinero a mi cuenta y de ahí hicieron una transferencia a un banco extranjero", aclara. Cuando la víctima le pidió una solución a Abanca, le respondieron que "se lavaban las manos, porque había sido un error mío y no podían ayudarme".

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