La percepción social es que los ciudadanos están cada vez más sensibilizados con la crisis sanitaria que vivimos y, si bien en los primeros días no eran pocos los que desafiaban las prohibiciones del estado de alarma, hoy en día la sensación es que hay una mayor conciencia de quedarse en casa y así evitar que se dispare el contagio.
Sin embargo, la realidad policial es bien distinta y este domingo, cuando se cumplen tres semanas desde la aplicación del Real Decreto 463/2020, la estadística revela que las denuncias por incumplir el confinamiento, lejos de reducirse, han ido en aumento.
La Policía Local suma ya 175 propuestas de sanción ante la Subdelegación del Gobierno, que conllevarán, en la mayoría de los casos, una multa de 600 euros, aunque esta cantidad podría aumentar hasta los 30.000 euros en los casos más graves, como negarse a colaborar con los agentes de la autoridad, facilitar datos falsos o reiteración manifiesta.
2. "Paseo en coche por todos los Lidl, Froiz, Gadis y Carrefour porque voy buscando las mejores ofertas".
3. "Dejé a mi hijo en casa de su abuela para que le diese de comer".
4. "Perdón agente, pero llevo varias días sin ver a mi novia y tuve que salir de casa para poder verla un rato".
5. "Voy a una finca a las afueras de Pontevedra a ver mi plantación de árboles".
6. "Vivo en Cotobade pero vengo al supermercado a Pontevedra porque hay más variedad".
7. "Estoy dando un paseo porque dejé a mi mujer en el trabajo y estoy haciendo tiempo para recogerla".
8. "Disculpe agente, voy a repartir unas mascarillas entre mis familiares porque en mi casa tengo bastantes".
9. (Después de haber sido interceptado por tercera vez en el mismo día con una barra de pan) "Es que en mi casa consumimos mucho pan".
10. "Pasemos al perro toda la familia varias veces al día porque le encanta salir a la calle".
Y en el puesto de honor del escalafón, por unanimidad de los agentes, esta reciente llamada a la centralita: "Buenas, quería saber si en el hipotético caso de que el sábado, a la una de la tarde, se fuera la luz en mi domicilio, ¿habría algún inconveniente en que vaya a comer a casa de mi hermana?".
La primera semana de esta anómala situación se impusieron 47 denuncias. "La gente aún no estaba muy concienciada y nuestra labor era más informativa que sancionadora", explica el inspector jefe José Duarte. En los siguientes siete días aumentó la exigencia y con ella el número de expedientes: 60. A falta de conocer las cifras de este fin de semana, la tercera semana acumula ya 68 multas.
Resulta evidente que ni el coronavirus intimida a la picaresca y los infractores recurren a todo tipo de argucias para intentar engañar a la Policía: desde compras masivas de pan y paseos constantes de perros hasta visitas a supermercados a varios kilómetros de distancia, pasando por desesperados ataques de nostalgia de la pareja, el reparto de mascarillas o un supuesto apagón que todavía no se ha producido.
El objetivo es que la cobertura sea lo más amplia posible y los distintos agentes no se pisen en el cumplimiento de sus funciones.
"Realizamos hasta ocho controles al día, en lugares y horarios aleatorios"
Las drásticas consecuencias de la Covid-19 obligan a extremar todas las precauciones y la Policía Local será inflexible en el cumplimiento de las directrices marcadas por el Gobierno. De ahí que la movilidad y la intensidad de los controles sea una parte crucial para su eficacia.
"No tenemos un horario fijo, ni tampoco un lugar concreto. Dentro del perímetro que se nos asigna desde la Subdelegación, vamos estableciendo controles a lo largo del día, a veces hasta ocho", apunta Manuel Omil, portavoz del cuerpo municipal.
En contra de una opinión muy extendida entre la ciudadanía, los tentáculos policiales no se centran solo en el casco urbano, sino que llegan hasta todo el rural. "Lo recorremos todos los días, incluso los puntos más alejados del centro, como son A Canicouva y Ponte Sampaio", agrega.
No obstante, es cierto que los cruces y las rotondas del casco urbano son los más vigilados, por su mayor intensidad circulatoria.