VICEDIRECTORA del CIFP Carlos Oroza, Pilar Tallón es una de las responsables de que el alumnado de este centro reciba formación sobre turismo accesible, un compromiso que la Asociación de Profesionais do Turismo de Galicia (Proturga) destacó la semana pasada en la celebración en Pontevedra de su cuarto foro, Do turismo sensible ao sensitivo.
La formación en turismo accesible no se incluye en la programación de los ciclos de hostelería que se imparten en Galicia. ¿Por qué el Carlos Oroza sí la ofrece?
Mi compañera Tina Otero y yo asistimos hace unos años a unas jornadas sobre turismo accesible organizadas por Arousa Norte y nos impactaron. Se vieron los puntos de vista de diferentes personas, no solo de los viajeros con discapacidad, sino de arquitectos, técnicos de turismo... Dijimos que teníamos que trabajar esto. Estamos formando a los futuros profesionales y esta formación los va a distinguir de otras personas y va a complementar la formación que les tienes que dar por curriculum. Empezamos a colaborar con la ONCE, con la asociación de sordos, con Juan XXIII y todos nos abrieron las puertas, porque realmente ellos también tenían esa necesidad de que se visibilizara que existen, viajan y tienen unas dificultades enormes. Además Pontevedra, en materia de accesibilidad no es perfecta pero está trabajando mucho para intentar ser más humana y accesible. Tenemos el marco perfecto. Presentamos nuestro proyecto a los premios de Innovación Educativa que convoca la Consellería, porque es una formación que requiere trabajar horas extra, tanto al alumnado como al profesorado, y nos lo concedieron.
"Esta formación distingue a nuestros alumnos. Es voluntaria, también para profesores, pero participan todos"
¿Qué supuso para el centro la concesión del premio?
Fue una alegría para todos y la seguridad de que estábamos en el buen camino en ese sentido. Ya nunca dejamos de trabajar en esto. Cada curso tenemos varias actividades relacionadas con el turismo accesible. Con los usuarios de Juan XXIII hacemos visitas guiadas adaptadas, talleres de cocina, prácticas de hotelería... Actividades que les hacen sentirse turistas. Con la ONCE hacemos una comida sensitiva, a ciegas. Con las asociación de sordos hacemos formación básica en lengua de signos para poder comunicarse lo mínimo en una recepción o en una oficina de turismo. Tratamos de involucrar a todo el centro. La ONCE da formación sobre comida sensitiva a los alumnos de Cociña (como colocar la comida para que pueda localizarse con facilidad, el contraste con el plato, el tipo de alimentos, sin espinas, sin huesos...); a los de Servizos sobre cómo guiar a la persona con discapacidad visual a la mesa y asistirle para localizar las cosas; a los guías y a los de Aloxamento...
¿En un entorno accesible?
Precisamente también decimos que nuestro propio centro no es del todo accesible. Por la entrada principal no es posible acceder en silla de ruedas, aunque ahora sí por el edificio nuevo. Pero es un problema para invitar a gente en silla de ruedas, ya que reivindican poder entrar por la puerta principal, como cualquier otra persona, sin discriminación. Igual ocurre con el auditorio Príncipe Felipe.
¿Cuántos cursos llevan desarrollando este proyecto?
Este sería el sexto.
"Muchas empresas con gran experiencia turística todavía cojean en atención a personas con discapacidad"
Es decir, que ya hay promociones de alumnos formados desde el primer curso.
Sí, y es una formación que ellos agradecen. Por ejemplo, se fueron de Erasmus a Malta y tuvieron que poner en práctica una bienvenida con ese detalle de hacerlo en lenguaje de signos. Los hoteles que acogían a nuestro alumnado nos felicitaron. Nos parece imprescindible. Nuestro proyecto tiene un nombre perfecto, Para min, para ti, para todos.
¿Cómo se incluye esta formación en el curriculum?
De forma transversal, pero también es cierto que utilizamos muchas horas de nuestro alumnado. Es voluntario y vienen todos. Y de nuestro profesorado, que prepara visitas fuera de su horario, pero es algo en lo que creemos, que nos gusta, y estamos dispuestos a hacerlo. A los alumnos de Hostelería sí se le da formación en horas de clase a cargo de técnicos.
¿Cuando los estudiantes empiezan su trayectoria laboral notan que esa formación les distingue?
Sí, incluso cuando hacen las prácticas de FCT (Formación en Centros de Traballo), un módulo obligatorio, muchas veces hacen el proyecto sobre las mejoras en la atención al cliente con algún tipo de discapacidad en la empresa turística en la que están. Y los empresarios o instituciones también nos han comentado que les parece muy interesante que se les esté dando esa formación, al mismo tiempo que se están sensibilizando. Muchas empresas con gran experiencia turística todavía cojean en este tipo de atención. Por lo menos las nuevas promociones que vayan saliendo que sepan que es un nicho de mercado.
¿Y hasta ahora nunca se había atendido este colectivo?
Ellos mismos lo cuentan. Nunca viajan solos, siempre con un grupo de gente y, encima, son clientes súper fieles. Cuentan sus experiencias en foros sobre hoteles, restaurantes, destinos que fueron amables con ellos. Es un boca-oreja que funciona y lo tienen clarísimo. Se lo decimos a los alumnos: son gente que viaja, tiene dinero y les gusta que se adapten las cosas a sus circunstancias. En Pontevedra, tanto Concello como Deputación, están haciendo cosas, cuentan con nosotros y seguiremos colaborando. También haremos actividades accesibles con la camelia, la Ponte Van. Los alumnos también agradecen estas experiencias.
