De la piragua y el micro a los fogones

Luis dejó la piragua para estudiar Cociña ► A Raúl, de 36, la música no le hace sombra a su verdadera vocación
Luis, piragüista, y Raúl, cantante de orquesta, se conocieron en los fogones del Carlos Oroza. DAVID FREIRE
photo_camera Luis, piragüista, y Raúl, cantante de orquesta, se conocieron en los fogones del Carlos Oroza. DAVID FREIRE

Nunca es tarde para darle un giro de 180 grados a la vida. Ya se tengan 22 años o 36. Bien lo saben Luis Rodríguez Vicente (Portonovo, Sanxenxo, 1999) y Raúl Paz Arias (Madrid, 1985), que dejaron atrás sus antiguos sueños y oficios para entregarse de lleno a los fogones. Se conocieron en septiembre, cuando ambos iniciaron el ciclo superior de Dirección de Cociña en el CIFP Carlos Oroza, pues era entre ollas y sartenes donde estaban puestas sus aspiraciones. Y la pandemia, inevitablemente, también tuvo mucho que ver en este golpe de timón.

La vida de Luis empezó a cambiar con una llamada en la que, con 14 años, le proponían ingresar en el Centro Galego de Tecnificación Deportiva (CGTD), para intensificar su dedicación al piragüismo. "Estuve así cuatro años, acabé el Bachillerato y después me concentraron con la Selección española en Sevilla", cuenta, después de haber competido ya en campeonatos internacionales. En la capital andaluza estuvo dos años. Ya entonces quiso matricularse en cocina, pero optó por la Ciencias de la Actividad Física y el Deporte. "Era muy difícil compaginar la universidad y los entrenamientos. Me saturé y volví a Pontevedra". 

Continuó sus estudios en el campus y con el piragüismo en el CGTD, con la vista puesta en los selectivos para los internacionales, pero "vino la pandemia y se paró todo. Ahí abrí los ojos y me matriculé en Cocina. Fue de las mejores decisiones que tomé". 

DAVID CIFP Carlos Oroza. Reportaxe con Luis, un cantante da Panorama e Raúl, un piragüista, que estudian Dirección de Cociña. Vémonos alí (a menos que vos cadre levarme)., viernes, 30 abr · 11:30–12:00

El amor por la cocina le viene de lejos, pues su familia regenta el asador O'Xesteira. "Desde los 15 añitos ayudaba allí, me fui metiendo en la cocina poco a poco. Puedo compaginarlo todo. El fin de semana trabajo allí y entre semana entreno y estudio". 

El Carlos Oroza ha cubierto sus expectativas, aunque tanto Luis como Raúl saben que este curso no se puede comparar con años anteriores. Otra vez, la covid. "Pero se nota que hay nivel. No tiene que ver lo que hago en mi asador con lo que se hace aquí. Te preparan para dirigir buenos restaurantes". El joven portonovés no desoyó su vocación, pese a que su familia "no quería que me metiese en este mundo, porque saben que es muy sufrido y hay que dedicarse al cien por cien al negocio. Querían que siguiese mi carrera deportiva. Pero voy a intentarlo y, además, así puedo echar una mano en el negocio".

La historia de Raúl, o Rulo, como lo conocen los fans que siguieron su periplo por orquestas de la talla de Charleston Big Band, Panorama y Olympus, comenzó muy lejos de los escenarios, aunque no tanto de los fogones, pues su primera experiencia laboral tras dejar el colegio sin terminar la ESO fue una carnicería en El Bierzo, a donde se mudó con su madre con solo cuatro años. "No me gustaba estudiar, porque no me enseñaron". Duró un mes. "Con 17 años me dieron trabajo en la pizarra. Me pagaban el doble que en la carnicería. Después estuve dos años de camarero, pero volví a la pizarra porque me ofrecieron más dinero. Pero no veía futuro en ese pueblo de 200 personas en el que todo el mundo vivía para trabajar". Un día decidió que lo suyo no era echar ocho horas metiendo piedras de pizarra en una noria. "Planté. Tenía dos años de paro y quería hacer Cocina".

La vida le volvió a dar otra sorpresa. Una noche de fiesta en un karaoke le propusieron que se presentara "a algo de música". Con el Internet a pedales de 2007, cocinó de madrugada un currículum para una web de orquestas en el que obvió que nunca se había dedicado a este mundillo. "Me llamaron de cuatro: una de Miranda de Ebro, dos de Ourense y una de Lugo". 

Raúl Paz: "Ganaba mucho dinero, pero no era feliz. Nunca me sentí tan vivo como ahora, ni siquiera cantando para 22.000 personas"

FECHAS EN VERANO. Eligió la burgalesa. "Llegué, me dieron un micrófono y unos auriculares". Llevaba encima el susto y los nervios "y encima pesaba 110 kilos y no tenía ni idea de cantar, de bailar ni de nada. Creo que era innato. Ahora veo que no lo hacía nada bien. Era divertido". Volviendo de la última fecha paró en Bembibre (León) al ver "un escenario enorme". Se acercó al palco "porque cara siempre tuve" y se ofreció como cantante. Y logró el puesto, en "la orquesta más grande de Castilla y León". 

Su periplo le llevó a Asturias y después a Galicia, con 22 años, primero en Charleston Big Band y después en Gran Parada, La Fórmula, Panorama ("la dejé porque pasé de ser un artista a un producto") y Olympus, en la que sigue y con la que ahora iniciará los ensayos para el esperado regreso a los escenarios en verano. "Supuestamente tenemos 60 fechas, a ver si se pueden hacer. Ahora estamos haciendo platós de televisión". 

De hecho, es una cara conocida en la TVG (Bamboleo, Luar...), donde también se le pudo ver en el concurso gastronómico Come a comarca. Tanto de la música como de la tele lo que menos le gusta es "que el mundo tenga la oportunidad de entrar en tu vida cuando quiera". Aun así se animó a presentarse a Masterchef, aunque no pasó la selección. Luis solo lo siguió la edición que ganó el también piragüista Saúl Craviotto.

DAVID CIFP Carlos Oroza. Reportaxe con Luis, un cantante da Panorama e Raúl, un piragüista, que estudian Dirección de Cociña. Vémonos alí (a menos que vos cadre levarme)., viernes, 30 abr · 11:30–12:00

Luis Rodríguez: "La pandemia lo paró todo. Abrí los ojos y me matriculé en cocina. Fue de las mejores decisiones que tomé"

¿MAESTRO? TAMPOCO. El verano pasado, con el mundo de la música totalmente parado, decidió recuperar su viejo sueño de dedicarse a la cocina y se matriculó en el Carlos Oroza. ¿Pero cómo llega a un ciclo superior un treintañero que no llegó a obtener "ni el graduado escolar"?

Con 30 años se planteó que eso "no podía ser". Se matriculó para obtener la ESO por libre en el instituto de Vilaxoán y allí conoció a Manuela. "Ella me abrió al mundo del estudio. Veía que era inteligente, pero... Yo ni sabía dividir por dos cifras". Eso no le arredó. En el mismo curso empezó a preparar el acceso a la Universidad para presentarse a unas oposiciones de bombero. Y lo aprobó el mismo curso que el título de ESO.

Con la idea de "aportar algo a la sociedad" se matriculó en Educación Primaria. "Hice dos años, pero no me gustaba la formación y sabía que iba a estar frustrado". 

Y volvió a acordarse de su antiguo sueño de ser cocinero, pese al sacrificio de la hostelería. "Me di cuenta de que había llegado a tener mucho tiempo libre, a ganar mucho dinero y a tener muy buenas condiciones de trabajo, pero tampoco me hacía feliz. Y lo que siempre me gustó era la cocina. Y nunca me sentí tan vivo como ahora, con 36 años. Ni siquiera cantando para 22.000 personas". 

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