La plaga de las velutinas: 133 avispas por cada gallego

La expansión de la avispa asiática obliga a las administraciones a destinar medios económicos y materiales para 

Vista de un ejemplar de una avispa asiática del nido que estaba oculto tras la maleza, en O Porriño - Avispa velutina
photo_camera Avispa velutina. DAVID FREIRE

Es una plaga que se extiende como la pólvora y que ha obligado a las distintas administraciones a activar un protocolo de actuaciones y a dedicar esfuerzos para atajar la propagación de este insecto himenóptero, que está causando graves perjuicios económicos a sectores como el apícola y el frutícula, además de afectar a la biodiversidad. La velutina (también conocida como avispa asiática o avispón negro) está colonizando Galicia y la Península Ibérica en general a pasos agigantados. Ya son cerca de 20.000 nidos retirados o inactivados en lo que va de año (en 2016 fueron eliminados 11.000), según datos de la Consellería de Medio Rural correspondientes al ‘Plan de vixilancia e control’ de la Xunta sobre el insecto invasor.

Aunque la velutina no es más agresiva que la avispa del país (Vespa crabro) es más peligrosa porque hay muchos más nidos y las familias que los habitan son mucho más numerosas. Y es que mientras que las de avispa autóctona tienen 400 individuos, las de  velutina pueden llegar a tener entre 15.000 y 18.000.

Así, sumados todos los nidos localizados en lo que va de año y multiplicados por el número de velutinas que los forman, el resultado es de 360 millones de himenópteros o, lo que es lo mismo,133 avispas asiáticas por cada una de los 2,7 millones de personas censadas en Galicia (según el dato del INE correspondiente al 1 de enero de 2017).

 El insecto invasor avanza a un ritmo de entre 90 y 100 kilómetros al año


La cifra, aunque muy elevada, resulta mucho menor que la calculada por la Asociación Galega de Apicultores (el colectivo más perjudicado por la expansión de la velutina), por cuanto entiende que los nidos avistados en el territorio son solo el 20% de los existentes y que, en opinión de este colectivo, podrían rondar los 100.000.

De esta forma, labores agrícolas como desbroces, podas y recogida de frutos se han convertido en una actividad peligrosa tanto en Galicia como en las demás regiones colonizadas por la avispa velutina. Darle un golpe de forma fortuita a cualquiera de los nidos puede traer unas fatídicas consecuencias. Incluso resulta arriesgado acercarse a menos de cinco metros.

La Consellería de Medio Rural explica que "é importante destacar que a avespa velutina non é máis perigosa para as persoas que a avespa común autóctona, nin tampouco máis agresiva. O ‘perigo’ por picadura reside, como ocorre con outros insectos, en se a persoa é alérxica ao veleno ou non e, por iso, apelamos a non crear alarmas sociais innecesarias".

En todo caso, la Xunta recomienda que en caso de localizar un nido, no acercarse a él y llamar de inmediato al teléfono gratuito 012 "para que os especialistas poidan actuar".

Además, la Administración gallega aconseja ser "moi prudente" con la instalación de trampas caseras dado que muchas de ellas acaban también con la Vespa crabro autóctona, "a única que loita contra a velutina na disputa polo territorio. Polo tanto, falamos de accións contraproducentes nesta loita biolóxica", subraya el Gobierno que preside Alberto Núñez Feijóo.

Las especies exóticas invasoras (EEI) constituyen la segunda causa de pérdida de biodiversidad en el mundo tras la modificación del hábitat. Dentro del elevado número de especies de avispas que hay en el mundo solo dos, la Vespa crabro y la Vespa orientalis, llegaron de forma natural a Europa y Oriente Medio.

A día de hoy son 106 los concellos que colaboran en el ‘Plan de vixilancia e control’ de la velutina


La avispa asiática fue detectada por primera vez en Europa en el departamento de Lot-et-Garonne, en Francia, y se convirtió, de esa forma, en la primera invasión exitosa de una avispa en Europa.

En España la primera cita confirmada tuvo lugar en agosto de 2010 en Amaiur, población de la comarca Navarra del Baztán. Ese mismo año fue detectada también en el País Vasco, en Guipúzcoa (Legazpi, Irún, Hondarribia, Oiartzun, Pasaia, Lasarte-Oria y Aduna). En 2014 ya estaba por todo el País Vasco y Navarra y en parte de Galicia,  Cataluña, Cantabria y Asturias.

En Galicia la avispa asiática se descubrió por primera vez en el puerto de Burela (Lugo) en 2012. Desde ahí se extendió de forma progresiva a la Mariña lucense y a la cornisa cantábrica. Ahora tiene colonizada la práctica totalidad de Galicia, incluidas las Rías Baixas.

La expansión natural de la velutina va invadiendo progresivamente nuevos territorios. Se calcula que la velocidad de avance de la especie es de entre 90 y 100 kilómetros al año, si bien ésta podría verse acelerada por los transportes de mercancías, como ya ha ocurrido.

En la actualidad la velutina causa grandes problemas a la mitad de los concellos gallegos, puesto que es una auténtica plaga que comenzó en el medio rural y que se ha ido extendiendo a las ciudades, donde encontrar nidos de velutinas ya ha dejado de ser noticia.

A día de hoy son 106 los concellos que colaboran en el ‘Plan de vixilancia e control’ de la velutina (44 de A Coruña, 13 de Lugo, 19 de Ourense y 30 de Pontevedra).

En el marco de esta actuación los grupos de emergencias supramunicipales se encargan de la retirada de nidos en 122 concellos (26 de A Coruña, 29 de Lugo, 52 de Ourense y 15 de Pontevedra), la Consellería de Medio Ambiente e Ordenación do Territorio se ocupa de 21 (en concreto en los que hay Rede Natura, que son seis de A Coruña, siete de Lugo, cinco de Ourense y tres de Pontevedra) y la Consellería do Medio Rural retira los nidos en 65 concellos (17 de A Coruña, 18 de Lugo, 16 de Ourense y 14 de Pontevedra).

CICLO BIOLÓGICO. En cuanto al ciclo biológico de la Vespa velutina, las reinas apareadas emergen de su hibernación durante el período de febrero-marzo. Cada reina establece una nueva colonia con la construcción de un nido de los que salen una veintena de obreras en los meses de abril-mayo.

Normalmente la colonia se traslada a un árbol, creando un nido secundario a partir de mayo-junio. De ahí emergen nuevas obreras (hasta 1.000 o 1.500) y a finales de verano salen las hembras (100-300) y los machos. Las hembras fecundadas (futuras reinas) se dispersan desde finales de agosto hasta octubre.

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