El Plan Composta llega a casi un millar de domicilios y establecimientos del centro

Un total de 786 particulares y 206 negocios se han sumado al programa de compostaje urbano
Contenedores marrones instalados al lado del Mercado de Abastos de Pontevedra. GONZALO GARCÍA
photo_camera Contenedores marrones instalados al lado del Mercado de Abastos de Pontevedra. GONZALO GARCÍA

El Plan Composta, con el que el Concello está extendiendo el reciclaje de residuos orgánicos en el ámbito urbano, llega ya a casi un millar de domicilios y establecimientos del centro de Pontevedra. Los datos facilitados este sábado por el Gobierno local revelan que un total de 786 particulares y 206 negocios (restaurantes, tiendas de alimentación, fruterías, floristerías, hoteles, pensiones, bares y concesionarios del Mercado de Abastos), se han sumado a esta iniciativa, que es de carácter voluntario.

La campaña de sensibilización e información que está desarrollando la adjudicataria de las basuras, la empresa Cespa, está teniendo "unha ampla aceptación". Así lo subrayó este sábado el concejal de Residuos, Raimundo González Carballo, que informó de que en las últimas dos semanas se han incorporado 300 domicilios a este proyecto. "Isto quere dicir que vai a un ritmo moi alto", destacó.

El objetivo inicial del Concello es que el Plan Composta llegue a unos 2.000 usuarios. "Hai que agradecer ós veciños e veciñas de Pontevedra o seu compromiso e colaboración con este plan. Desta maneira, entre todos, vamos a conseguir que este sexa un programa exitoso", añadió.

En cuanto a los números del sistema municipal, la recogida de basura orgánica pasó de 400 a 1.500 kilos "en poucas semanas". Estos residuos se convierten luego en un compost que, según el Concello, es de "gran calidade" y "con moi poucos impropios".

El Gobierno local seguirá promocionando este plan entre los vecinos del casco histórico y del ensanche de la ciudad, en el que se han instalado 65 contenedores de color marrón. Solo los vecinos adheridos al programa pueden depositar sus residuos en estas unidades gracias a una tarjeta magnética.

En los nuevos contenedores, con capacidad para 700 litros, los usuarios podrán echar frutas, verduras, pescado y espinas, restos de comidas, posos de café e infusiones, cáscaras de huevo y frutos secos, papel blanco de cocina (sin tintes), pasta, arroz, carne, pan y huesos. Es decir, los mismos restos que se utilizan en los composteros para transformar la basura en abono natural.