La planta de Ence Pontevedra reivindica su contribución a la "economía circular"

La biofábrica procesa el 20% de la madera que se tala en Galicia y camina hacia el 'residuo cero'

Instalaciones de Ence en Lourizán. RAFA FARIÑA
photo_camera Instalaciones de Ence en Lourizán. RAFA FARIÑA

La biofábrica de Ence en Pontevedra se reivindica como "uno de los principales referentes de la economía circular y la bioeconomía de toda Galicia". Según excplican sus portavoces, "la producción de pasta de papel totalmente libre de cloro, y bajo las más estrictas condiciones ambientales, cumple con todos y cada uno los postulados de este nuevo modelo económico centrado en la sostenibilidad, y basado en el uso eficiente de los recursos, la generación de riqueza y valor añadido, la creación de empleo estable y de calidad y la inversión en innovación".

Materias primas renovables, recursos locales, eficiencia energética y reducción y valorización de los residuos del proceso son algunas de las características principales de la actividad que Ence desarrolla en su planta pontevedresa.

En Pontevedra, Ence transforma cerca del 20% de toda la madera que se corta en Galicia. De hecho, la compañía es el principal cliente de los productores de madera gallegos. La firma recuerda que se trata de "una materia prima de cercanía, renovable, a la que se aplica una gestión forestal transparente, eficiente y responsable. Todo ello respaldado por sellos de referencia en sostenibilidad en el sector, como el FSC y el PEFC, al tiempo que se distribuye la riqueza en el medio rural: más de 90 millones de euros se gastan en poblaciones con menos de 10.000 habitantes cada año".

La biofábrica de Ence en Pontevedra precisa energía eléctrica para mover maquinaria y vapor para secar la celulosa. Una energía eléctrica que es renovable en su práctica totalidad, puesto que la instalación es autosuficiente: a partir de la parte de la madera que no emplea para producir celulosa, la lignina, unida a la biomasa, genera casi toda la energía renovable que consume en su proceso industrial. De hecho, es capaz de producir tanta energía al año como la que consumen 60.000 hogares. Además, al ser autosuficiente, se evitan pérdidas en el transporte, y se optimiza al máximo el uso del combustible natural y renovable.

La generación de energía con lignina cumple, además, otro de los postulados de la economía circular, el que incide en la importancia de reducir al máximo los residuos y convertirlos, a su vez, en recursos. De esta manera, esta lignina se reintegra en el proceso productivo en forma de electricidad y valor, generando valor añadido y completando el aprovechamiento integral del árbol.

"Los avances tecnológicos -señala la empresa- están permitiendo mejorar las ya muy altas tasas de valorización de este tipo de recursos, con un objetivo claro en el horizonte: cero residuos. En este campo, Ence es, un motor de innovación constante, con Pontevedra como centro de referencia en investigación. En sus instalaciones se desarrollan proyectos que buscan explorar nuevos usos de la madera como sustituta de productos derivados del petróleo".

Es el caso de "Lignospread", que persigue la revaloración de la lignina presente en el proceso de producción de celulosa para su transformación en nuevos productos competitivos y medioambientales sostenibles: floculantes sostenibles para el tratamiento de aguas, paneles aislantes en el sector de la construcción, nuevos detergentes y limpiadores de superficie más sostenibles o estabilizantes de suelos forestales, como ejemplos.

El nuevo ciclo del agua es otro ejemplo de cómo Ence aplica los principios de la economía circular a su proceso de producción. Los portavoces de la pastera señalan que esta inversión "supone una apuesta de la compañía por reutilización y un mínimo consumo de agua. Es otra de las innovaciones pioneras a nivel nacional, que incluye soluciones como las que se emplean para la potabilización del agua del mar, lo que permitirá, una vez completado, reducir en un 90 por ciento el volumen de efluente a la ría de Pontevedra y tomar del río Lérez tan solo el 10 por ciento del caudal consumido en la actualidad".

Los productos papeleros, como los que se producen en Ence Pontevedra, son naturales, renovables, reciclables y biodegradables, una "combinación perfecta para garantizar la sostenibilidad del planeta, y que cada vez más la sociedad actual demanda y exige". Están llamados a sustituir a otros materiales que no tienen esas características medioambientales, como aquellos derivados del petróleo, cuyo fin ya ha sido planteado por las autoridades europeas.

La firma pone en valor el hecho de que Ence Pontevedra "se encuentre a la vanguardia de un proceso de futuro, con expectativas de crecimiento continuado y que, además, genera empleo estable y de calidad: más de 5.100 familias dependen de la actividad de la biofábrica".

La actividad de Ence en Pontevedra contribuye, por último, a replicar el modelo de economía circular en otros sectores, como el agrícola y el forestal, al convertir en fuente de energía renovable, y darle un nuevo valor, a subproductos tales como restos de podas o restos del aprovechamiento forestal.

De hecho, está probado que la energía renovable con biomasa tiene un "enorme potencial de desarrollo" en todo el país: es la única energía renovable que presenta un balance económico positivo por los beneficios generados dada su capacidad de creación de empleo, de desarrollo del medio rural y de contribución a la mejora del medio ambiente.

En este sentido cabe subrayar, además de la captura de dióxido de carbono, su contribución al cuidado y limpieza de los montes, con una reducción del riesgo de incendios de hasta un setenta por ciento.

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