La Policía despide a una leyenda de la lucha contra el narco en las Rías Baixas

El alto mando de la Udyco Central acudió a Pontevedra para homenajear al oficial José María González Souto, que concluyó esta semana su carrera con la detención del clan de Dorgambide
Souto (en el centro, junto a su pareja y su hijo), estuvo acompañado por la Plana Mayor de la Udyco Central este viernes en el Hotel Galicia Palace. RAFA FARIÑA
photo_camera Souto (en el centro, junto a su pareja y su hijo), estuvo acompañado por la Plana Mayor de la Udyco Central este viernes en el Hotel Galicia Palace. RAFA FARIÑA

No hay narcotraficante en las Rías Baixas que no haya oído hablar de Souto. O más bien, que no le haya temido. Integrante del Greco Galicia desde su creación, uno de los mejores policías que ha pisado la Comisaría Provincial de Pontevedra se retira. Y lo hace por la puerta grande, desarrollando su trabajo de toda la vida: detener a los malos. El oficial, que recibió este viernes un merecido homenaje en los salones del hotel Galicia Palace, fue pieza clave en la investigación y desarticulación del clan narcocriminal que concluyó esta misma semana con 27 detenidos al servicio (supuestamente) de Ramón Dorgambide.

José María González Souto, ferrolano de nacimiento y pontevedrés de adopción, ingresó en la Brigada Central de Estupefacientes en 1993, en la etapa en la que Baltasar Garzón se había erigido en el azote de aquellos clanes históricos que sufrían sus primeros reveses, con los nombres de Sito Miñanco, Laureano Oubiña o Manuel Charlín como puntas de lanza más conocidas.

"Sacrificio, paciencia, compromiso, entrega, lealtad y sensatez". Con estos adjetivos definen los que mejor le conocen las características que brillan sobre los hombros de Souto, y no son expresiones vacías. Sus días en la Policía Nacional ya habían concluido de facto y estaba disfrutando de vacaciones a las que decidió renunciar para estar al lado de sus compañeros cuando más lo necesitaban. Eran precisos 200 agentes para tomar O Salnés el lunes pasado, y José María no dudó un segundo y se puso al servicio de su jefe de grupo. "Estas operaciones son completamente confidenciales. Solo unos pocos policías, que se cuentan con los dedos de la mano, saben qué se va a hacer con antelación. Uno de ellos era Souto". Dicho y hecho. Souto se despidió donde le gusta, sobre el terreno, poniendo a los narcotraficantes a disposición de la Justicia.

En la jornada de su despedida, uno de los artífices de investigaciones tan complicadas como la que afectó al Clan Santórum en plena pandemia estuvo acompañado de los máximos responsables antidroga de la Policía Nacional. Eloy Quirós, excomisario general; Antonio Duarte, jefe de la Udyco Central; Emilio Rodríguez, jefe del Greco Galicia, o Juan Carlos Carrión, compañero de batallas de Souto todos estos años en el Grupo I de los Greco, estuvieron en un evento en el que fue distinguido por su labor por la Drug Enforcement Administration (DEA).

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