La Policía y la Fiscalía insisten y convencen al juez para que siga investigando a Charlín

Juan Carlos Carballal ofrece más tiempo para obtener datos que concluyan el delito de organización criminal atribuido a tres miembros del clan vilanovés

Autoridades policiales, políticas y representantes de la sociedad civil, en el Pazo de Vista Real, antigua joya de la corona de Los Charlines. DAVID FREIRE
photo_camera Autoridades policiales, políticas y representantes de la sociedad civil, en el Pazo de Vista Real, antigua joya de la corona de Los Charlines. DAVID FREIRE

Conspiración para la comisión de un delito, delito contra la salud pública en grado de tentativa o pertenencia e integración en grupo criminal. Esas son las tres alternativas que tiene sobre su mesa el Juzgado de Instrucción 4 de Vigo en relación con la participación de tres miembros del clan de Los Charlines (en especial, del patriarca, Manuel Charlín Gama, y de uno de sus hijos, Melchor Charlín Pomares) para hacer avanzar el proceso judicial que se cierne sobre ellos tras el decomiso de 1.700 kilos de cocaína en el Titan III en agosto del año pasado. 

Tras el conocimiento de un primer auto en el que se procesaban a 21 de los 30 investigados, la Policía Nacional y, especialmente, la Fiscalía Antidroga, instaron al juez instructor, Juan Carlos Carballal, a mantener al resto de sospechosos en calidad de investigados a la espera de cerrar la fase de instrucción. Entre otras diligencias, resta que los expertos en informática efectúen el volcado de distintos soportes propiedad de los imputados y que podrían ofrecer datos que sirvan para apuntalar futuras acusaciones en sede judicial.

Los investigadores sostienen que los miembros del clan de Los Charlines actuaron desde el principio en connivencia con varias personas más para llevar a término al menos una, tal vez dos, operaciones de narcotransporte. Aunque ambas resultaron, con los datos que manejan las autoridades, infructuosas, y a pesar de que finalmente se quedaron fuera del alijo del Titan III, la Policía sostiene que el histórico clan familiar llevó a cabo una conspiración para la comisión de un delito contra la salud pública, o al menos uno de integración en grupo criminal.

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Las pesquisas efectuadas a partir de la sonorización de la furgoneta de Luis Manuel R.P., tarea sigilosa llevada a cabo por el Greco Galicia, determinaron que ya en enero de 2017 se efectuaron los primeros contactos para fletar un remolcador que transportase un gran alijo. Víctor Manuel P.S., Rafael D.M., Los Charlines y Jacinto Santos Viñas se citan en varias ocasiones, aunque sin éxito.

En esta fase de la investigación, a mediados de 2017, apareció José Manuel G.V, , que, junto a Luis Manuel, llegó a reunirse con uno de los presuntos grandes capos (jamás condenado por ello) del Viejo Continente: José Andrés Bóveda Ozores, alias Charly, también investigado, aunque con una carga probatoria en su contra muy inferior a la de otros sospechosos por este asunto.

"Yo para llegar a este en la puta vida. Si no fuera por ti imagínate. ¿Cómo llegas a este hombre? La vida tiene que ser así. Si llegase cualquiera ya no estaba ahí, estaría preso". Es la transcripción de la conversación mantenida por los dos primeros después de salir de las instalaciones de Graunner, el astillero legal que regenta Bóveda Ozores. Se refieren a las dificultades para acceder a esta persona y a la capacidad que tiene para no ser descubierto.

""Estes" tres, tanto él, el Pastelero y el Cos (en alusión a Costiñas), el equipo (refiriéndose al Greco Galicia) llevan cinco años esperando", continuó Luis Manuel. Uno y otro aludían a la importancia de esos individuos en su "trabajo" (el supuesto tráfico internacional de cocaína), llegando a atribuirles un alijo decomisado en las Islas Canarias en aquel momento. "Son la gente que mejor saben hacer las cosas", añadieron. "Esta es buena semilla, mejor que la de El Viejo (en alusión a Manuel Charlín).

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Volviendo a Los Charlines, el juez explica en sus conclusiones provisionales que aportaban una presunta infraestructura en A Costa da Morte y contactos en Portugal. Sin embargo, en vista de que el asunto no avanzaba, el citado Víctor apostó, en unión a otras personas, por mirar hacia el Norte de la ría de Arousa y optar por los recursos que le ofrecía un hostelero sin antecedentes, Mario Otero.

El final de Los Charlines en el asunto comenzó a fraguarse en octubre de 2017, cuando Melchor se desplazó a Portugal para contratar una embarcación al tiempo que Víctor comenzaba a "puentearle" negociando directamente con los portugueses. Tras varios fallos y en una conversación con un socio luso declaró que "me importa tres cojones, cuando lo coja le voy a romper la cabeza, cuando coja a Melchor le voy a romper la cabeza". "Me va a llamar hoy o mañana seguro y me va a preguntar cómo va la cosa", detalló su ya exsocio del país vecino.

A partir de diciembre de 2017 y con más intensidad desde marzo de 2018, Rafael y Jacinto apuestan por buscar infraestructura en Boiro. Así dan con el citado Mario Otero y con Pedro R.G., patrón del Titan III, el barco que en agosto intentó trasvasar la droga al pesquero Sempre Cacharelos. En esa fase, en mayo, apareció en escena el surinamés Paul Wouter, que viajó a Pontevedra para reunirse con los gallegos y que, aunque está considerado el dueño de la droga, ha sido puesto en libertad de forma provisional.

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