Un joven arousano ganaba 100.000 euros al año enviando cocaína oculta en los quesos

La Policía Nacional de Pontevedra le detuvo tras efectuar una entrega controlada a su supuesto socio de Huesca ▶Los investigadores sostienen que el negocio llevaba en marcha desde 2016 a través de una empresa de mensajería

Uno de los quesos en los que iba oculta la cocaína. DP
photo_camera Uno de los quesos en los que iba oculta la cocaína. DP

El brutal excedente de cocaína que, desde hace ya varios meses, se ha detectado en las Rías Baixas, se traduce en un destacable repunte del tráfico. Con el mercado gallego completamente abastecido y a precios sin competencia (26.000 euros el kilo), los jóvenes pontevedreses que abrazan el lucrativo negocio buscan clientes más allá del Padornelo. Ese es el caso, según la Policía, de un vecino de A Illa de Arousa de poco más de 30 años, que había establecido una ruta regular de envío de cocaína con destino a Benasque (Huesca), donde contaba con un cliente de su plena confianza y que, además, tenía lazos familiares indirectos en la comarca de O Salnés. Uno y otro fueron detenidos como supuestos responsables del envío y la recepción de droga, que, a través de mensajería, atravesaba el Norte Peninsular hasta llegar a los Pirineos oculta en quesos.

Con un trabajo lícito, sorprendía, sin embargo, el nivel de vida que mostraba el detenido en A Illa, que conducía un vehículo automático de gran cilindrada que llamó la atención de vecinos, en un primer momento, y de la Policía, a continuación.

Los integrantes del Grupo Operativo de Tráfico Medio de Estupefacientes de la Comisaría Provincial de Pontevedra tuvieron conocimiento de las presuntas actividades que estaba llevando a cabo el sospechoso, que le estarían reportando beneficios en forma de un sobresueldo que, según las estimaciones, alcanzaría los 100.000 euros al año.

Los investigadores detectaron la droga en Vilagarcía y vigilaron su llegada a Huesca para dar con el receptor in fraganti

 

Las pesquisas, lideradas por el citado conjunto de especialistas de la Comisaría, revelaron que desde hacía más de un año se estaban efectuando envíos de quesos a través de una empresa lícita dedicada a la mensajería ubicada en Vilagarcía. Así comenzó la operación esquí, que sirvió para descubrir las citadas actividades ilícitas.

ENTREGA CONTROLADA. Con los datos en la mano, la Policía Nacional de Pontevedra informó a sus compañeros de Huesca de la operación que iban a realizar. Solicitaron su colaboración, dado que el mejor método para atrapar a los narcos era hacerlo con las manos en la masa.

Así, en cuanto el Grupo de Estupefacientes tuvo constancia de la emisión de una nueva remesa, un grupo de policías acudió a las instalaciones de la empresa de paquetería de Vilagarcía para asegurarse de que sus hipótesis eran ciertas. En ese momento comprobaron que en el interior de tres quesos, perfectamente camufladas, se encontraban las sustancias que estaban buscando: unos 200 gramos de cocaína.

Para lograr arrestar a todos los implicados, los investigadores dejaron que la droga llegase a su destino. En ese momento entraron en acción los agentes de Huesca, que procedieron al arresto del hombre que iba a hacerse cargo de los tres quesos con la droga.

La Policía, que calcula que cada envío reportaba unos 12.000 euros a su vendedor (unos 6.000 por cada 100 gramos de cocaína), piensa que este particular servicio postal se mantuvo activo durante más de un año.

El fiscal Antidroga de Pontevedra, Pablo Varela, coordinó el operativo en la provincia y tomó declaración al detenido en las Rías Baixas.

Las autoridades judiciales tuvieron en cuenta la ausencia de antecedentes de ambos arrestados para ponerles en libertad a la espera del juicio.

Nuevos narcos: jóvenes sin antecedentes
La detención de dos jóvenes de poco más de 30 años y sin antecedentes penales, ni tan siquiera ficha policial, preocupa mucho a las autoridades. Se trata de un ejemplo más de que el negocio del tráfico de cocaína a mediana escala sigue siendo un caramelo muy apetecible en las Rías Baixas.

De hecho, el arrestado en A Illa de Arousa era el ejemplo de una persona con un trabajo aparentemente normal que llevaba un ritmo de vida muy superior al que se le podría suponer por sus ingresos, un modelo que recuerda a lo que ocurría años atrás.