Policías turcos, egipcios y la DEA analizan la 'ruta del Mediterráneo Oriental' en Pontevedra

La Brigada Central de Estupefacientes sostiene que los narcotransportes hacia Libia y Siria financian el terrorismo
Mapa de la ruta del Mediterráneo Oriental
photo_camera Mapa de la ruta del Mediterráneo Oriental

Los agentes del Greco Galicia interceptaron en 2016 8.000 kilos de hachís en aguas del Mediterráneo. Incautaron, además, 500 kilos de cocaína en un velero. La presencia de los especialistas antidroga de la Comisaría de Pontevedra a tantos kilómetros de las Rías Baixas vino dada por el seguimiento a los lancheros gallegos, que, según sostienen, participan activamente en uno de los canales de financiación del terrorismo islamista: la ruta de narcotráfico del Mediterráneo Oriental. Todo ello ha puesto en alerta a los investigadores que hacen frente al crimen organizado a nivel internacional, más aún a quienes, además de la del narcotráfico, sufren más de cerca la amenaza del terrorismo islámico.

Ello hizo que la Drug Enforcement Administration (DEA), la agencia antidroga de Estados Unidos, haya reunido en la provincia de Pontevedra a las máximas autoridades policiales en la lucha antinarcóticos de España, Egipto y Turquía. El motivo del encuentro fue establecer un canal de comunicación que permita investigar el destino de los miles de kilos de hachís que desembarcan anualmente en Libia, Siria y Egipto (los cálculos hablan de más de 300.000) y de la cocaína. "Sabemos que esos países no son los consumidores", aseguran. "El dinero se queda en la zona, eso es seguro, y la droga vuelve hacia Europa por Israel y Turquía", añaden.


La presencia de gallegos en los mercantes que fueron descubiertos les vincula indirectamente con las organizaciones terroristas


Los nombres de Joaquín Pérez Naveiro, barbanzano de 62 años, y de Antón Santos, salieron a la palestra en los últimos meses por su relación con la mencionada ruta del Mediterráneo Oriental. Ambos, en unión a otras personas (lancheros gallegos y transportistas de la provincia de Málaga están en el punto de mira de las autoridades), participaron, supuestamente, en algunos de estos grandes narcotransportes. Se trata de dos personas condenadas en el pasado por delitos contra la salud pública aunque, eso sí, cometidos en las costas gallegas. Las investigaciones señalan que estas personas aportan infraestructura, en forma de veleros, para introducir las sustancias estupefacientes en el principal medio de transporte que emplean para el tránsito, los grandes mercantes.

Los servicios de inteligencia de los países occidentales piensan que células del Estado Islámico presentes en Libia o Egipto son las encargadas de recibir el hachís. El negocio llegaría después, con su venta a consumidores de terceros países que, como se ha dicho, estarían en Israel, Turquía o Europa del Este.

La carga de la droga se lleva a cabo, según se sospecha, a ambos lados del estrecho de Gibraltar, entre las costas españolas y marroquíes. Veleros fletados, en ocasiones, por narcos gallegos, o lanchas rápidas, son empleadas para la carga de las sustancias estupefacientes, procedentes del país magrebí. Casi siempre se trata de hachís, aunque el Greco Galicia ya se ha encontrado con la sorpresa de la presencia de la mucho más lucrativa cocaína en la nueva ruta.

A partir de ahí, los mercantes se dirigen hacia Oriente a través del canal de Sicilia. Una vez que superan ese enclave tienen vía libre para el desembarco en las costas más orientales del Norte de África, donde apenas existe el control policial.

Destaca el hecho de que el tráfico de sustancias estupefacientes en la zona era prácticamente residual hace apenas cinco años. Sin embargo, en la actualidad se ha convertido en un problema de primer orden para las autoridades.

Entre todos los operativos policiales que se han hecho en esta ruta destacó la interceptación del buque Manzur, que cayó en manos de la Guardia di Finanza italiana en una operación en la que participaron las policías griega y turca y, por supuesto, el Grupo de Respuesta Especial contra el Crimen Organizado (Greco) de Pontevedra. En aquella ocasión, a finales de 2015, se incautaron 13.000 kilos de droga. Aquel hallazgo unido a los siguientes fue el inicio de la colaboración internacional para atajar el problema cuyo primer encuentro tuvo lugar hace algún tiempo en Pontevedra.

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