La extensión de las pruebas para localizar nuevos positivos por coronavirus y completar los rastreos en el área sanitaria de Pontevedra-O Salnés alcanzó este jueves un ritmo de 17 PCR por hora. En total, 411 practicadas en el día, una secuencia tres veces mayor que la media de test realizados desde que se declaró el estado de alarma, a mediados de marzo. Entre ese mes y mediados de agosto, la media diaria de PCR no superó las 162. Sin embargo, en los últimos días, coincidiendo con los rastreos masivos y con las campañas profesionales realizadas a fuerzas del orden, sanitarios o trabajadores concretos, como es el caso de los vendimiadores, la cadencia de estas pruebas se ha ido incrementando hasta las más de cuatrocientas contabilizadas el jueves. Trabajadores de la sanidad hablaban esta semana de la necesidad de recuperar algunos de los turnos de refuerzo habilitados durante la etapa más dura de la pandemia, para aligerar la carga que están volviendo a tener en las últimas jornadas.
En total, el área sanitaria de Pontevedra-Salnés registraba el jueves 179 casos activos de coronavirus, con un incremento de 16 positivos con respecto a la jornada anterior. Fueron dados de alta dos nuevos pacientes que permanecían ingresados.
Siguen en el hospital otras tres personas contagiadas por coronavirus, de las cuales una se encuentra ingresada en planta y las otras dos en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI).
Según recordó el jueves el Sergas, desde el inicio de la pandemia han superado el virus 962 afectados de Pontevedra y O Salnés, un área en la que se han producido 17 fallecimientos asociados a la covid-19.
La aparición de nuevos infectados y el rastreo de sus contactos está provocando que numerosas personas sean conminadas a seguir una cuarentena domiciliaria de varios días, al menos hasta que se le hagan las pruebas correspondientes y saber si fueron contagiados.
Este jueves se conoció, por ejemplo, el caso de un positivo en Ponte Caldelas que provocó el cierre de un negocio tras el correspondiente seguimiento de sus contactos. Los propietarios y trabajadores del establecimiento fueron sometidos a los test PCR y se mantienen en una cuarentena domiciliaria preventiva. Galicia es una de las comunidades que ha solicitado rastreadores del Ejército.
