Una de las señas de identidad de la crisis del coronavirus es el silencio de los centros escolares. Vacíos desde hace dos meses, sin niños y niñas en las aulas ni en el patio, abrían sus puertas esta semana con la entrada en la fase 1 del estado de alarma, para poner en marcha trámites de matrícula entre importantes medidas de seguridad. También las mascarillas y el gel hidroalcohólico forman parte del escenario escolar y los trámites se llevan a cabo con cita previa. Además, operarios municipales se encargan de la desinfección de las instalaciones para una posible vuelta al cole aún rodeada de muchas incógnitas.
Parte de la comunidad educativa y los pediatras proponen que el alumnado de Infantil sea el último en regresar al aula
La Conferencia Sectorial de Educación celebrada este jueves entre la ministra Isabel Celáa y las comunidades autónomas arrojó algunas pistas, sin embargo, la incertidumbre está condicionando el final del curso, ya que la última palabra la tiene la Xunta, que a última hora del jueves confirmaba que los alumnos de tres a seis años no regresarán al aula, dejando en el aire lo que ocurrirá con los de 0 a 3.
Si la situación sanitaria se mantiene y Galicia pasa a la fase 2 de la desescalada, a partir del 25 de mayo abrirán sus puertas solo los centros de Bachillerato y FP de la ciudad para llevar a cabo clases de refuerzo (de asistencia voluntaria) para los alumnos que cambian de ciclo y para aquellos que este año se enfrentan a las pruebas ABAU.
Para los directores de los centros educativos de Pontevedra las clases presenciales para estos estudiantes "son muy necesarias". Así lo señalaba este jueves el director del IES Frey Martín Sarmiento, David Alvariño. "Nos parece razonable y realizable dentro de unas medidas de seguridad", añadió la directora del Colegio Sagrado Corazón.
La duda está en lo que ocurrirá con los más pequeños. La propuesta del Gobierno de abrir las puertas de los centros de Educación Infantil para recibir a aquellos niños cuyos progenitores certifiquen su imposibilidad de conciliar no ha gustado a profesores y sindicatos, que ven "imposible" garantizar la distancia social entre los menores. Mientras gran parte de la comunidad educativa y los pediatras proponen que Infantil sea el último ciclo en volver al aula, las familias reclaman al Gobierno medidas para conciliar.
SEPTIEMBRE. En cuanto al resto de ciclos, responsables de los centros de Pontevedra ven factible compaginar clases presenciales y virtuales el próximo curso, reduciendo así el número de alumnos en el aula para garantizar la seguridad entre ellos.
Por el momento los trámites se harán de manera telemática. Así, desde este viernes y hasta el próximo 25 de mayo, se ponen a disposición de las familias 11.000 plazas para menores de cero a tres años en toda Galicia. Del total, alrededor de 4.000 corresponden a la provincia de Pontevedra y 540 son las plazas ofertadas en los centros del Consorcio Galego de Benestar e Igualdade en Pontevedra.
Las plazas ofertadas en estas escuelas se complementan con las contratadas en escuelas privadas y con las que la Xunta financia en escuelas de iniciativa social y en aquellas dependientes de los colegios. Tal y como indican desde el Consorcio, la reserva de plazas se realizará por el total de plazas actual, aunque finalmente estará supeditado a las posibilidades que permitan las circunstancias, la situación sanitaria del país y a las decisiones del Gobierno.
David Alvariño. Director IES Frey Martín Sarmiento
"Las clases presenciales son necesarias para 2º de BAC"
"Las clases presenciales son necesarias para preparar la ABAU, eso sí, con todas las medidas de seguridad". El director del IES Frey Martín Sarmiento lo tiene claro. El regreso a las aulas es importante para el alumnado que está a punto de cambiar de ciclo. David Alvariño subraya que los profesores están trabajando a través de la plataforma virtual de Educación de manera intensa con estos estudiantes, "el horario vía webex es supercompleto, en 2º BAC el 90% de los profesores estamos dando clases", añade.
Lo que el director de este centro no ve tan claro es cómo se llevará a cabo el inicio del curso que viene en septiembre. "Se están olvidando de la realidad de los centros, la estructura física ya no te permite desdoblar grupos y tampoco tenemos aulas tan grandes como para mantener la distancia de seguridad con todos los alumnos", explica David Alvariño, que apunta a la incertidumbre que desde el principio de la crisis sanitaria ha acompañado a la comunidad educativa.
Con 1.100 estudiantes matriculados, cuatro familias y nueve ciclos formativos, incluyendo el nocturno, son muchas las dudas que se plantean de cara al inicio del próximo curso escolar. "¿Qué va a pasar con los talleres?".
Y aunque considera que lo fundamental es la seguridad de los alumnos "entiendo a las familias que tienen que conciliar, no tengo ningún problema en abrir el centro para favorecer la conciliación, la decisión no es sencilla".
Marta Sineiro. Directora del Colegio Plurilingüe Sagrado Corazón
"Simultanear clases en el aula y en casa es posible"
"¿Cómo le dices a un niño de tres años que no puede abrazar a un compañero o ir a buscar un tesoro al arenero?". El posible regreso al aula de los pequeños de tres a seis años también preocupaba en el Colegio Plurilingüe Sagrado Corazón, donde mientras consideran que "la vuelta al cole de los cursos que titulan" es "razonable y realizable en unas condiciones de tranquilidad, de seguridad", no ocurre lo mismo con el alumnado de Infantil.
"Nos encantaría poder estar con ellos, pero parece difícil garantizar la distancia entre niños tan pequeños", señala la directora del centro, Marta Sineiro. "Por otra parte, entendemos que esta situación plantea un problema tremendo de conciliación".
De cara al mes de septiembre la directora del Sagrado Corazón ve "posible" la opción planteada este jueves por Celáa de simultanear clases presenciales y telemáticas. "Es factible incluso con feedback en tiempo real, si piensas que tienes a 15 niños en clase y a otros 15 en casa, porque lo puedes hacer en el ordenador y tienen posibilidad de hacer preguntas", indica la responsable de este centro concertado. "Me preocupa más la parte estructural, aunque en nuestro colegio tenemos muchas suerte porque tenemos mucho terreno", concluye Marta Sineiro.
Ana Malvar Cortizo. Directora del EEI Crespo Rivas
"La conciliación tiene que ser la reducción de jornada"
El Gobierno ha dejado en manos de la Xunta la decisión de la apertura de los centros de Infantil "para conciliar", un argumento con el que no están de acuerdo una gran parte del profesorado de este ciclo. "La enseñanza es algo más que la conciliación", dice la directora de la EEI Crespo Rivas. "Los niños tienen derecho a estar enfermos y tienen derecho a tener su tiempo, no jornadas de ocho horas. Una conciliación real y verdadera es la reducción de jornada", añade Ana Malvar.
La directora de este centro que cuenta con 225 alumnos considera "imposible" garantizar la distancia de seguridad entre niños tan pequeños con la ratio que se propone. "Nosotros tenemos 15 niños por aula, para que eso fuese posible tendríamos que tener ocho". "Si viene un niño llorando lo normal es abrazarlo y cogerle. ¿Vamos a tener que hacer parcelas como en Silgar? ¿En qué me voy a convertir, en un policía con mascarilla?". La directora del Crespo Rivas considera que no es "seguro" que los pequeños vuelvan al cole en esas condiciones, ni ahora ni en septiembre, y matiza la diferencia con las escuelas del rural que cuentan con muchos menos niños. Finalmente apunta a que "estamos ante una oportunidad de plantear de una vez una conciliación real".
Rogelio Carballo. Presidente da la Fanpa
"Es ilógico que se pueda abrir un bar y no un colegio"
Y si el profesorado de Infantil apuesta por no abrir las aulas para la conciliación, del otro lado, las familias, reclaman al Gobierno lo contrario. "Todos rechazan volver a clase alegando problemas de seguridad. Nosotros tenemos problemas de conciliación", dice el presidente de la Federación de Nais e Pais de Alumnos.
"Estamos dando respuesta a una situación directamente desde nuestro bolsillo en términos económicos, infinidad de padres y madres han pedido reducción de jornadas", añade Rogelio Carballo, para quien esta situación supone "una expropiación de recursos privados para resolver un problema público y esto no es sostenible en el tiempo". Y aunque aclara que "lo más importante, por supuestísimo, es la salud de los niños, parece ilógico que se pueda abrir una peluquería, un hotel o un bar y no se puede abrir un colegio".
Para el representante de la Fanpa se hace necesario un gran pacto social que garantice el derecho a la educación de los niños y al trabajo de los padres y madres. "No podemos estar atados a un sistema incapaz de dar educación a distancia", señala. "En septiembre no vamos a aceptar nada que no sea la apertura de las escuelas con todas sus garantías sanitarias", concluye.
