Nunca antes el saldo migratorio había sido tan favorecedor para la provincia pontevedresa, donde cada vez hay más entradas y menos "fugas" de población. Así lo advierte el estudio sobre movimientos migratorios publicado ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), en el que se puede ver que las inmigraciones triplican ya a las emigraciones y que, además, lo hacen con holgura.
Concretamente, durante el primer semestre de 2019 se contabilizaron 3.742 personas procedentes del extranjero que se mudaron a las Rías Baixas, un 253% más que las personas que hicieron lo contrario y se despidieron de Pontevedra (1.058). Un año atrás la diferencia era del 139% y dos años antes, en 2017, la tendencia incluso era a la inversa, pues las emigraciones tenían más peso que las inmigaciones.
El origen de los inmigrantres es variado, pero si hay un país que destaca sobre el resto es Venezuela. Uno de cada cuatro nuevos residentes tienen raíces en la República Bolivariana. Según el INE, entre enero y junio de 2019 se contabilizaron 937 venezolanos que se mudaron a Pontevedra y que se suman a los 3.205 que llevan aterrizado en esta esquina de la Península desde 2017, cuando se decretó la crisis institucional del país. Hace diez años la tónica era bien distinta y apenas se llegaba a los cien en todo un semestre.
Por volumen, la clasificación continúa con Brasil, cuyos habitantes también han aumentado sus incursiones en el sur de la comunidad gallega. En el intervalo de referencia se cuantificaron 381 casos, el total más alto desde 2008 y que arroja subidas encadenadas desde hace seis ejercicios.
Rumanía, entre las poblaciones que han visto descender el peso de las emigraciones a la provincia pontevedresa
Colombia ocupa el tercer puesto con 354 entradas, el récord absoluto de toda la serie histórica cuando uno centra el foco en los vecinos de este país que han ido llegando a Pontevedra. Y un puesto más abajo está Portugal, de donde proceden 208 inmigrantes cuantificados durante el semestre en cuestión, la cifra de extranjeros lusos más alta desde 2011.
El ranking sigue con Perú, con 166 llegadas de residentes en este país, el doble de los que se contaban hace apenas dos años. Y continúa con Argentina, con 125 entradas , el número más alto desde 2008, cuando la burbuja inmobiliaria todavía insuflaba aire. Marruecos completa los primeros puestos de la clasificación con 96 inmigrantes, el total más elevado desde 2009 con el que se duplican las cifras de hace un año (48).
Por el contrario, hay otras nacionalidades que descienden su peso en Pontevedra. Destaca, por ejemplo, el caso de Rumanía, que pasó de ser el país de origen de 221 inmigrantes en el primer semestre de 2008 a apenas 35 contabilizados durante los primeros seis meses del año pasado.
Las estadísticas también advierte de que de todos los que se trasladaron a Pontevedra solo el 11,6% tenían su domicilio habitual en España y otro 11,3% en otro país de la Unión Europea. Por sexos, se registraron más casos de mujeres (1.974) que hombres (1.788). Y por edades, el 22% tiene entre 0 y 19 años, el 33% entre 20 y 34, el 23% entre 35 y 49, el 14% entre 50 y 64 y el 7,4% más de 65.
Además de triplicar a las emigraciones, las inmigraciones cuantificadas a principios del año pasado multiplican por tres las cifras de la poscrisis. De hecho, entre 2012 y 2016 el cómputo final de cada semestre se quedó por debajo de las 2.000.
"Me costó mucho tomar la decisión, pero fue obligatoria"
Erika Noguera abandonó hace dos meses Venezuela para instalarse en Marín. Asegura que en su país "no se puede vivir con normalidad" y que, entre otros factores, "la situación política, la economía y la educación" le abocaron a hacer las maletas. "Me costó mucho tomar la decisión, pero fue obligatoria. Mi hija tiene 17 años y ahora que tiene que empezar en la Universidad no podía seguir allá".
Con 37 años y formación en ingeniería de mantenimiento, dejó su vivienda y su trabajo como gerente de una empresa de compraventa de cerámica. Ahora busca empleo en cualquier área, solo pide que sea "digno". ¿Y por qué Marín? Por un familiar que le está prestando ayuda y por ser "una zona tranquila". Las diferencias frente a Venezuela son abismales. "Allí la economía es un desastre, todo varía de precio todos los días, así que, por mucho que trabajes, no te alcanza para vivir".
"La gente que viene es por la calidad de vidas y la seguridad"
Fernanda Bernardes ha conocido en los últimos meses a varios compatriotas de Brasil que han llegado a Pontevedra con la intención de iniciar un nuevo capítulo en sus vidas. Algunos de los casos de los que tiene constancia son de gente joven que cruza el charco a causa de una beca para cursar estudios universitarios, pero cree que "la gente que viene para vivir es por la calidad de vida y la seguridad". "Después, obviamente, por buscar un nuevo trabajo y por el valor de la moneda, pero en mi caso me quise quedar por esos dos motivos y creo que la mayoría piensa lo mismo. 50 euros no es mucho, pero aquí te dan para hacer una compra básica, cuando en Brasil casi no compras nada con ese dinero. Además, es más fácil trabajar todo el mes y, aunque no tengas para lujos, se puede vivir bien con lo que ganas".
En la ciudad el 3,5% de los residentes son extranjeros
La mayoría, PTV
Más de la mitad de los pontevedreses (el 56,7%) nacieron en la Boa Vila, por lo que pueden alardear de ser PTV, ‘pontevedrés de toda la vida’. Otro 28% nació en otro ayuntamiento o provincia gallega y otro 15,2% en otra región o país.
La más joven
La Boa Vila se volvió a coronar a finales de 2019 como la ciudad más joven de Galicia. La edad media se sitúa ahora mismo en los 44,15 años.
