El Concello de Pontevedra congelará todas sus tasas e impuestos en 2021. Lo hará por séptimo año consecutivo, como este miércoles anunció el concejal de Facenda, Raimundo González Carballo, que recordó que la medida afectará a las 27 ordenanzas fiscales que hay en el municipio. Entre ellas figuran las de la basura, la viñeta o el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI), que es el tributo que más ingresos genera en las arcas locales. De hecho, casi cuatro de cada diez euros que entran en la Administración local provienen de la denominada contribución.
González Carballo aseguró que la medida no supondrá una bajada de la recaudación. Y por dos razones. La primera tiene que ver con la actualización de los censos, que aumentarán el número de recibos en servicios como el agua y el saneamiento, que llegará a más hogares en el rural gracias al nuevo contrato de abastecimiento, que gestiona Viaqua. La segunda se debe a la persecución del fraude, que llevará a los servicios municipales a mantener las inspecciones para comprobar si todos los contribuyentes cumplen con sus obligaciones.
El año que viene se mantendrán los controles habituales en las tasas de la basura y del alcantarillado y se realizarán otros para verificar que las grandes compañías están al corriente con la tasa de ocupación de vía pública. Este tributo, por el que se ingresa cerca de un millón de euros, es el que pagan empresas de gas, electricidad y telefonía. El edil de Facenda recordó que en la última revisión de este padrón fiscal se logró recaudar unos 300.000 euros de firmas que se saltaban esta ordenanza.
La congelación de tasas e impuestos, que forman parte del avance de los nuevos Presupuestos municipales, se producirá en un año marcado por la crisis sanitaria del coronavirus, que está generando un duro golpe a la economía familiar y empresarial. "A presión fiscal permanecerá exactamente igual. E iso pódeno dicir poucos concellos", destacó el concejal del BNG, que aseguró que la carga impositiva en Pontevedra "é das máis baixas das capitais do Estado e dos núcleos de máis de 20.000 habitantes. Aquí hai unha baixa presión fiscal", subrayó.
González Carballo reconoció, por otra parte, que la elaboración de las cuentas presentan dos dificultades "maiúsculas". Una tiene que ver con los ingresos procedentes del Estado, que para el presente ejercicio superaron los 19,8 millones de euros. Esta cuantía supone el 25% de los Orzamentos locales, que superan los 79,3 millones de euros. "Non sabemos se manterán a contía", recordó el concejal nacionalista.
El otro inconveniente es el gasto de personal. Para cuadrar los números, Pontevedra tiene que saber si el Gobierno central prevé un aumento salarial para los funcionarios. En el Presupuesto de este año, la cifra reservada para este capítulo ascendió a 24,76 millones de euros, lo que equivale al 31,2% del total. Si hay incremento de nóminas habrá que aumentar la partida. De lo contrario, se mantendría casi igual.
El edil de Facenda reconoció que la confección de los Presupuestos de la era postcovid "ten máis variables" que los de otros ejercicios. Aún así, reiteró su apuesta por elaborar un nuevo documento económico para 2021 porque no contempla prorrogarlos. En caso de hacerlo, Pontevedra tendría que mantener las obras y proyectos previstas en los actuales Orzamentos y no podría realizar nuevas inversiones.
Una vez esbozados las grandes cifras, el bipartito deberá negociar el que será el segundo Presupuesto del mandato. De momento no ha habido contactos entre los socios de Gobierno (BNG y PSOE) a este respecto. Así lo confirmó el propio Raimundo González Carballo, que afirmó que el documento no ha sido consultado ni con el ala socialistas. "Nin cos meus", dijo el responsable de la economía local.
