Pontevedra de noche

Vista nocturna de Pontevedra desde el Puente de O Burgo. ADP
photo_camera Vista nocturna de Pontevedra desde el Puente de O Burgo. ADP

Hará cosa de unas cuatro décadas, calculo. Era yo un preadolescente, eso lo sé seguro porque ya me habían salido las extremidades. Nuestra madre leyó una entrevista no sé a quién, que ya sería mucho recordar pero era alguien importante, eso sin duda. Al entrevistado le preguntaron cuál era su ciudad favorita y el hombre, que era hombre, dijo que Cáceres de día y Pontevedra de noche. Mi madre estaba toda emocionada porque era PTV por parte de madre y cacereña por parte de padre, mi abuelo Andrés González Santano, que era guardia civil de los que iban a caballo. Así que aquel día sacrificamos cuatro corderos, vaciamos la bodega, encendimos un fuego y bailamos hasta el amanecer todo ello en honor a Yahvé, el único Dios verdadero.

Lo que tenían y tienen en común ambas ciudades son unas zonas históricas espectaculares y desde siempre relativamente bien conservadas. Lo sé porque nos llevaban todos los años a Cáceres en Semana Santa y el viaje, por cierto, era insufrible. Lo que no pregunté en ese momento, porque me daba lo mismo, son los motivos por los que a alguien le gustaba más una ciudad durante el día y la otra de noche. Ni una ni otra estaban bien iluminadas. Ahora pienso que en Pontevedra, donde nuestro espacio monumental es más heterogéneo y donde hay calles muy estrechas, era casi imposible de recorrer durante el día, pues el tráfico de coches lo impedía. La zona vieja de Cáceres está llena de palacios, buena parte de ellos construidos por miembros de la nobleza gallega algunos siglos después de que la zona antigua de Pontevedra estuviera configurada. No me cabe la menor duda de que si al mismo señor, caso de que viva, volvieran a hacerla hoy la misma pregunta diría que la ciudad más bonita es Pontevedra de día y de noche, y luego Cáceres.

Yo recomiendo a todo el mundo que ingrese en Montecelo un par de días, a ser posible por nada grave, a ver si tiene la suerte de que lo lleven a una planta muy alta, desde donde las vistas de Pontevedra son grandiosas. Desde allí se ve la ciudad entera y buena parte de la ría. Conozco otra perspectiva totalmente diferente pero igual de hermosa porque a veces mi amigo Beni Fernández Salgado, que es profe en nuestro campus hace fotos desde su casa en A Caeira y las cuelga en las redes sociales.

Todo el Lérez y su entorno ofrecen un espectáculo de luz y color que se quedan grabados a fuego en el coco

Pues de noche es un espectáculo visual de primera magnitud. Surge una ciudad totalmente diferente, con una iluminación que sorprende por su elegancia y su buen gusto. Pontevedra debe mucho de ello a la empresa SETGA, que desde aquí presenta proyectos ganadores en el mundo entero. Incluso en Holanda, sede de la famosa y veterana Philips, nuestra empresa se lleva los proyectos más ambiciosos. No es fácil competir ahí, pero esta gente lo hace con contundencia. Algunos de los productos que ofrecen por el planeta adelante fueron diseñados para Pontevedra. Se necesitaba algo que estuviese a la altura de nuestra reforma urbanística y se creó ahí una simbiosis cuyos resultados están tan a la vista que basta con abrir los ojos, no solamente para ver una vista abriendo el plano desde la lejanía, sino al pasar por las calles o cruzar cualquier puente. Al paso por la ciudad, todo el Lérez y su entorno ofrecen un espectáculo de luz y color que se quedan grabados a fuego en el coco.

Es una lástima que todos estos meses, más de un año largo, la vida nocturna se haya interrumpido, pero también es esperanzador comprobar que la cosa mejora y que pronto vecinos y foráneos podrán disfrutar de la Pontevedra de noche.

Los cuatro críticos a la reforma del Ponte do Burgo han ido bajando el volumen como en el final de Hey Jude hasta que, rendidos a la evidencia, dejaron de cantar. Y buena parte del éxito de esa reforma integral de nuestro puente más antiguo se debe a la apuesta por una iluminación llamativa. Para ver luces, que no se me enfade Carmela Silva, no hace falta ir a Vigo. Si yo fuera vigués pasaría la Nochebuena en Montecelo o en A Caeira, porque no hay espectáculo lumínico que supere al nuestro.

Si lo de A Caeira es inviable, vaya por urgencias a Montecelo y diga que no puede respirar, que es lo que hago yo cuando voy ahí. Entonces le ingresarán en la planta de Neumología, que está arriba de todo. El servicio es impecable, la comida excelente y el trato amable y familiar. Diga que va de mi parte, que allí me conocen de sobra.