El agua del río Lérez ya vuelve a ser suficiente para abastecer a toda la población de la ciudad y de los demás municipios de la ría. La llegada de las precipitaciones a partir del pasado jueves ha devuelto el caudal a la presa de Monte Porreiro y llevado al cierre de las compuertas del embalse de O Pontillón, que aportaba parte del suministro urbano con las reservas de agua de este enclave.
De esta forma, el Concello descarta la adopción de medidas restrictivas en el consumo de agua, un extremo que tampoco barajaba cuando llegó a considerar la situación como "preocupante" por la ausencia de lluvias. El nivel del embalse de O Pontillón, que rozaba una ocupación del 87% el pasado miércoles (y que garantizaba el suministro para mes y medio en caso de continuar el período de sequía), se ha visto incrementado con las intensas precipitaciones del pasado fin de semana en un porcentaje que no se ha podido cuantificar porque Augas de Galicia no ha actualizado el dato.
Las borrascas han hecho que la Administración local haya bajado el nivel de alerta. El concejal del Ciclo da Auga, Raimundo González, había dicho que el Gobierno municipal estaría "vixiante" pero sin necesidad de alarmar a la población, a la que había instado a no malgastar el agua y racionalizar el consumo.
Cabe recordar que el pasado jueves tras una larga temporada de sequía, la provincia recibió a la primera gran lluvia del otoño. Un aguacero por momentos de gran intensidad que en la capital dejó 44 litros por metro cuadrado. La estación de la Agencia Estatal de Meteorología, por su parte contabilizó algo más de 40 litros por metro cuadrado.
Este volumen de agua tan concentrado también tuvo incidencia en el caudal del Lérez, que pasó de una media de 0,35 metros cúbicos por segundo a 0,37 m3/s. Su nivel también se elevó de los 2,47 metros a los 2,55 metros para situarse este lunes en los 2,67 metros.
