Un 1-M con 5.762 pontevedreses sin trabajo

Los niveles de paro mantienen activadas las alertas, pero en 2013 había un 62% más de desempleados

Emprendedores frustrados entrando na oficina de emprego. DAVID FREIRE (ADP) - Inem
photo_camera Emprendedores frustrados entrando na oficina de emprego. DAVID FREIRE (ADP)

La Boa Vila conmemora este miércoles el Día Internacional de los Trabajadores con un mercado laboral que parece haber empezado a sacudirse la polvareda levantada por la crisis. Los datos evidencian la caída del paro y la subida de las contrataciones, pero todavía es pronto para hablar de una recuperación en firme. El desempleo de larga duración, la temporalidad de los contratos, los sueldos precarios y la brecha de género salarial siguen estando de actualidad.

¿Qué paro hay en la ciudad y cómo ha evolucionado?

La Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2019 devolvió a Pontevedra a la cima del ranking de las ciudades gallegas con mayor tasa de paro con un índice de desempleo del 17,3%. En cambio, la lectura que arrojan otros estudios desprenden otras conclusiones y, especialmente, si uno vuelve la vista atrás. Según el Instituto Galego de Estatística (IGE), Pontevedra se despidió de marzo (último dato disponible) con 5.762 parados y, aunque sigue siendo una cifra suficiente para mantener activas las alarmas, lo cierto es que se aleja de los niveles que se alcanzaron durante la resaca de la recesión. En 2013 el mes de marzo finalizaba con 9.310 parados, casi un 62% más, y otro detalle a tener en cuenta: para encontrar un volumen menor de desocupados a estas alturas del año hay que remontarse a 2008, cuando la burbuja inmobiliaria todavía insuflaba aire.

¿Cómo es el perfil del desempleado pontevedrés?

 

Es difícil establecer un patrón, pero si hubiera que definir un modelo con las características que más se repiten entre los demandantes pontevedreses sería mujer, con entre 55 y 60 años y buscaría empleo en el sector servicios. ¿Por qué? Porque, si uno examina las edades de los demandantes, comprueba que el 50, 7% tiene más de 45 años y que la franja en la que se concentran más desocupados es la comprendida entre los 55 y los 60 años. El 44% tiene entre 25 y 45 años y el porcentaje restante todavía está en edad de formarse. Por sexos se observa que el 58% de los pontevedreses en paro son mujeres y por sectores se comprueba una vez más que los servicios concentran la mayor parte de las peticiones de trabajo. Concretamente, el 72% de los desocupados busca empleo en esta área, seguida de la industria (8,5), la construcción (7,7%) y la agricultura y pesca (2%).

¿Cuánto tiempo se tarda en encontrar trabajo?

 

La incorporación al mercado laboral varía en función de las capacidades de cada perfil, las expectativas, las necesidades de la patronal e incluso de factores no tan tangibles como la suerte. Lo que es obvio es que para muchos demandantes se ha convertido en un reto a largo plazo. De hecho, el 43% de los parados que constan en Pontevedra (2.464) llevan más de un año buscando trabajo y ya están considerados como "parados de larga duración". Otro 33% lleva buscando empleo entre uno y seis meses y otro 14 % entre seis y doce meses. Tan solo el 9,7% son incorporaciones recientes (de menos de un mes) a la lista del paro.

¿Cuántos trabajan y en qué condiciones?

 

El nivel de afiliaciones a la Seguridad Social también denota una recuperación notable del mercado laboral. El municipio capitalino cerró el mes pasado con 29.731 afiliados, una cifra que marca distancias cada vez más largas frente a los años de la crisis. De hecho, hace un año había un 3% menos de cotizantes y hace cinco (en 2014) un 11% menos. A nivel contractual, Pontevedra alcanzó en 2018 los 36.353 contratos, el récord desde que existen estadísticas. La cifra arroja una media de casi cien contratos al día, sin embargo, la temporalidad sigue frustrando los planes de futuro de los trabajadores. De todos los contratos formalizados el año pasado, el 35% fueron para desempeñar una «obra o servicio», el 41,3% para un ejercer un trabajo eventual y el
11% para puestos interinos. Únicamente el 5% fue para iniciar un empleo de forma indefinida. El resto de los contratos iniciales fue para realizar prácticas o para períodos de formación.

¿Cómo es el perfil del trabajador pontevedrés?

 

Pues, si se sigue el ejemplo anterior del prototipo de persona desempleada, sería el de una mujer española, de entre 40 y 45 años, y trabajadora del sector servicios. Las mismas bases de datos del IGE revelan que el 46% de los afiliados pontevedreses a la Seguridad Social, casi la mitad del total, tiene entre 35 y 50 años y que, particularmente, la franja de entre 40 y los 45 años es la que reúne ahora mismo a un mayor número de trabajadores en activo. Otro 33% supera esa edad, de forma que tan solo una minoría de los cotizantes, 109, son jóvenes menores de 20 años.

Por sexos la balanza está bastante equilibrada, pero la mayoría de las afiliaciones son de mujeres, que representan el 1,3% de las altas en la Seguridad Social. Por nacionalidades, la española es, con diferencia, la más común, ya que es la que presenta el 96,6% de la clase obrera pontevedresa.

El análisis sectorial tampoco desvela sorpresas. Los servicios siguen siendo pilar del mercado laboral con un 81,9% de los afiliados, seguidos por la industria (9,4%), la construcción (6,8%) y la agricultura y pesca (1,7%). La inmensa mayoría de los trabajadores, el 80,2%, opera dentro del régimen general y únicamente el 18,3% lo hace sujeto al régimen especial de autónomos.

¿Cuánto dinero percibe la clase obrera del municipio?

 

Es una pregunta que se hacen muchos agentes del sector, pero que, como el resto, varía infinitamente en función de cada caso. Los datos de la Agencia Tributaria de 2017 (los más recientes) revelan que las mujeres de la provincia cobraron en ese ejercicio un promedio de 15.373 euros y que los hombres perciben 20.129 euros, lo que arroja una diferencia de 4.756 euros anuales y una brecha salarial del 30%. Si uno ahonda más en estos datos, se comprueba que cuatro de cada diez empleadas de la provincia percibieron en 2017 una nómina inferior al salario mínimo interprofesional, que entonces alcanzaba los 707,60 euros y que muchas ni siquiera se acercaron a esos mínimos (37.171 pontevedresas percibieron en todo el año 2.105 euros). Las peor pagadas pertenecen al sector servicios, con un sueldo medio anual de 7.523 euros. En el bando masculino también existen empleos precarios, pero son menos, ya que solo el 26% de los hombres cobraron por debajo del salario mínimo.