Pontevedra es la capital gallega en la que menos se paga por la viñeta

El impuesto que grava la posesión de vehículos asciende a 55,85 euros en la Boa Vila ▶Es el noveno recibo más barato de las capitales españolas ▶Los pontevedreses pagan 13,21 euros más de IBI y seis de plusvalía desde que empezó la crisis ▶La presión fiscal en la ciudad es de las más bajas del país

Un grupo de vehículos circulan por Eduardo Pondal. ALBA SOTELO
photo_camera Un grupo de vehículos circulan por Eduardo Pondal. ALBA SOTELO

La presión fiscal de Pontevedra es una de las más bajas de España. Así lo ponen de manifiesto los ranking que la Comunidad de Madrid publica cada año para comparar algunos de los principales impuestos que afectan a los ciudadanos de las 52 capitales de provincia del país. El último de ellos, correspondiente al ejercicio de 2017, revela que la Boa Vila es la capital gallega en la que menos se paga por la viñeta.

El impuesto que grava la posesión de vehículos asciende a 55,85 euros en Pontevedra. La misma cuota, la que hace referencia a los turismos con una potencia de entre ocho y 11,99 caballos fiscales, es más cara en otras urbes de la comunidad. Ourense la tiene en 57,80 euros, Lugo en 59,32 euros y A Coruña (incluida como capital) en 60,80 euros.

Según el mismo informe, la viñeta que pagan los pontevedreses es la novena más barata de las capitales españolas. Solo Pamplona (54,61 euros), Badajoz (53,61 euros), Jaén (51,12 euros), Palencia (50,53 euros), Cáceres (50 euros), Zamora (45,67 euros), Ceuta (34,08 euros) y Melilla (17,04 euros) tienen un recibo más económico. El más caro de todo el país se abona en San Sebastián: 84,51 euros.

A pesar del proceso de peatonalización, en Pontevedra hay más vehículos que nunca. El parque móvil asciende a 54.132 medios de transporte a motor, un 15% más que hace una década. Entonces, los registros contabilizaban poco más de 46.000 vehículos, entre coches, motos, camiones, tractores y autobuses.

El Concello ingresará este año 4,16 millones de euros a través de este impuesto, lo mismo que durante el ejercicio anterior. La mayor parte de los ingresos, más de tres millones de euros, proceden de las facturas que deben pagar los propietarios de turismos, que suponen más del 74% de los vehículos censados en el municipio.

Los pontevedreses pagan en la actualidad 3,73 euros más de viñeta que desde 2008, cuando el recibo era de 52,12 euros.

LA CONTRIBUCIÓN. La capital de las Rías Baixas también se encuentra en una buena posición respecto al cobro del Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI). Ocupa el decimoprimer puesto del ranking fiscal elaborado por la Comunidad de Madrid desde el año 2012, lo que convierte a Pontevedra en una de las capitales con el recibo más barato de España.

Los pontevedreses pagan 13,21 euros más de contribución desde que empezó la crisis que en la actualidad. En 2017 este impuesto se situó en 69,92 euros, frente a los 56,71 euros de 2008.

El IBI es, junto a la viñeta, uno de los tributos que más impagos generan. La morosidad supera el 16%. De hecho, los servicios de recaudación municipal han ingresado 15,4 de los 18,4 millones de euros previstos para este ejercicio.

El impuesto a las obras, el denominado ICIO, lleva congelado más de una década para no afectar a las empresas de construcción

 

A pesar de esta situación, la contribución sigue siendo la principal vía de ingresos de Pontevedra. Cuatro de cada diez euros que llegarán en 2018 a la hucha municipal proceden de este impuesto. En total, el Concello recaudará 47,5 millones de euros en tributos. De ellos, algo más de 14,15 millones proceden del cobro por la prestación de servicios básicos: 4,54 millones del abastecimiento de agua, 3,49 millones del saneamiento y otros seis más de la recogida de basura.

LAS OBRAS. El Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras (ICIO) en Pontevedra ocupa el peor puesto de su historia más reciente: el décimo cuarto. Desde 2008, la capital provincial varió posiciones, desde la décima hasta la décimo tercera.

A pesar de esta situación, la Boa Vila se encuentra en una buena posición en la tabla estatal. La cuota de este tributo, que afecta sobre todo al sector del ladrillo, asciende a 192,32 euros. El recibo se mantiene congelado desde hace una década y el motivo reside en la decisión del Gobierno local de no afectar a la construcción tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, momento en el que las licencias de obra cayeron en picado.

PLUSVALÍA E IAE. El Impuesto sobre el Incremento de Valor de los Bienes de Naturaleza Urbana, conocido popularmente como plusvalía, se encuentra en el puesto número 15 del ranking estatal que compara la presión fiscal de las 52 capitales de provincia de España. Los pontevedreses pagan ahora 6,01 euros más por este tributo que hace diez años, cuando la cuota era de 120,20 euros.

El cobro de la plusvalía se le ha atragantado a muchos ayuntamientos del país. Sobre todo desde que el Tribunal Constitucional declarase ilegal este tributo cuando en la transmisión de un inmueble -sea vivienda o finca urbana– se registre un quebranto económico para quien vende. En el caso de Pontevedra ya existen sentencias favorables a los contribuyentes. La primera de ellas es del pasado mes de octubre. Una vecina que vendió su finca a pérdidas reclamó al Concello el reintegro del impuesto. Finalmente, los juristas municipales le devolvieron los 687,32 euros que había pagado por este concepto.

El fallo del Constitucional pone en jaque parte de la recaudación municipal por la plusvalía. Este año se prevén ingresar 975.000 euros a través de esta tasa. La inseguridad jurídica solo se despejará cuando el Gobierno central reforme la normativa y dé seguridad a los ayuntamientos, que se exponen a una cascada de sentencias en contra.

El último impuesto que analiza el citado ranking fiscal es aquel que se cobra a las empresas que facturan más de un millón de euros: el IAE. Pontevedra ocupa el puesto 19. Las firmas con sede en Lugo y Ourense pagan menos.
 

Impuestos y tasas congelados por cuarto año consecutivo

Pontevedra tiene sus impuestos y tasas congelados desde hace cuatro años. En 2018, las facturas que emite el Concello siguen costando lo mismo que durante el pasado ejercicio. La decisión afecta a 27 ordenanzas fiscales.

MÁS INSPECCIONES. El Gobierno local apuesta por las inspecciones para evitar la morosidad y que todos los vecinos paguen lo que les corresponde. Estas campañas se han llevado a cabo en distintos padrones, como el del IBI.

27,6 MILLONES DE EUROS. Fue la deuda de vecinos y empresas con el Concello en 2016.

 

Comentarios