Usamos cada vez más el pago digital para importes cada vez más pequeños. Y frente al crecimiento medio en España de un 42,3% en este hábito, Pontevedra supera ese porcentaje y se coloca, con un 57,3% más que en el mismo periodo del año pasado, como la cuarta provincia de España donde más han evolucionado las compras con tarjeta, teléfono móvil o smartwatch.
El punto de España donde más aumentó el uso de dinero digital fue en Zaragoza, con un 70% más de operaciones mediante este método en comparación con hace un año. Le siguen Alicante (64,6%) y A Coruña (60,8%), lo que consolida a Galicia como una de las regiones que menos utiliza ya los billetes y las monedas.
De hecho, es la cuarta comunidad a nivel estatal en incremento, con un 53,6% más de compras con tarjeta, solo superada por Aragón (con un repunte del 60,6%), Valencia (un 55,3%) y Canarias (con un 54,9%).
Son algunas de las conclusiones que se desprenden del análisis efectuado por el observatorio SumUp sobre pagos electrónicos durante 2023.
Una de las consecuencias de ese liderazgo del "plástico" es que cada vez se utiliza más para compras más pequeñas. Y mientras antes se reservaba para grandes transacciones con el fin de no llevar encima cuantiosas sumas de dinero, hoy en día se emplea para practicamente cualquier gasto. Incluso para pagar un café o la barra del pan.
De hecho, el importe medio de las operaciones realizadas con tarjeta en Pontevedra fue de 22,5 euros, lo que significa un abaratamiento del 12% en las cuantías que se realizaban el pasado año.
LOS JÓVENES, SIN BILLETES. Y aunque la tendencia está generalizada, es la población más habituada a las nuevas tecnologías la principal usuaria del pago digital. Es decir, los jóvenes.
Un analista apunta que "la gente de mediana edad o mayor todavía recela de usar el móvil para pagar en comercios y mucho menos para compras por internet o usar Bizum". Es el sector que todavía se mantien fiel al dinero físico.
Por contra, los adolescentes y los jóvenes son los mayores valedores de los pagos digitales, sobre todo a través del móvil y del reloj inteligente. Una solución rápida y cómoda al tratarse de objetos que uno siempre tiene a mano y que casi nunca olvida en casa, a diferencia de la cartera. Además, una transacción de pago sin contacto con tarjeta o teléfono tarda la mitad de tiempo que la de un pago en efectivo.
Se estima que el 80% de la juventud ya no porta encima billetes ni monedas, y para abonar sus compras únicamente emplea las nuevas tecnologías.
En cuanto a los sectores más digitalizados a la hora de efectuar sus transacciones, en 2023 fueron los artesanos quienes comandan ese apartado, marcando un aumento del +98,2% con respecto a 2022, algo muy llamativo para un sector inevitablemente ligado a la tradición.
El hecho de que los pagos sin efectivo atraigan tanto a los pontevedreses como a los visitantes queda también demostrado por el aumento del 65,7% de las transacciones registrado por el sector hostelero. La medalla de bronce en este escalafón es para las empresas de limpieza, que han aumentado un 54,5% el uso de los pagos sin efectivo.
También es interesante el crecimiento del 53,2% de las transacciones de los supermercados, pastelerías y panaderías; del 50,3% de las papelerías, y del 49,8% de los mecánicos, fontaneros, electricistas y obreros, profesiones tradicionalmente más ligadas al dinero en efectivo. En menor medida, crece el sector del taxi, que registra un +20,7%.
RESTAURANTES. Los datos del Observatorio SumUp también muestran cómo el sector de la restauración está aprovechando cada vez más las oportunidades que ofrece el cashless, con los Food Truck, que aumentan sus transacciones en un 47,7%, los Fast Food y los Cafés y Restaurantes en un 38,1%.
Además, son precisamente los puestos de comida rápida los que registran los tícket promedios más bajos, de 12 euros, lo que demuestra que, incluso para las cantidades más pequeñas, en la mayoría de los casos, se prefiere evitar el dinero en efectivo, tanto por parte de los comerciantes como de los consumidores.
"Pagar con tarjeta o smartphone sin tener que teclear el pin o sacar la cartera puede ser más rápido y cómodo cuando se toma un bocadillo", explica uno de los consultados a los autores de este análisis económico.