Pontevedra se hizo viral

Un artículo publicado por The Guardian puso el modelo urbano en boca de medio mundo en un año marcado por la precampaña electoral

Miguel Anxo Fernández Lores y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. JOAQUÍN BARREIRO
photo_camera Miguel Anxo Fernández Lores y la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. JOAQUÍN BARREIRO

Un artículo que lo cambió (casi) todo. El reportaje publicado el pasado mes de septiembre por The Guardian puso el modelo urbano de Pontevedra en boca de medio mundo. El texto, que incluía fotografías del Diario y del profesor Luis Pereiro, del IES Luis Seoane, causó sensación dentro y fuera de España. El Concello recibió cientos de solicitudes de información y peticiones de entrevistas llegadas de todas partes del mundo. Desde Estados Unidos hasta Australia.

El sistema de movilidad pontevedrés, que otras ciudades como Madrid iniciaron en 2018 con las mismas críticas que hace 20 años se reproducían en la capital de las Rías Baixas, llevó al alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, a hablar de la necesidad de pensar más en el peatón que los coches a visitar Austria y Brasil. Pero también Francia. En París, en donde participó en el Fórum Smart Cities, anunció que su gabinete estudia la posibilidad de limitar aún más las zonas por las que circulan los automóviles, concretamente a diez kilómetros por hora.

La expedición del regidor nacionalista a la capital francesa acabó con un breve encuentro con la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, que se mostró muy interesada por la experiencia de Pontevedra, ciudad que valora visitar.

Con más obras en ejecución que nunca, la capital provincial cerró un ejercicio marcado por la precampaña electoral, que Lores arrancó el pasado mes de mayo ante 4.000 personas y con el tema Segue cara adiante, una canción que coprotagoniza junto a otros artistas como Cora Sayers o Furious Monkey House.

Las municipales de mayo dejaron otros titulares en la política local. Luís Rei fue confirmado como alcaldable de Marea después de un proceso de primarias al que no se le presentó ningún rival. Nueve meses después, en noviembre, el propio Rei comparecía con Teresa Casal, que se convertiría en la número dos de la coalición de izquierdas. El nombramiento de la que fuera teniente de alcalde de Pontevedra con el PSOE, partido del que se dijo de baja, fue a dedo.

El movimiento de fichas en el tablero municipal fue más contundente en el PP. El día después de que Mariano Rajoy fuese desalojado de la Moncloa tras la moción de censura presentada por Pedro Sánchez, los ‘populares’ de Pontevedra confirmaban a Rafa Domínguez como candidato a la Alcaldía, que aseguraba que en su grupo "había cosas que mejorar".

En la práctica, la rueda de prensa en la que Domínguez se postulaba como rival de Lores suponía una enmienda al trabajo del que hasta entonces era su jefe, Jacobo Moreira. El anterior alcaldable del PP había llevado a la formación de derechas al peor resultado electoral de su historia en unas municipales, logrando solo siete concejales. Aún así, Moreira aguantó el tirón y solo arrojó la toalla cuando desde la cúpula le pidieron que diese un paso atrás para dejar paso a Domínguez.

Moreira dejó la política local. Sus cargos como portavoz del PP en el Concello y como presidente popular pasaron a Rafa Domínguez. Él continuó con su labor como diputado en el Parlamento gallego.

El último candidato a la Alcaldía fue el del PSOE. Tino Fernández se convirtió en alcaldable sin sobresaltos. En sus primarias, al igual que le ocurrió a la Marea de Luís Rei, nadie le disputó el puesto.

CONTRATOS. La gestión municipal estuvo marcada por la nueva Ley de Contratos, que supuso un gran impacto para las obras y proyectos de Pontevedra. La tramitación de algunos de ellos tuvo que reiniciarse para adaptarse a las nuevas exigencias legales.

En 2018, el Concello firmó el mayor contrato de su historia, el del agua. Viaqua, la concesionaria, cobrará por él 129,14 millones de euros durante sus 20 años de vigencia. El servicio incluye mejoras que superan los 58 millones de euros, que se usarán para completar el saneamiento en el rural y llevar la traída a nuevos núcleos.

El Gobierno local también desbloqueó el contrato de las piscinas de Campolongo, cuya fecha de inicio de reforma es todavía una incógnita. Serviocio, que ganó el concurso para la explotación del complejo deportivo municipal, perdió la mitad de los socios de estas instalaciones, cuyo estado han generado fuertes críticas por parte de usuarios y de la oposición.

La reforma de la primera planta del Mercado de Abastos, que se transformará en un gastroespacio, y la nueva normativa de veladores, que prohíbe los toldos y aumenta el horario del terraceo durante el verano. El reglamento limita el espacio que deben ocupar mesas y sillas y veta los toldos, la ambientación musical, los futbolines y otros "elementos perturbadores del descanso".

GESTIÓN MUNICIPAL. El compostaje, que fue el proyecto estrella del quinto mandato de Lores, apenas avanzó. Lo que sí lo hizo fueron otras actuaciones que esperaban el desbloqueo de fondos europeos por parte del Estado para reactivarse. Fue el caso de la peatonalización del puente de O Burgo, cuyas obras comenzarán en 2019.

El BNG logró sacar adelante sus cuartos presupuestos gobernando en minoría. PSOE y Marea facilitaron, por segundo año consecutivo, las cuentas municipales, que PP y Ciudadanos rechazaron.

A pesar de las tiranteces entre los grupos, que se incrementarán a lo largo de los próximos meses y hasta la campaña electoral de mayo, la Corporación municipal llegó a varios acuerdos. El más polémico fue el ‘no’ de los cinco grupos a la ampliación de la depuradora de Os Praceres, que gestiona la Xunta.

La activación del transporte urbano y metropolitano también centró un nuevo desencuentro entre el Concello y el Gobierno gallego. Lores llamó a Feijóo para evitar la guerra. La sangre no ha llegado al río. De momento.