Pontevedra implanta la zona 10

La limitación de velocidad para vehículos, sean o no a motor, se completará y entrará en vigor este jueves en todo el casco histórico, en el ensanche del centro de la ciudad y en O Gorgullón y Virxe do Camiño, por donde pasan los peregrinos ▶La primera revolución del tráfico en la ciudad, con la peatonalización de la zona vieja, se llevó a cabo en 1999 ▶En 2004 se instalaron los primeros lombos, que ahora rozan el millar, y en 2010 se puso en marcha la zona 30 en todas las vías urbanas
Puntos en los que se cambiará las señales para limitar la velocidad a 10 kilómetros por hora. CONCELLO
photo_camera Puntos en los que se cambiará las señales para limitar la velocidad a 10 kilómetros por hora. CONCELLO

El Concello de Pontevedra inició este martes el cambio de señalización para limitar de 20 a 10 kilómetros por hora la velocidad de circulación de vehículos en el centro, sean o no a motor. Tanto bicicletas como patinetes eléctricos, además de coches y motos, deberán cumplir con esta directriz.

La medida afectará a todo el casco histórico y a la almendra de la ciudad, esto es, aparte de los accesos la Praza de España y un tramo de Orillamar. Las restricciones también se implantarán en las calles Gorgullón y Virxe do Camiño, zona de paso obligado de los peregrinos que hacen el Camiño Portugués.

"Non se vai notar un cambio brusco. A ninguén se lle ocorre ir máis rápido que a 10 quilómetros por hora na Rúa Real", asegura Gómez

El concejal de Mobilidade e Transportes, Demetrio Gómez Junquera, confirmó que los cambios en el tráfico se realizarán durante la noche con la previsión de que la zona 10 esté plenamente operativa a partir de este jueves.

"O obxectivo é aumentar a seguridade viaria nas rúas e reducir os accidentes, así como incrementar a sensación de seguridade tanto de nenos como de maiores", dijo el edil nacionalista, que explicó que esta iniciativa tendrá una segunda tanda, que afectará a otras áreas con plataforma única, es decir, a aquellas en las que conviven el tráfico rodado con el de peatones.

Para estas últimas vías, como Cruz Gallástegui o Marqués de Riestra, se estudiarán otras alternativas. Eso sí, con el objetivo de minorar la velocidad a la que ahora pasan los vehículos: 30 kilómetros por hora. Una de las posibilidades es que en estos ámbitos se implante la zona 20.

Gómez Junquera aseguró, a preguntas de los periodistas, que el control de velocidad en las calles limitadas a 10 kilómetros por hora los realizará la Policía Local, que "usará todas as ferramentas á súa disposición" para velar porque se cumpla esta medida. "Non se vai notar un cambio brusco. A ninguén se lle ocorre ir máis rápido que esta velocidade (10 kilómetros por hora) na Rúa Real", señaló.

EL ORIGEN. La primera gran revolución del tráfico en Pontevedra se produjo en verano de 1999. El 7 de agosto de aquel año, un polémico bando del alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, que apenas se había estrenado en el cargo, obligó a cerrar al tráfico rodado la zona vieja. Era la primera vez que se le ponía coto al uso del vehículo privado en el centro histórico, una medida que generó gran revuelo vecinal y político. Tanto fue así que el PP llevó aquella peatonalización a los tribunales. El recurso judicial de los populares, que estaban en la oposición, nunca prosperó.

En 2004, las políticas de movilidad continuaron con la llegada de los primeros lombos. Fue gracias a la presión de los vecinos de Monte Porreiro, que se quejaban de las velocidades a las que circulaban los vehículos que subían al barrio.

La Deputación instaló badenes en Orillamar para evitar posibles accidentes. A partir de entonces, la colocación de estos pasos sobreelevados se extendió. El último informe municipal, del año 2016, reveló que en Pontevedra hay 353 lombos. En la actualidad, la cifra roza el millar.

La seguridad en las carreteras ha surtido efecto en la capital, cuyo modelo urbano ha sido y es aplaudido a nivel nacional e internacional. Sus vías urbanas no registran muertos desde hace más de ocho años. La última víctima murió atropellada en un paso de peatones en febrero de 2011.

La última gran medida para reducir los siniestros llegó en 2010 con la implantación de la zona 30 para reducir la velocidad en todas las vías de titularidad municipal.

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