Pontevedra pagará los buses que dan servicio a Monte Porreiro y a Montecelo

El Concello asumirá el déficit de las cuatro líneas que llegan al hospital y al barrio más poblado de la ciudad 
Uno de los autocares que va a Monte Porreiro. GONZALO GARCÍA
photo_camera Uno de los autocares que va a Monte Porreiro. GONZALO GARCÍA

El pacto del transporte entre la Xunta y el Concello está cada vez más cerca. Tras el intercambio de varias propuestas, la negociación entre ambas administraciones parece haber llegado a buen puerto. El preacuerdo compromete a Pontevedra a financiar los autobuses que dan servicio a Monte Porreiro y a Montecelo.

Responsables de la Consellería de Infraestruturas y del Gobierno local confirmaron este jueves a este periódico que, a falta de pulir algunos detalles, que podrían introducir cambios, las arcas locales asumirán el déficit de las líneas que van al barrio más poblado de la ciudad y al hospital. En total, cuatro rutas.

Las rutas se conveniarán con la Xunta

El Gobierno gallego seguirá gestionando el transporte en autobús en el municipio, cuya renovación de contratos ha sufrido un contratiempo por un recurso presentado por las empresas. Pero a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, el Concello asumirá la financiación de las líneas urbanas, tal y como la Ley obliga a los ayuntamientos de más de 50.000 habitantes.

Las únicas líneas que en la actualidad contaban con algún tipo de aportación municipal son las que van a Monte Porreiro. Aunque el coste del servicio lo cubre la Xunta, Pontevedra tiene en marcha una línea de ayudas para rebajar el precio del billete.

La subvención se renovó el pasado mes de abril con 71.849 euros para que el trayecto sea más barato desde el sexto viaje y no desde el doce, como ocurría hasta ahora.

Los dos buses a Monte Porreiro los presta Autocares Rías Baixas, que en 2018 contabilizó 325.901 pasajeros, un 1,3% menos que en 2017 y un 4,6% menos que en 2016. Cuando el contrato se renueve, la nueva adjudicataria se encargará de ambas líneas, que contarán con el mismo número de paradas: diez cada una. La ruta de uno de los autobuses empezará en Xofre de Tenorio y acabará en la calle Alemania. La otra recorrerá la distancia que hay desde este último punto hasta la estación.

UNA SALE DE MARÍN. Las otras dos líneas que financiará el Concello son las que van a Montecelo. Una de ellas, con doce paradas, discurre íntegramente por la ciudad. Es la que sale de la estación de autobuses y continúa por Fimega, Eduardo Pondal, Hospital Provincial, Tráfico, Pasarela 12 de Novembro, Loureiro Crespo, San Amaro, Rúa Moldes, Cruce de Rúa Moldes, Montecelo y Hospital.

La Consellería confía en adjudicar los nuevos contratos del transporte este mes

La otra tiene el punto de partida fuera del municipio, concretamente en Marín. Por este motivo, la Administración local solo correría con los gastos de una parte de esta línea, que sale del centro de la villa morracense y continúa en el Bar Garrido. La primera parada en territorio pontevedrés se sitúa en Estribela, continuando por dos más en Os Praceres, A Robleda, Lourizán, Cocheras, Ponte Muíños, Mollavao, Campolongo, Praza de Galicia, María Victoria Moreno, estación de autobuses, A Parda, Juan Carlos I, avenida de Lugo, Mourente y Hospital Montecelo.

NUEVAS REUNIONES. La negociación del transporte pone fin a un largo enfrentamiento entre la Xunta y el Concello. El conflicto entre ambas administraciones llegó a su punto álgido el año pasado, cuando la Consellería de Infraestruturas amenazó con cerrarle el grifo a Pontevedra si no asumía el bus urbano. Aquel ultimátum, que se plasmó por escrito, acabó en el cajón.

El acuerdo por la financiación de las líneas de autobús se plasmará en un convenio con la Dirección Xeral de Mobilidade. El Gobierno pontevedrés asegura estar en disposición de firmar este documento el próximo mes de enero. Para ello se tendrán que reservar los fondos necesarios en el Presupuesto municipal de 2020, que el bipartito prevé aprobar antes de que acabe el año.

El Concello e Infraestruturas mantendrán nuevas reuniones, tanto técnicas como políticas, para pulir los detalles del plan.

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