La ciudad perdió este viernes dos nuevas sucursales bancarias con el cierre del BBVA de García Camba y del Sabadell de Loureiro Crespo. La entidad dirigida por Carlos Torres se quedará en Pontevedra con tres sedes, las de Loureiro Crespo, Sagasta y Gutiérrez Mellado. Por su parte, la compañía presidida por Josep Oliu mantendrá una única ventanilla, la de la calle Oliva.
La CIG se movilizó este viernes contra la nueva reestructuración del sistema financiero, que implicará decenas de despidos en la provincia. El sindicato nacionalista eligió el despacho del BBVA en García Camba para mostrar su rechazo a la medida. El cese de actividad de esta sucursal ha implicado la reubicación de sus tres empleados en otros destinos dentro de la ciudad o en la comarca.
"O BBVA só quere aumentar os beneficios e o reparto de dividendos entre os accionistas, reducindo persoal e precarizando as condicións laborais de quen queda", explica Miguel Fernández, de la CIG, que añade que a esta entidad "non lle importan as consecuencias que os peches teñen para a poboación, que se ve na obriga de desprazarse a outras localidades para realizar operacións bancarias".
En la misma línea se manifiesta el secretario de acción sindical Andrés Río respecto a la situación por la que atraviesa el Sabadell, que este viernes remató las negociaciones del Expediente de Regulación de Empleo (ERE) con el que prevé 69 despidos en Galicia, 19 de ellos en la provincia de Pontevedra.
Dicha entidad cerró también este viernes las sucursales de Caldas, Redondela y A Guarda. En total, la compañía presidida por Josep Oliu prevé la supresión de 31 de las 91 oficinas que tiene en la comunidad.
"Están a pechar oficinas por goteo. Fano así para que teña un menor impacto na clientela e tamén na sociedade", expone Miguel Fernández, que asegura que de dos de los seis despachos que el BBVA prevé suprimir en la provincia de Pontevedra todavía se desconocen. De momento sí han cesado dos en Vigo y uno, este viernes, en la ciudad del Lérez.
ASDF. La capital provincial tenía 74 sucursales en 2011, una cifra que se fue contrayendo desde la última gran recesión, en 2008, en la que el sector bancario fue rescatado con una inyección de 40.000 millones de euros de dinero público que no será devuelto al erario común.
Pontevedra tenía 35 oficinas a principios de 2021, una cifra que no incluye los nuevos cierres.
