Pontevedra pone en marcha un proyecto piloto de compostaje urbano

El Concello repartirá cubos a vecinos, bares, restaurantes y otros productores para que lleven sus restos de comida a contenedores que se instalarán en todo el casco histórico y el ensanche de la ciudad
Raimundo González Carballo, con la tarjeta electrónica y el cubo marrón del plan de compostaje. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Raimundo González Carballo, con la tarjeta electrónica y el cubo marrón del plan de compostaje. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

Pontevedra se prepara para poner en marcha un proyecto piloto de compostaje en el ámbito urbano. La iniciativa será voluntaria y el objetivo es que vecinos, bares, restaurantes y productores singulares (como residencias, fruterías o supermercados) reciclen sus biorresiduos. 

El concejal de Residuos, Raimundo González Carballo, explicó este jueves en rueda de prensa que este plan experimental se aplicará en todo el casco histórico, el ensanche y otras zonas de la ciudad. Para su activación, que se hará "o antes posible", será necesaria una campaña de sensibilización puerta a puerta. En ella se explicarán a los potenciales usuarios cómo funciona el sistema.

El plan será voluntario y obligará a modificar el actual contrato de basuras, que se encarecerá en 769.000 euros. La concesionaria, que aumentará la plantilla, se ocupará de recoger el compost

Los participantes en este proyecto recibirán instrucciones y el material necesario para el compostaje, concretamente un cubo marrón (que podrá ser de siete a 90 litros de capacidad) y bolsas reciclables. También una tarjeta electrónica para abrir alguno de los 60 contenedores especiales que se instalarán en las zonas en las que funcionará el plan. Allí deberán depositar los restos de comida, que se recogerán durante seis días a la semana. La basura orgánica podrá bajarse a cualquier hora del día.

La iniciativa municipal, que se aplicará durante dos años, obligará a modificar el actual contrato de basuras, que gestiona Ferrovial Servicios (la antigua Cespa). González Carballo asegura que este cambio en la concesión está pendiente de los últimos informes técnicos, entre ellos, el de Intervención. El servicio se encarecerá en 769.000 euros. De ellos, 421.000 euros se destinarán el primer año a la compra de llaves (serán 2.000), cubos y al desarrollo del software y los 348.000 euros restantes durante el segundo año para el mantenimiento del proyecto. Además, la adjudicataria cobrará 45 euros por cada tonelada de biorresiduos.

La basura orgánica tendrá que ser tratada en algún centro autorizado, que buscará la propia Ferrovial. El único requisito es que la instalación no esté muy lejos de Pontevedra. "A non máis de cen quilómetros", explicó el concejal de Residuos, que indicó que las plantas de tratamiento que hay en la actualidad en la comunidad están situadas en Cerceda (la de Sogama), Ponteareas y O Carballiño.

El Concello también realizará inspecciones, una vez al mes, para que el sistema piloto funcione a la perfección y analizar los biorresiduos. El objetivo es crear un "compost de calidade suprema", cuyo uso final también dependerá de la empresa concesionaria, que aumentará su plantilla con cuatro o cinco puestos de trabajo.

González Carballo confía en que a finales de año se reciclen 2.000 toneladas de restos de comida a través de este sistema. De esta manera se avanzará en el cumplimiento de la normativa europea, que obliga a reciclar el 50% de los biorresiduos que se producen. "Esta experiencia piloto é unha aposta clarísima pola redución do CO2 e por coidar a saúde do planeta, por salvalo, xa que co compost se reduce un terzo este tipo de emisións", destacó el concejal del BNG, que recordó que el programa también contribuirá a la denominada economía circular. 

El sistema de compostaje urbano se unirá a las otras dos patas del nuevo contrato de basuras: el reparto de composteros individuales en las casas con huerta, que ha llegado ya a cinco de las 15 parroquias del rural pontevedrés, y la instalación de centros comunitarios en los barrios.