Los beneficios de caminar son sobradamente conocidos. Disminuye el riesgo de padecer hipertensión, previene la aparición de diabetes, evita la obesidad, ayuda a tomar menos medicamentos... La novedad que atañe a los pontevedreses es que pronto tendrán a su disposición un abanico de nuevas sendas peatonales, que les permitirá descubrir nuevos paisajes y poner a prueba su capacidad de resistencia. Si quieren (y se atreven) podrán patear decenas de kilómetros de una tacada.
El Concello capitalino ha iniciado gestiones para interconectar las siete rutas verdes que circundan el municipio y que, en conjunto, suman cerca de 70 kilómetros de longitud. Según informa el concejal de Medio Ambiente, el socialista Iván Puente, los técnicos municipales están ahora mismo trabajando para "completar la interconexión" de los caminos, planificando las distintas actuaciones a ejecutar. Entre ellas, está contemplada la construcción de un puente sobre el río Almofrei, en las inmediaciones de Bora, para unir dos de la senda del Lérez y la de Almofrei.
Como resultado de la actuación, caminantes, runners y amantes de la movilidad sin motor podrán acceder a "una nueva senda que será fruto de la unir las existentes de forma circular", precisa el edil responsable del área. Además, está previsto finalizar antes del ecuador del mandato (2021) la señalización de todos los recorridos existentes.
La Concellería de Medio Ambiente planteará reducir la afección del paseo marítimo a Marín ampliando la pasarela de Placeres
En la actualidad la ruta peatonal "más transitada" es la que transcurre a orillas del Lérez y que se bifurca por la Illa das Esculturas. Precisamente, es la que presenta mejores condiciones "y en la que más se ha invertido". "Es el buque insignia de las sendas verdes de Pontevedra, aunque también es cierto que hay muchas otras que transcurre por sitios espectaculares. Por ejemplo, la de A Fracha, en la que se puede disfrutar de unas vistas impresionantes", señala Puentes.
PASEO A MARÍN. La ampliación del paseo peatonal y ciclista a Marín conforma la segunda nueva alternativa que se habilitará para los paseantes.
Antes de las municipales el PSOE se mostró crítico con el proyecto, entre otras cosas, porque era más partidario de habilitar un itinerario por la vieja carretera que da acceso a Marín para no sumar nuevas infraestructuras al litoral. Sin embargo, el pacto de Gobierno firmado con el BNG forzó un cambio de postura que, pese a todo, tiene matices. Puentes incide en que, aunque el proyecto está listo para ser licitado, intentará mantener una reunión con los responsables del Gobierno central para afinar la actuación y, si es posible, "intentar conseguir una menor afección a la ría".
El Ministerio de Fomento ya cedió a Pontevedra (en septiembre de 2018) un tramo de 460 metros de la autovía para suprimir un carril entre la rotonda de Malvar y el nudo de Mollavao, y poder ampliar así la actual infraestructura. En cambio, los socialistas abogan por extender algo más la tipología de la pasarela peatonal de Placeres, de madera y pivotada sobre la ría. "Actualmente no hay ninguna dificultad para iniciar las obras, aparte de que el Ministeriolas contrate. En cambio, queremos reunirnos con la Dirección General de Costas para darle la forma definitiva y ver si es posible prolongar el tipo de pasarela de Placeres para humanizar con una afección menor a la ría. Una vez que se despeje esto las obras no deberían demorarse mucho, porque el Ayuntamiento ya tiene todo hecho y el Ministerio Fomento también".
Después del pago de las obras del primer tramo de la A-57 (valoradas en 25 millones de euros), la construcción del paseo peatonal a Marín es la gran apuesta de los Presupuestos Generales del Estado para Pontevedra, ya que cuenta con unos fondos asignados de dos millones de euros. El coste total calculado por el equipo de Pedro Sánchez para la obra asciende a 2.553.660 euros, algo menos de lo previsto inicialmente.