Pontevedra recibe un 12% más de vecinos de los que se marchan a vivir a otras urbes

La ciudad registró el año pasado la entrada de 3.208 nuevos residentes frente a 2.833 bajas ► Casi la mitad de los recién llegados tienen menos de 45 años

Gente paseando por Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO
photo_camera Gente paseando por Pontevedra. JAVIER CERVERA-MERCADILLO

La ciudad capitalina consolida su papel como un territorio receptor de población. La diferencia entre los residentes que se van y los que entran sigue arrojando un saldo positivo, lo que permite mantener a raya la despoblación que sufren otros municipios de la región y el país, sobre todo los más pequeños.

Según los datos publicados ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE), la urbe registró el año pasado 3.208 altas de nuevos residentes (a un ritmo de unas nueve al día) frente a 2.833 bajas de personas que dejaron de vivir en Pontevedra. Dicho de otro modo, la Boa Vila se despidió de 2018 con un 12% más de masa poblacional de la que se fue a residir a otros destinos.

¿Cómo es el perfil de las nuevas incorporaciones? Por edades, destaca que la mayoría de los nuevos residentes (el 46%) se reparten entre dos franjas: de 25 a 34 años (792) y de 35 a 44 años (684). Por procedencia, la mayor parte, el 44,7%, se corresponde con vecinos de otros puntos de la provincia que decidieron hacer las maletas para asentarse en la ciudad capitalina. Otro 22% procedieron de otra comunidad autónoma y otro 13% de otra provincia gallega.

El peso de la comunidad extranjera es menor, pero notable, ya que dos de cada diez nuevos residentes tienen sus raíces en el extranjero. Concretamente, del total de inmigrantes destacan cinco nacionalidades: Venezuela (172), Colombia (106), Marruecos (80), Portugal (50) y Reino Unido (19).

En Galicia la tónica fue similar, aunque el peso de la inmigración sigue sin compensar el elevado número de fallecimientos

¿Y Cómo es el perfil de los que se van? Se puede decir que variopinto, aunque guarda algunas similitudes con el primero. Por ejemplo, que las franjas de edad más numerosas son las comprendidas entre los 25 y los 34 años (740) y los 35 y 44 años (580) de modo que el 47% de los que emigran tienen menos de 45 años.

El 75% de los que abandonan la ciudad son de nacionalidad española y el 25% de nacionalidad extranjera. Dentro de estos últimos, destacaron particularmente algunas nacionalidades como Brasil (59 bajas), Venezuela (57), Colombia (41), China (17) y Rumanía.

Otra información que aportan las estadísticas del INE tiene que ver con el destino de los vecinos que dejan de residir en la ciudad capitalina y, según estas, se puede comprobar que, dentro de los casos a los que se les pudo seguir la pista, destacan dos territorios: Estados Unidos (con 23 residentes que pusieron rumbo al otro lado del charco) y Reino Unido (14).

Un 3,5% de extranjeros. Según los últimos datos publicados, Pontevedra cuenta con 82.802 vecinos residentes de los que el 3,5% es población extranjera, el índice más bajo de las grandes ciudades gallegas después del de Ferrol. En esta ocasión quienes lideran el ranking son Lugo y A Coruña con un 4,7% de habitantes con otra nacionalidad distinta a la española.

Más de la mitad de los pontevedreses (el 56,7%) nacieron en la Boa Vila, por lo que pueden alardear con todas las de la ley de ser PTV, "pontevedrés de toda la vida". Otro 28% de los residentes nació en otro ayuntamiento o provincia gallega y otro 15,2% en otra comunidad autónoma o país.

A nivel provincia, el saldo migratorio -la diferencia entre las personas que llegan desde el extranjero y las que salen fuera de las fronteras- también fue positivo el año pasado. En Galicia la tónica fue similar, aunque el peso de la inmigración sigue sin compensar el elevado número de fallecimientos. La comunidad cerró 2018 con 2.819 habitantes menos.

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