El Rey Urco desfiló por las calles de Pontevedra llevando a todas las esquinas de la ciudad el Carnaval. Tras él, un séquito de comparsas al ritmo de la samba, los tambores y la batucada celebraron el tradicional desfile del Entroido pontevedrés.
El tiempo acompañó, después de unas semanas en las que se especuló con que la lluvia podría hacer acto de presencia –lo que obligaría a posponer la cita para el siguiente sábado–, permitiendo así que las comparsas hiciesen las delicias de los miles de pontevedreses que disfrutaron un año más de una jornada que va creciendo año a año.