Pontevedra se convierte en capital del emprendimiento

El mundo cambia. Lo hace rápido, sin previo aviso y afectando a todos los satélites que orbitan alrededor de nuestra vida social y económica. El mundo empresarial se aleja de las premisas que lo sustentaron durante años y se reinventa a cada paso y el emprendimiento saca músculo, instaurándose como una gran oportunidad para la innovación. Por eso, la ciudad del Lérez ha decidido convertirse en una vitrina de las mejores experiencias emprendedoras. El Pont-Up Store, una inciativa de la Uvigo y patrocinada por el Concello de Pontevedra, alienta a los curiosos y creadores a moverse y a hacer de sus ideas una realidad. Con una clase de zumba comenzaba este jueves la jornada previa a los días fuertes del Pont-Up, este viernes y el sábado.

FORTALECER UNA IDEA. La Casa das Campás se convirtió en una especie de gimnasio emocional para aquellos equipos de trabajo que quisieron introducir la técnica del coaching ejecutivo en la gestión de sus proyectos. En sesiones de treinta minutos, los participantes "aprenden qué es esta técnica y les hacemos una simulación", explica la técnica de la red de cooperativismo y economía social Eusumo, Maximina Pereira. Gracias al peso de la experiencia puede afirmar "que lo fundamental es el equipo. Si un equipo funciona bien, a pesar de que su proyecto fracase, acabará emprendiendo otro. Pero a la inversa nunca pasa". La función del coaching, todavía desconocido para muchas empresas, es la de "responsabilizar al equipo y hacerles conscientes de la importancia que tiene su implicación en el proyecto. Generar conversaciones a través de preguntas sobre qué piensan unos de otros, qué motivaciones tienen para con la empresa y qué aspectos mejorarían para que el futuro sea diferente". Se diferencia de la consultoría en que el coach es "un mero expectador".

Gracias a la implantación de esta técnica, se consiguen unir los dos hemisferios, "el racional y el emocional", que deben imperar en un equipo de trabajo. Se trata, en opinión de Pereira, de una forma de gestionar que "ha llegado para quedarse, bien como sistema, bien como filosofía de trabajo", algo que se intenta hacer ver a los líderes empresariales y que también se inculcaba ayer a cada uno de los equipos que se apuntaron a la sesión formativa. Otra premisa con la que se fueron a casa: "Ya no estamos en la era del conocimiento, si no en la del emprendimiento y el aprendizaje".

IMPRESIÓN 3D. El campus también fue ayer una de las localizaciones del Pont-Up Store. La primera planta de la Facultade de Ciencias Sociais e da Comunicación fue testigo de la magia de la impresión en tres dimensiones con una "xuntanza de empresas galegas", aclara un técnico de la facultad. Esta nueva tecnología augura un futuro "no que cada persoa teña unha máquina na casa coa que poida fabricar un obxecto", detalla Gonzalo, de la empresa Nort3d, cuyo stand es un auténtico despliegue de figuras y formas que han sido creadas capa a capa por las impresoras con las que trabajan.

Lo que le gustaría desarrollar a la facultad es un espacio fijo en el que se pueda apostar por la impresión 3D, pues uno de los objetivos del Pont-Up Store es "acercar a los estudiantes ciertas tecnologías que deben empezar a conocer".

ÉXITO DE CONVOCATORIA. "Es motivador ver la afluencia de participantes y la acogida que están teniendo las actividades", celebra el director de todo este evento empresarial, Pedro Figueroa. La apuesta por el emprendimiento caló tan profundamente que los 46 proyectos que se irán presentando a lo largo de los dos días que restan de evento suponen solamente un tercio de las candidaturas que solicitaban participar en el Pont-Up Store.

La organización estima recibir 20.000 visitantes. "De hecho, hemos recibido muchas llamadas de personas que se interesaban por ciertos proyectos", cuenta Figueroa. Y eso que aún es viernes y lo mejor está por llegar.